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Columnas de la portada

Identificador
09462_01_001
Tipo
Fecha
Cobertura
41º 35' 39.00'' , -3º 49' 28.76''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita del Santo Cristo de los Remedios

Localidad
Adrada de Aza
Municipio
Adrada de Aza
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
DE LA ERMITA DEL SANTO CRISTO de los Remedios no tenemos ninguna constancia escrita de su existencia, siendo los restos materiales el único testigo de su pasado. La fábrica se encuentra situada en las inmediaciones del núcleo urbano, en la ladera meridional de un montículo, desde donde se domina valle regado por el Riaza. Es un edificio de planta basilical, de una sola nave, con cubierta de armazón de madera, artesonado; el ábside es cuadrado, con cubierta de bóveda de medio cañón ligeramente apuntada y arco triunfal igualmente apuntado que descarga sobre columnas. El muro es de mampostería, con cadenas de sillares en las esquinas, aunque en el ábside se utiliza el sillarejo. El tejado descarga sobre una cornisa que se apea en los correspondientes canecillos, todos ellos de tipo caveto, sin elemento escultórico reseñable. Adosada al muro sur tenemos una portada no rematada en el habitual tejaroz. Es bastante abocinada, las arquivoltas no tienen otra decoración que las molduras de cuarto de bocel y todo ello descarga sobre la línea de impostas y las jambas, con cuatro columnas y sección prismática. Los canecillos son el único elemento ornamental que encontramos en el exterior, fuera de la portada, y es un conjunto de ménsulas sobre las que descarga la cornisa que recorre toda la fábrica, excepción hecha de la parte del ábside. En el muro norte hay un total de veintiséis canecillos, todos ellos iguales, de tipo caveto y estructura de cuarto de caña. El muro sur se halla dividido en dos tramos por la portada, ubicando a ambos lados de la misma ocho y seis ménsulas respectivamente, todas similares a las del muro norte. La portada se abre en el muro sur, en el centro geométrico de la nave. La parte superior se encuentra enmarcada por un alfiz, careciendo del habitual tejaroz, prolongándose hasta el alero en forma de muro. Las arquivoltas, dos, se decoran a base de molduras de algo más de cuarto de bocel, que forman un sencillo baquetoncillo bastante resaltado. Se remata en un guardapolvo, pero completamente liso. Todo se apea en una línea de impostas corrida, que hace las veces de cimacio de los capiteles decorándose con molduras de cuarto de bocel. Las jambas son mixtas, pues alternan las columnas con los pilares de sección prismática. Hay un total de cuatro columnas, dos en cada jamba. El conjunto es de una gran belleza arquitectónica, bastante abocinada y de grandes aciertos constructivos. Como en todas las portadas describiremos los capiteles de izquierda a derecha, empezando por la jamba situada a nuestra izquierda: 1.º De la base del tambor nacen cinco hojas muy estilizadas, que se elevan hasta la parte superior y acaban dobladas por el peso del pomo que sustentan. Verticalmente van surcadas por dos tallos muy estilizados, que acaban formando un rosetón de gruesos pétalos. En las esquinas vemos unas palmetas. El relieve es bajo y la labra dura, realizada a bisel y de formas angulosas. Observamos poca calidad compositiva y acabado escasamente cuidado. En la parte superior llegamos casi al medio relieve, con una acentuación de las características claroscuristas resaltando mucho más los perfiles de las hojas y de los tallos. 2.º Del collarino nacen cinco palmetas dobladas a medio tambor por el poso del fruto que sustentan. El conjunto lo forman cinco hojas que se elevan hasta la parte superior del capitel, se doblan por el peso del fruto, una flor. Tres nervios las recorren en sentido vertical de los que cuelgan los frutos. Es una composición equilibrada, armónica, llena de una sabia concepción del espacio escultórico y acertada distribución de los volúmenes en el mismo. La técnica del relieve parece la labra a bisel, de acabado poco detallista, pero logrando una cuidada definición de las formas y volúmenes. 3.º El siguiente capitel es similar al precedente y el que hace el número cuatro se parece al primero . La temática es exclusivamente vegetal, las hojas son muy estilizadas, realizadas a bisel, ejecutadas con poca minuciosidad, pero con su estructura y perfiles bien definidos. El relieve es muy contrastado, bajo al comienzo para luego terminar en medio relieve, cuando labra los frutos y en el remate de las hojas. La composición está bien acomodada al espacio escultórico, presenta ciertas calidades plásticas, respeta siempre la simetría y en general el artesano se muestra dominador de esta temática. Por el tipo de hoja empleada, el modelado de la misma, la manera de doblarla, el tipo de flor y fruto, se aprecian unos rasgos que sitúan esta portada en los últimos años del siglo XII o primeras décadas del XIII. En el interior, el arco triunfal descarga sobre muro y dos columnas, cada una de las cuales tiene su correspondiente capitel. En el del lado del evangelio, el tambor es completamente liso y aparece cubierto por una hoja que lo llena todo, apenas resaltada, acabando en el ángulo y esquinas sustentando unas piñas. El capitel del lado de la epístola es completamente liso, como en el caso precedente, sólo en los ángulos y esquinas hay elementos ornamentales. Éstos consisten en tres bustos de león, colocados de frente, las fauces entreabiertas y mostrando la dentadura. Su relieve es bajo, de labra dura, realizada a bisel, acabado poco detallista y de escasa calidad plástica y compositiva. Estos dos capiteles difieren notablemente de los que hemos visto en la portada, tanto por la temática y labra, como por la composición y el dominio del espacio escultórico. Nos parecen obra de manos diferentes. El tipo de nave, gran salón y las proporciones de la misma, nos invitan a pensar en un espacio reutilizado y reacomodado. De lo descrito, analizado y expuesto con anterioridad podemos concluir que esta ermita del Santo Cristo de los Remedios tiene dos manos en lo que hace referencia a la realización del relieve, parece que la parte más antigua es la del ábside, y que la portada se hace con posterioridad. Ésta, por sus características constructivas, de relieve, de temática de los capiteles y la manera de ejecutarlos, nos sitúa ya en la última etapa del románico. Si atendemos a esta última parte, la ermita se termina en los últimos años del siglo XII o primeras décadas del XIII.