LOS ÚNICOS TESTIMONIOS ROMÁNICOS conservados en la iglesia parroquial de Santa María son la portada, la pila bautismal y una inscripción reutilizada en un contrafuerte del exterior. La portada, ligeramente adelantada respecto a la línea general del muro, se compone de tres arquivoltas lisas de medio punto y una de bocel, apoyadas todas ellas sobre una línea de imposta de billetes dispuesta sobre las jambas. La parte inferior presenta un pequeño resalte abocelado, a modo de zócalo. Por sus características parece corresponder a la segunda mitad del siglo XII, destacando en ella el correcto despiece de la sillería. En el interior se custodia una pila bautismal formada únicamente por una copa avenerada de 98 cm de diámetro por 85 de altura. Por último hay que señalar la existencia en un contrafuerte del exterior de una lápida con una inscripción que por su ubicación y deficiente estado de conservación resulta poco legible.