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Detalle de la portada

Identificador
19011_02_014n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 2' 6.95'' , -2º 28' 1.19''
Idioma
Autor
Ana Belén Fernández Martínez,Ezequiel Jimeno Martínez
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de El Salvador

Localidad
Cortes de Tajuña
Municipio
Alcolea del Pinar
Provincia
Guadalajara
Comunidad
Castilla-La Mancha
País
España
Descripción
SE TRATA DE UN EDIFICIO que conserva partes originales de tradición románica del siglo XIII, aunque tanto en planta como en el interior ha sido bastante reformado durante los siglos XVI y XVII. Se encuentra cercado en el lado sur por un recinto murado de media altura que va desde la espadaña hasta la cabecera, realizado a posteriori. La planta original románica era de una sola nave rectangular de poca altura, con espadaña a los pies y ábside semicircular a poniente. Esta estructura se modificó en la época de la ampliación: se elevó la altura de la nave, se añadió un crucero que sobresale en volumen, se reconstruyó la espadaña y una estancia más para sacristía en el brazo sur del crucero. Se nota claramente la diferencia entre las fábricas de las partes originales y las de las nuevas dependencias del siglo XVI. Es, por tanto, un edificio que se construyó originalmente con muros de mampostería, con cadenas de sillar en las esquinas y en el recercado de los vanos; conserva también los canes de piedra, que se alojan bajo el alero del ábside y de los muros norte y sur de la nave. En la panda meridional se encuentra uno de los elementos originales del templo, la portada románica, alojada bajo un moderno pórtico de madera. Siguiendo las directrices del románico rural, austero y muy sencillo, la portada se articula en torno a un arco de medio punto, del que salen dos arquivoltas, la interior, dovelada, la exterior, con escueta decoración de bocel que continúa por el intradós. Se remarca el conjunto por una chambrana lisa, típica del románico, que apoya en una cornisa, como las arquivoltas, y éstas, a su vez, sobre pilastras planas sin ningún tipo decoración adicional. Sobre la portada, el paramento meridional muestra el alero recorrido por canes de tradición románica, que posiblemente fuesen reutilizados después de la reforma de la iglesia, igual que ocurre con los canes del muro norte, siendo éstos de decoración geométrica, modillones de rollo, de factura muy sencilla y tosquedad, que se asemejan a la talla de los encontrados en otros templos cercanos, como Luzaga o Villaverde del Ducado. La diferencia de volúmenes al exterior se percibe claramente con la altura del crucero y de la sacristía, de época posterior a la románica, cuya fábrica es de mampostería rematada por una cornisa moldurada. El ábside semicircular, vestigio de la primitiva iglesia, queda casi encerrado por dos de sus lados al adosarle dichas dependencias posteriormente. Ha perdido el cuerpo del presbiterio por la disposición de los brazos del crucero en las pandas norte y sur. Tan sólo se observa del ábside la parte más oriental, en la que se aprecia el mampuesto de su muro revocado en sucesivas restauraciones, y un reducido vano central de medio punto abocinado al interior, que se encuentra cegado. Remata el ábside en una línea de canecillos de idéntica tipología que los descritos anteriormente. Finalmente, a los pies de la iglesia se encuentra la espadaña triangular, reformada sobre la románica. De dos cuerpos, el inferior hasta la altura de la nave, de diferente fábrica que el superior, en el que se abren dos vanos de medio punto para las campanas, cerrándose todo el cuerpo por los tres lados restantes. Al interior la iglesia no presenta muchas novedades; la nave rectangular tiene sus paramentos lisos revocados en yeso con el único soporte para la techumbre que el de los propios muros. La cubierta, a modo de artesa, se realiza en madera, con dobles tirantes apoyados sobre ménsulas. La cubierta acaba donde se abre paso el arco triunfal del cru- cero de medio punto, apoyado sobre pilastras. A ambos lados se sitúan los brazos del crucero, donde se abren sendas capillas con altares barrocos y cubierta de bóveda de arista. Ya en la parte central del crucero, correspondiente al cimborrio, se cubre con una cúpula poligonal que se apoya en parte del muro del ábside, que queda reducido a un tercio de su amplitud. Finalmente, ocupando el hemiciclo, se halla un retablo del siglo XVI dividido en tres calles y tres cuerpos, en los que se disponen unas interesantes tablas pictóricas que reflejan pasajes de la vida de Cristo, entre los cuales sobresalen los de la Presentación y la Crucifixión, en la calle central.
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