Identificador
34011_01_013n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 10' 38.54'' , -4º 28' 12.58''
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Amusco
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
SE ENCUENTRA A LAS AFUERAS DEL PUEBLO, en un descampado cercano al cementerio, sobre una ligera elevación del terreno. Se accede por un camino asfaltado a través de la pradera que rodea el edificio. La ermita de Nuestra Señora de las Fuentes es una construcción muy tardía -fechable en la segunda mitad del siglo XIII- con elementos que recuerdan las formas románicas, tratándose de un claro ejemplo de inercia. Fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1963 y parcialmente restaurada a comienzos de la década de los setenta. Es un edificio construido en blanca caliza de los páramos cercanos, aparejada en perfectas hiladas de sillería. La planta, litúrgicamente orientada, es rectangular de tres naves con transepto -sólo marcado en alzado- y cabecera tripartita: el ábside central semicircular, precedido por amplio presbiterio y los laterales planos. Al exterior, cuatro columnas entregas de esbelto fuste y capiteles decorados que llegan hasta el alero, dividen el tambor del ábside central en tres paños. Cada uno de ellos está rasgado por un vano -el central mayor y más alto que los laterales- con un arco de medio punto sobre columnas. Las capillas laterales se iluminan por ventanas de arcos tímidamente apuntados, compuesta la de la nave de la epístola por tres arcos que voltean sobre pares de columnas de corto fuste y capitel trabajado con motivos vegetales. Los aleros descansan en una cornisa lisa que presenta decoración de taqueado en el ábside principal. Está sostenida por una variada colección de canecillos: de nacela, máscaras o caras humanas muy expresivas, cabezas de animales y formas geométricas. El hastial occidental se prolonga en altura con una sencilla espadaña rectangular rematada a dos aguas y calada por un arco de medio punto para la campana. En esta misma fachada se abre una portada entre contrafuertes que va sobremontada de una cornisa con seis canecillos que debió sujetar un tejaroz, hoy desaparecido. Es abocinada, con arco de ingreso y cinco arquivoltas apuntadas y molduradas que apoyan sobre jambas esquinadas e imposta lisa. En la parte superior hay un vano geminado protegido por tres arcos apuntados en derrame. En el segundo tramo del muro meridional y ligeramente sobresaliente, está la portada principal, muy restaurada. Como la anterior, se compone de arco de ingreso y de cinco arquivoltas decoradas con boceles entre escocias. Apoyan en columnas acodilladas colocadas sobre alto zócalo abocinado. Constan de plinto, basa de doble toro y capiteles de tipo andresino. Están decorados con hojas de acanto muy carnosas que se repliegan en sí mismas esbozando pequeños frutos esféricos. Sólo dos de las columnas externas son diferentes y muestran reducidas hojas de parra con las nervaduras en relieve u hojas grandes de redondeada silueta. El intradós de las jambas que sustentan el arco de ingreso lleva igualmente ornamentación de carácter vegetal. A la izquierda por anchas palmetas, con una baya en su interior sobre fondo de hojas menores, y a la derecha con dos series superpuestas de hojas pentapétalas. Se conserva el tejaroz, aunque, como los fustes, basas y jambas arriba mencionados, no pertenece a la obra original sino que fue añadido en el transcurso de las obras de restauración. Antes de la intervención esta portada se encontraba desplazada unos metros hacia el crucero y protegida por un extraño pórtico con tejado a dos aguas. Todo el perímetro exterior de la ermita está fajado por contrafuertes coincidentes con los responsiones interiores. De gran potencia son los que estriban los brazos del crucero, levantados también durante la última restauración, entre los que se abre un interesante ventanal geminado, sólo visible en el muro meridional. Completan el conjunto tres capillas góticas adosadas al muro del evangelio, añadidas en los siglos XIII-XIV. En el interior, presenta pilares de tipo hispano-languedociano formados por un basamento circular sobre el que apoya el núcleo cruciforme con semicolumnas adosadas en los frentes y otras más pequeñas en los codillos que reciben el peso de los nervios de la cubierta. Soportan bóvedas de crucería, simple en las naves laterales y octopartita en la central. Los ábsides laterales se cubren con bóvedas de crucería, mientras que la capilla mayor lo hace con bóveda de horno en el testero y cañón apuntado en el presbiterio. Todos los capiteles de los soportes van decorados con motivos vegetales, humanos o geométricos de simplificada concepción y esquemática factura, rematados en sus aristas por minúsculas cabecitas humanas o esferas. Formando parte del mobiliario litúrgico se conserva una mesa de altar asentada sobre cuatro pares de columnas con capiteles vegetales que fueron parcialmente retocados para su nueva ubicación durante la restauración. Proceden de un ventanal románico situado en el muro sur de la iglesia parroquial de San Pedro en la misma localidad.