Iglesia de Sant Pere de Maldà
En 1078 el vizconde Ramon Folc I y su esposa Ermessenda donaron a Sant Vicenç de Cardona todas las iglesias que había y habría en el futuro en el término del castillo de Maldà. Al igual que otras iglesias de la comarca, Maldà formó parte del obispado de Vic hasta que en 1154 pasó a depender del de Tarragona, si bien, siguió jurisdiccionalmente bajo el control de Sant Vicenç de Cardona, como lo confirma un documento de 1212 en el que se indica que Guerau de Maldà la administraba en beneficio de dicha canónica. Es probable que los primeros curas, los cuales eran canónigos de Cardona, viviesen en Maldà: en 1183 lo era citado Guerau de Maldà, en 1245, Jaume de Navès y en 1314 Pere Boiraci. Los vínculos religiosos con Cardona se fueron relajando hacia finales del siglo XVI.