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Arquería ciega del presbiterio

Identificador
40185_01_033
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 9' 39.76" , -3º 53' 14.15"
Idioma
Autor
José Manuel Rodríguez Montañés
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Mamés

Localidad
Arevalillo de Cega
Municipio
Arevalillo de Cega
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA PARROQUIAL, que al menos hasta el siglo XV estuvo dedicada a Santa María, se emplaza en el extremo oriental del caserío, y mantuvo la cabecera románica en la reforma que reedificó el resto de la estructura en 1736, según consta en la inscripción grabada en la clave de la puerta de acceso a la nave, tras una invocación tomada del Libro de los Psalmos: DOMINE DILEXI DECOrEm / DOmuS TVAE & CA : PSaLM 25 / AÑO DE 1736. Corresponden al siglo XVIII la actual nave -que quizás en su muro norte se alce sobre las trazas de la original-, la torre cuadrada adosada al sur del presbiterio y en cuyo piso inferior se dispone al sacristía, así como las estancias que recubren la fachada meridional, con el atrio cerrado por bóveda de crucería y el baptisterio, que alberga una pila también dieciochesca. Se encuentra la sencilla cabecera inscrita al exterior en el recinto del camposanto, semioculta por una serie de jóvenes olmos que, en afortunada paradoja con el lugar que ocupan, se obstinan en resistir a la plaga que ha acabado con casi toda la especie. Tanto el ábside semicircular como el presbiterio se alzan en mampostería enfoscada y reforzada por sillería en los esquinales del codillo, encintado de vanos y cornisa. En el tambor absidal, parcialmente enterrado al exterior por la acumulación de tierra del cementerio, se abren tres saeteras, abocinadas al interior y hoy cegadas, rodeadas por arcos de medio punto lisos que apean en columnas acodilladas. Sólo en la ventana central se dignifica el arco con un grueso baquetón y chambrana de nacela. Los arcos apean en cimacios moldurados con nacela, que se siguen como imposta articulando así el tambor en dos pisos. Las columnas que los recogen muestran fustes monolíticos sobre basas de perfil ático y plinto, y se coronan con sencillísimos capiteles, cestas troncopiramidales de saliente astrágalo en cuyas aristas achaflanadas apenas si se insinúan a modo de hojitas. Remata los muros del presbiterio y hemiciclo una cornisa de nacela, soportada por canes de idéntico perfil. Ya al interior, da paso desde la moderna nave a la cabecera una arco triunfal doblado de medio punto, probablemente rehecho en su zona superior, que apoya en una pareja de columnas entregas alzadas sobre zócalo, plinto y basas áticas con garras vegetales, y rematadas por simples capiteles troncopiramidales del tipo visto en el exterior. Se cubre el presbiterio con una bóveda de cañón levemente apuntado, agrietada en su remate, mientras que el hemiciclo, oculto tras un retablo barroco, se cierra con bóveda de horno. Ambas parten de impostas de nacela. La única concesión decorativa dentro de la austeridad general del edificio la encontramos en los paramentos interiores del tramo recto presbiterial, en forma de arquerías ciegas de dobles arcos de medio punto sobre columnas, alzadas sobre banco de fábrica de arista matada por bocel. Muestran basas áticas de grueso toro inferior, decoradas con garras, y las coronan capiteles vegetales de hojas de agua con hendido nervio central y puntas rematadas por pequeños caulículos, junto a otras cestas con hojas apenas esbozadas. Las coronan rasurados cimacios moldurados con filete y nacela. Como ya señalase Juan Manuel Santamaría, tanto el recurso de animar los paramentos presbiteriales con arquerías, como la austera decoración de los capiteles nos remite a las formas vistas en la iglesia de Aldealengua de Pedraza.