Identificador
19223_01_003n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
40º 38' 33.99'' , -2º 1' 44.29''
Idioma
Autor
Víctor Manuel Ricote Ridruejo
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Poveda de la Sierra
Municipio
Poveda de la Sierra
Provincia
Guadalajara
Comunidad
Castilla-La Mancha
País
España
Claves
Descripción
LA IGLESIA PARROQUIAL de Poveda, bajo la advocación de San Pedro Apóstol, está localizada en la parte alta de la localidad, precedida por los reducidos restos de la barbacana del antiguo recinto amurallado. El edificio actual es una obra de traza original románica, iniciada en torno al siglo XII. La iglesia fue construida en el siglo XII, de estilo románico, con elegante portada, describía Claro Abánades. La mayor parte de su estructura fue remodelada profusamente a lo largo del siglo XVII transformando su cabecera, ampliando a tres el número de sus naves y elevando su altura y modificada con posterioridad, con el revoco adicional que recibió su interior, entrado ya el siglo XVIII. Al recinto se accede a través de una portada de ingreso, dispuesta al mediodía, precedida de un pequeño porche previo de clara factura popular. La planta está dividida en tres naves, rematadas en una cabecera de planta cuadrada. La espadaña, emplazada a sus pies, está divida en dos cuerpos: uno, el inferior, levantado en la clásica mampostería con remates de sillar en las esquinas. Otro, la parte superior, compuesto de sólida sillería, cuenta con amplios vanos para acoger las campanas, inscribiéndose en cada uno de sus flancos sendos relojes, en su tramo central, y coronado con un remate triangular. La fachada principal, dispuesta en el lado de la epístola, muestra con meridiana claridad la evolución constructiva experimentada en sucesivas fases por el edificio, siendo patente la separación entre la primitiva factura románica y la posterior ampliación hacia la cabecera, una vez analizada la disparidad de los elementos constructivos que la componen. Las sucesivas intervenciones sufridas durante dicho proceso han propiciado que de su antigua fábrica sólo conservemos en la actualidad la puerta principal de acceso, que abre a los pies de esta fachada como único vestigio de su antigua existencia. La disposición de la portada obedece al diseño característico de construcción que se ha respetado en la mayor parte de las parroquias del señorío molinés. Este conjunto de sencillas iglesias, del románico rural molinés, fueron realizadas en los primeros momentos de la repoblación de la zona. Y en su mayor parte comparten las señas de identidad marcadas por la escasez de medios y recursos disponibles para su ejecución. Limitaciones que, en el ámbito estético, se traducen en un lenguaje arquitectónico marcado por la sobriedad de las formas, tanto en arquivoltas como en capiteles, de tosco trazado y exentas generalmente de decoración. La portada se abre hacia el Sur sobre un muro saliente, trazado por sillares mal encajados y aleatoriamente rearmados, fruto de los graves daños que en principio debió de sufrir en el transcurso de la guerra civil. Consecuencia inmediata de dicha agresión es la desaparición de su primitivo tejaroz y los modillones que le acompañaban. Un rústico soportal, asentado sobre sencillos pilares de cemento, protege el vano de acceso al único vestigio visible del templo medieval. Su estructura se enmarca en un arco semicircular, con chambrana lisa y tres arquivoltas de medio punto, baquetonadas, en arista viva, que voltean sobre columnas, salvo la interior, que lo hace en pilastras. En el exterior del arco, un sencillo guardapolvo constituye su única ornamentación. La arquivolta interior está apoyada sobre jambas; las exteriores, sin embargo, cargan sobre una imposta que las separa de los grandes capiteles, que en número de cuatro, dos por lateral, las sustentan. Estos capiteles descansan sobre columnas acodadas con el fuste muy corto, comparado con el tamaño de los capiteles, que se antojan desproporcionados en altura con respecto a las proporciones respetadas en las columnas. Los capiteles del lado izquierdo, sometidos a una fuerte erosión, han perdido prácticamente su decoración, siendo tal su grado de deterioro que resulta difícil su descripción. El más alejado de la puerta tiene forma piramidal y nos ha llegado completamente liso. El de la derecha presenta una representación sin clara identificación, aunque algunos especialistas han aventurado una interpretación vinculada a un tipo de animal fantástico, propio de la mitología o del bestiario medieval. Los capiteles dispuestos en el lado derecho, menos expuestos a la acción erosiva, están más conservados, circunstancia que permite una mejor definición de sus componentes. El interior muestra un árbol en un lateral cuyo frondoso ramaje se expande a ambos lados de la escena, albergando en su interior una pareja de sirenas-pájaro, simétricamente contrapuestas, y con tallos que rematan en hojas bulbosas entrelazando sus cuellos, que, según Ruiz Montejo, revelan de nuevo el paso de un artista de cuño silense. La disposición y el tipo de hoja cincelado, siguiendo a Ruiz Montejo ponen de manifiesto tal filiación. Vinculando así a Poveda con el notable influjo tanto técnico, como iconográfico, mediante la representación sistemática de elementos de su bestiario, ejercida por el poderoso monasterio burgalés. Según algunos autores, las sirenas, con voluminosos cuerpos de ave, gruesas colas de dragón aprisionadas entre sus patas de cabra con las pezuñas hendidas, y rostros femeninos, mantienen con bastante pureza los modelos originales, si bien su ejecución corresponde a manos no muy expertas. El notable desgaste soportado limita en gran medida la posibilidad de disfrutar del buen grado de perfección técnica conseguido en las plumas de las alas, las facciones de los rostros y los elementos vegetales que lo acompañan. Motivos iconográficos que, lejos de circunscribirse en exclusiva a esta iglesia, encontramos también en el propio señorío molinés, tanto en la iglesia de Hinojosa, como en la de Labros, sobre todo. Incluso en comarcas más alejadas, como la de Atienza, también constatamos la presencia de talleres de la misma filiación, con factura menos elaborada, como es el caso de Híjes. El capitel exterior, menos elaborado en su concepto, tiene también forma piramidal, al igual que su par del lateral derecho. La decoración elegida en este caso consiste en motivos vegetales, hojas esquemáticas de sumaria talla, localizadas en las esquinas. Sobre la clave del arco, inscrito en un sillar circular, hallamos grabado un escudo de armas, notablemente erosionado, que aparece dividido en cuatro cuarteles. El primero, a la diestra, en el lado superior, representa las llaves de San Pedro. En el segundo, en el cuartel superior, a siniestra, figuran tres estrellas de ocho puntas. El tercero, en el lado de la diestra, representaría una doble cruz y las figuras de dos peces, y, finalmente, en el cuarto, inferior a siniestra, aparece un castillo coronado con tres torres delanteras y rematado con una cuarta más elevada de fondo, apenas perceptible dado el grado de conservación. Al interior conserva una imagen barroca de la Virgen de los Remedios de tipología popular, y varias esculturas del siglo XX. La planta, de tres naves, se articula en cuatro tramos, separados por arcos formeros de medio punto sobre pilares rectangulares sobre los cuales se alza una bóveda de cañón rebajado en la nave central y con arquitrabe en las laterales. El crucero se remata con bóveda de crucería y de medio cañón en el presbiterio.