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Identificador
49177_02_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 9' 38.10'' , -5º 57' 24.80''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Sebastián o San Miguel

Localidad
Moraleja de Sayago. Dehesa de Santarén de los Peces
Provincia
Zamora
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
EL VIEJO TEMPLO DE SANTARÉN de los Peces -todavía a mediados del siglo XIX adscrito a la parroquial de la cercana localidad salmantina de Santiz-, alcanza ya sólo la categoría de ermita. No está clara su advocación, pues mientras el patrono del lugar es San Sabastián -titularidad que Madoz concede a la iglesia-, la guía diocesana y Francisco Colino la denominan de San Miguel. En todo caso el edificio está necesitado en estos momentos de una más que urgente restauración, que de no llegar tendrá como consecuencia la más que probable desaparición total del monumento en muy breves años. Está construido en sillería y mampostería de granito, con cabecera cuadrada, una nave con espadaña sobre el hastial y portada al sur, cubierta ésta por un porche cerrado. Al mediodía, ocupando parte de la cabecera y parte de la nave, se adosa también la sacristía, mientras que en el norte se ven los restos del abandonado cementerio. Creemos que conserva en buena parte su estructura románica, aunque ha sufrido algunas re formas que han hecho desaparecer ciertos elementos característicos de la época -como son los aleros-; por su parte el porche y la sacristía, construcciones sumamente populares, no creemos que vayan más allá del siglo XVIII. Como hemos dicho, la cabecera es cuadrada, con testero plano y cubierta a dos aguas, sin ningún tipo de abovedamiento, todo levantado en sencilla mampostería, con esquinales de sillería. Una pequeña saetera en el lado oriental, hoy cegada, daba luz al interior de la capilla, que no conserva más restos del alero que tres canecillos recortados que se llegan a apreciar en el lado norte, aunque el testero sí se halla coronado por la cornisa original con piezas de listel y chaflán. La nave es algo más ancha, también con esquinales de sillería, presentando actualmente la misma altura que la cabecera y, como ella, sin el alero románico. El muro norte, que en el interior está revocado, muestra exteriormente una mampostería menuda, al contrario que el muro sur -esta vez desencalado en el interior-, donde domina la sillería, aunque en ocasiones se combina con alguna verdugada de mampuesto. En el centro de esta fachada meridional se halla la portada, constreñida por el porche; parece que avanza sobre el muro, formando un cuerpo cuadrangular de sillería, flanqueado por dos pilastras de dos cuerpos y rematado todo por una imposta de listel y chaflán que sostendría el tejaroz. La puerta se ajusta por completo a este marco, y se compone de tres arquivoltas de medio punto, de dovelas sencillas, cuadrangulares, apoyando en pilastras escalonadas rematadas en impostas de listel y chaflán. Sobre el ángulo superior derecho de la portada parece verse un canecillo de nacela, mientras que el acceso está precedido por una gran losa que no es sino una antigua mesa de altar. Por lo que se refiere a la espadaña, reproduce el modelo tantas veces repetido en las iglesias de Sayago, ocupando todo el hastial, donde presenta el sector central del paramento de mampostería y unos robustos flancos de sillería. Por encima de la nave remata lateralmente en chaflán, para dar paso a un corto cuerpo de campanas coronado a piñón y con dos sencillas troneras de medio punto. Todo este campanario puede ser una pieza original románica, aunque es posible también que haya sido reconstruida en algún momento, repitiendo en todo caso el mismo o similar esquema que tuvo en origen. En el interior del templo, revocado en su mayor parte, la ruina se intuye muy próxima. Destaca el arco triunfal, de medio punto, doblado, apoyando en pilastras, también dobladas, sobre podium cuadrangular y con impostas de listel y chaflán. En conclusión puede decirse que el edificio conserva prácticamente de forma completa su estructura románica, con una datación en torno a los años finales del siglo XII o comienzos del XIII. El elemento más característico es la portada, cuya ubicación en un cuerpo avanzado no es muy habitual en tierras zamoranas y mucho menos en las sayaguesas, aunque es casi idéntica a la de la ermita de la dehesa salmantina de Gavilanes, muy próxima a Ledesma, lo que corrobora una vez más la vinculación de Santarén con esa villa.
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