LA IGLESIA PARROQUIAL de Santa Eulalia se sitúa a las afueras del exiguo caserío, en su extremo septentrional. Se trata de una modestísima construcción de los siglos XVII-XVIII realizada en mampostería con refuerzo de sillares en los esquinales y encintado de vanos, nave única y cabecera cuadrada con dos capillas laterales abiertas en el tramo oriental de la nave. Sobre el hastial occidental se alza una muy rehecha espadaña de dos troneras y remate de agudo piñón, sin campanil, al estilo de las de la zona. El único vestigio del primitivo templo que podemos adscribir a la época románica es su sencilla portada -probablemente remontada-, abierta en el muro meridional de la nave y protegida por un pórtico de madera a un agua. Consta de un arco doblado de medio punto sobre jambas escalonadas coronadas por imposta moldurada con listel y nacela. Sobre ella, sobresalen del muro varios canes, la mayoría lisos y el resto de nacela. El carácter rural y ajeno a concesiones decorativas impiden siquiera avanzar una cronología para esta portada, más propia de una manera de construir tradicional que encasillable en un estilo.