Santa Eulàlia de Alendo
FARRERA
Iglesia de Santa Eulàlia de Alendo
La iglesia parroquial de Alendo está situada al lado del cementerio, en la cima de una estribación, conocida como el Serrat de Santa Eulàlia, 150 m al Norte del núcleo de Alendo. Para llegar desde Farrera, se ha de tomar una pequeña vía asfaltada que arranca del centro de la localidad y que, avanzando en dirección sur, conduce a la aldea tras recorrer 1,3 km. Entonces se ha de coger un sendero que discurre por la ladera oeste de la pequeña colina en la que se asienta la iglesia.
La primera mención del lugar de Alende y su parroquia, aunque sin determinar su advocación, se encuentra en la falsa acta de consagración de la catedral de La Seu d’Urgell, en la que aparecen como integrantes del valle de Tírvia. Aparece nuevamente documentada en 1073, cuando el obispo de Urgell, Bernat Guillem, entregó el templo a Orset y a su sobrino a cambio de servicios feudales, seguramente, relacionados con el cercano castillo, del que apenas quedan unos pocos restos situados a escasa distancia. Poco se sabe de su suerte después de ser incorporado al vizcondado de Castellbó en 1272, pues únicamente ha quedado constancia de las constantes disputas por la jurisdicción del lugar. En la visita pastoral de 1758, se mencionaba el buen estado de conservación de la antigua parroquia de Alendo.
La capilla de Santa Eulàlia que presenta un estado de conservación aceptable, ha sido objeto de escasas transformaciones a lo largo de su historia. Presenta una planta compuesta por una sola nave ligeramente trapezoidal –de 11,60 m de largo por 4,90 m de ancho, aproximadamente– y un ábside semicircular –de 3,10 m de profundidad y 4 m de ancho–, el cual está precedido de un arco presbiterial de perfil apuntado que facilita la transición entre los dos espacios. Sobre este arco, en el exterior, se alza, una espadaña de doble vano y tejado a doble vertiente, cuya singular ubicación justifica la presencia de dos contrafuertes en la conjunción de la cabecera con la nave. En el semicilindro absidal se abren dos ventanas, una en la parte central y otra orientada al Sur, de doble derrame y con arco de medio punto. Este liso lienzo se prolonga hacia abajo en su parte central para salvar el desnivel del terreno. En el muro meridional se abre una puerta, ligeramente descentrada hacia poniente, con arco de medio punto y dovelas de piedra toba. Asimismo, en la parte superior de este paramento se hallan dos ventanas de medio punto un tanto irregular y doble derrame, una de las cuales, la más occidental, está tapiada. En la zona media de este mismo muro, justo en el borde del enlucido, se conservan unos restos de vigas que probablemente corresponden a la estructura de un porche, actualmente desaparecido. El muro oeste está coronado por una ventana rectangular de factura posterior, por debajo de la cual, pero a cierta altura respecto al suelo, se observa un alargado vano tapiado formado por un arco de medio punto con dovelas de piedra toba y un alfeizar monolítico, y que destaca por sus dimensiones –1,49 m de altura y 0,58 m de luz–. Cabe suponer que, con el fin de dar mayor estabilidad al ángulo noroeste, se engrosó gran parte del muro norte, a excepción del tramo más occidental. El exterior, se cubre con un tejado de pizarras a doble vertiente.
En el interior, el ábside se cubre con una bóveda de horno ligeramente apuntada, mientras que la nave hace lo propio con una techumbre de madera. En el paramento interior del ábside se encuentran varios orificios: bajo la ventana sur una pequeña credencia, y, a mayor altura y flanqueando la ventana central dos huecos colocados de forma simétrica en los que se podría haber alojado una viga. A los pies de la nave, y en época posterior, se construyó un coro elevado de madera, al que se accede por una escalera, adosada al muro meridional.
El aparejo está formado por irregular y dispar mampostería sin labrar, de diferentes materiales, dispuesta de forma poco uniforme. En las esquinas se utilizaron piedras de mayor tamaño. Se conservan ciertos restos del enlucido, mucho mejor conservado en la zona baja del muro sur y el ábside. En cambio, exceptuando el arco presbiterial, los paramentos interiores se hallan completamente recubiertos y pintados.
Se conservan el pavimento, a base de losas dispuestas de forma irregular, así como, una pila monolítica de factura poco cuidada, ligeramente semiesférica, con la boca y la base de perfil rectilíneo, que se halla adosada al montante oriental de la puerta. Igualmente, próxima al ángulo noroeste, hay una pila bautismal monolítica de grandes dimensiones, con forma cilíndrica y boca de perfil plano, colocada sobre un zócalo adosado a la pared occidental.
Se ha datado la construcción de este edificio a finales del siglo xii.
FARRERA
Iglesia de Santa Eulàlia de Alendo
La iglesia parroquial de Alendo está situada al lado del cementerio, en la cima de una estribación, conocida como el Serrat de Santa Eulàlia, 150 m al Norte del núcleo de Alendo. Para llegar desde Farrera, se ha de tomar una pequeña vía asfaltada que arranca del centro de la localidad y que, avanzando en dirección sur, conduce a la aldea tras recorrer 1,3 km. Entonces se ha de coger un sendero que discurre por la ladera oeste de la pequeña colina en la que se asienta la iglesia.
La primera mención del lugar de Alende y su parroquia, aunque sin determinar su advocación, se encuentra en la falsa acta de consagración de la catedral de La Seu d’Urgell, en la que aparecen como integrantes del valle de Tírvia. Aparece nuevamente documentada en 1073, cuando el obispo de Urgell, Bernat Guillem, entregó el templo a Orset y a su sobrino a cambio de servicios feudales, seguramente, relacionados con el cercano castillo, del que apenas quedan unos pocos restos situados a escasa distancia. Poco se sabe de su suerte después de ser incorporado al vizcondado de Castellbó en 1272, pues únicamente ha quedado constancia de las constantes disputas por la jurisdicción del lugar. En la visita pastoral de 1758, se mencionaba el buen estado de conservación de la antigua parroquia de Alendo.
La capilla de Santa Eulàlia que presenta un estado de conservación aceptable, ha sido objeto de escasas transformaciones a lo largo de su historia. Presenta una planta compuesta por una sola nave ligeramente trapezoidal –de 11,60 m de largo por 4,90 m de ancho, aproximadamente– y un ábside semicircular –de 3,10 m de profundidad y 4 m de ancho–, el cual está precedido de un arco presbiterial de perfil apuntado que facilita la transición entre los dos espacios. Sobre este arco, en el exterior, se alza, una espadaña de doble vano y tejado a doble vertiente, cuya singular ubicación justifica la presencia de dos contrafuertes en la conjunción de la cabecera con la nave. En el semicilindro absidal se abren dos ventanas, una en la parte central y otra orientada al Sur, de doble derrame y con arco de medio punto. Este liso lienzo se prolonga hacia abajo en su parte central para salvar el desnivel del terreno. En el muro meridional se abre una puerta, ligeramente descentrada hacia poniente, con arco de medio punto y dovelas de piedra toba. Asimismo, en la parte superior de este paramento se hallan dos ventanas de medio punto un tanto irregular y doble derrame, una de las cuales, la más occidental, está tapiada. En la zona media de este mismo muro, justo en el borde del enlucido, se conservan unos restos de vigas que probablemente corresponden a la estructura de un porche, actualmente desaparecido. El muro oeste está coronado por una ventana rectangular de factura posterior, por debajo de la cual, pero a cierta altura respecto al suelo, se observa un alargado vano tapiado formado por un arco de medio punto con dovelas de piedra toba y un alfeizar monolítico, y que destaca por sus dimensiones –1,49 m de altura y 0,58 m de luz–. Cabe suponer que, con el fin de dar mayor estabilidad al ángulo noroeste, se engrosó gran parte del muro norte, a excepción del tramo más occidental. El exterior, se cubre con un tejado de pizarras a doble vertiente.
En el interior, el ábside se cubre con una bóveda de horno ligeramente apuntada, mientras que la nave hace lo propio con una techumbre de madera. En el paramento interior del ábside se encuentran varios orificios: bajo la ventana sur una pequeña credencia, y, a mayor altura y flanqueando la ventana central dos huecos colocados de forma simétrica en los que se podría haber alojado una viga. A los pies de la nave, y en época posterior, se construyó un coro elevado de madera, al que se accede por una escalera, adosada al muro meridional.
El aparejo está formado por irregular y dispar mampostería sin labrar, de diferentes materiales, dispuesta de forma poco uniforme. En las esquinas se utilizaron piedras de mayor tamaño. Se conservan ciertos restos del enlucido, mucho mejor conservado en la zona baja del muro sur y el ábside. En cambio, exceptuando el arco presbiterial, los paramentos interiores se hallan completamente recubiertos y pintados.
Se conservan el pavimento, a base de losas dispuestas de forma irregular, así como, una pila monolítica de factura poco cuidada, ligeramente semiesférica, con la boca y la base de perfil rectilíneo, que se halla adosada al montante oriental de la puerta. Igualmente, próxima al ángulo noroeste, hay una pila bautismal monolítica de grandes dimensiones, con forma cilíndrica y boca de perfil plano, colocada sobre un zócalo adosado a la pared occidental.
Se ha datado la construcción de este edificio a finales del siglo xii.
FARRERA
Iglesia de Santa Eulàlia de Alendo
La iglesia parroquial de Alendo está situada al lado del cementerio, en la cima de una estribación, conocida como el Serrat de Santa Eulàlia, 150 m al Norte del núcleo de Alendo. Para llegar desde Farrera, se ha de tomar una pequeña vía asfaltada que arranca del centro de la localidad y que, avanzando en dirección sur, conduce a la aldea tras recorrer 1,3 km. Entonces se ha de coger un sendero que discurre por la ladera oeste de la pequeña colina en la que se asienta la iglesia.
La primera mención del lugar de Alende y su parroquia, aunque sin determinar su advocación, se encuentra en la falsa acta de consagración de la catedral de La Seu d’Urgell, en la que aparecen como integrantes del valle de Tírvia. Aparece nuevamente documentada en 1073, cuando el obispo de Urgell, Bernat Guillem, entregó el templo a Orset y a su sobrino a cambio de servicios feudales, seguramente, relacionados con el cercano castillo, del que apenas quedan unos pocos restos situados a escasa distancia. Poco se sabe de su suerte después de ser incorporado al vizcondado de Castellbó en 1272, pues únicamente ha quedado constancia de las constantes disputas por la jurisdicción del lugar. En la visita pastoral de 1758, se mencionaba el buen estado de conservación de la antigua parroquia de Alendo.
La capilla de Santa Eulàlia que presenta un estado de conservación aceptable, ha sido objeto de escasas transformaciones a lo largo de su historia. Presenta una planta compuesta por una sola nave ligeramente trapezoidal –de 11,60 m de largo por 4,90 m de ancho, aproximadamente– y un ábside semicircular –de 3,10 m de profundidad y 4 m de ancho–, el cual está precedido de un arco presbiterial de perfil apuntado que facilita la transición entre los dos espacios. Sobre este arco, en el exterior, se alza, una espadaña de doble vano y tejado a doble vertiente, cuya singular ubicación justifica la presencia de dos contrafuertes en la conjunción de la cabecera con la nave. En el semicilindro absidal se abren dos ventanas, una en la parte central y otra orientada al Sur, de doble derrame y con arco de medio punto. Este liso lienzo se prolonga hacia abajo en su parte central para salvar el desnivel del terreno. En el muro meridional se abre una puerta, ligeramente descentrada hacia poniente, con arco de medio punto y dovelas de piedra toba. Asimismo, en la parte superior de este paramento se hallan dos ventanas de medio punto un tanto irregular y doble derrame, una de las cuales, la más occidental, está tapiada. En la zona media de este mismo muro, justo en el borde del enlucido, se conservan unos restos de vigas que probablemente corresponden a la estructura de un porche, actualmente desaparecido. El muro oeste está coronado por una ventana rectangular de factura posterior, por debajo de la cual, pero a cierta altura respecto al suelo, se observa un alargado vano tapiado formado por un arco de medio punto con dovelas de piedra toba y un alfeizar monolítico, y que destaca por sus dimensiones –1,49 m de altura y 0,58 m de luz–. Cabe suponer que, con el fin de dar mayor estabilidad al ángulo noroeste, se engrosó gran parte del muro norte, a excepción del tramo más occidental. El exterior, se cubre con un tejado de pizarras a doble vertiente.
En el interior, el ábside se cubre con una bóveda de horno ligeramente apuntada, mientras que la nave hace lo propio con una techumbre de madera. En el paramento interior del ábside se encuentran varios orificios: bajo la ventana sur una pequeña credencia, y, a mayor altura y flanqueando la ventana central dos huecos colocados de forma simétrica en los que se podría haber alojado una viga. A los pies de la nave, y en época posterior, se construyó un coro elevado de madera, al que se accede por una escalera, adosada al muro meridional.
El aparejo está formado por irregular y dispar mampostería sin labrar, de diferentes materiales, dispuesta de forma poco uniforme. En las esquinas se utilizaron piedras de mayor tamaño. Se conservan ciertos restos del enlucido, mucho mejor conservado en la zona baja del muro sur y el ábside. En cambio, exceptuando el arco presbiterial, los paramentos interiores se hallan completamente recubiertos y pintados.
Se conservan el pavimento, a base de losas dispuestas de forma irregular, así como, una pila monolítica de factura poco cuidada, ligeramente semiesférica, con la boca y la base de perfil rectilíneo, que se halla adosada al montante oriental de la puerta. Igualmente, próxima al ángulo noroeste, hay una pila bautismal monolítica de grandes dimensiones, con forma cilíndrica y boca de perfil plano, colocada sobre un zócalo adosado a la pared occidental.
Se ha datado la construcción de este edificio a finales del siglo xii.
FARRERA
Iglesia de Santa Eulàlia de Alendo
La iglesia parroquial de Alendo está situada al lado del cementerio, en la cima de una estribación, conocida como el Serrat de Santa Eulàlia, 150 m al Norte del núcleo de Alendo. Para llegar desde Farrera, se ha de tomar una pequeña vía asfaltada que arranca del centro de la localidad y que, avanzando en dirección sur, conduce a la aldea tras recorrer 1,3 km. Entonces se ha de coger un sendero que discurre por la ladera oeste de la pequeña colina en la que se asienta la iglesia.
La primera mención del lugar de Alende y su parroquia, aunque sin determinar su advocación, se encuentra en la falsa acta de consagración de la catedral de La Seu d’Urgell, en la que aparecen como integrantes del valle de Tírvia. Aparece nuevamente documentada en 1073, cuando el obispo de Urgell, Bernat Guillem, entregó el templo a Orset y a su sobrino a cambio de servicios feudales, seguramente, relacionados con el cercano castillo, del que apenas quedan unos pocos restos situados a escasa distancia. Poco se sabe de su suerte después de ser incorporado al vizcondado de Castellbó en 1272, pues únicamente ha quedado constancia de las constantes disputas por la jurisdicción del lugar. En la visita pastoral de 1758, se mencionaba el buen estado de conservación de la antigua parroquia de Alendo.
La capilla de Santa Eulàlia que presenta un estado de conservación aceptable, ha sido objeto de escasas transformaciones a lo largo de su historia. Presenta una planta compuesta por una sola nave ligeramente trapezoidal –de 11,60 m de largo por 4,90 m de ancho, aproximadamente– y un ábside semicircular –de 3,10 m de profundidad y 4 m de ancho–, el cual está precedido de un arco presbiterial de perfil apuntado que facilita la transición entre los dos espacios. Sobre este arco, en el exterior, se alza, una espadaña de doble vano y tejado a doble vertiente, cuya singular ubicación justifica la presencia de dos contrafuertes en la conjunción de la cabecera con la nave. En el semicilindro absidal se abren dos ventanas, una en la parte central y otra orientada al Sur, de doble derrame y con arco de medio punto. Este liso lienzo se prolonga hacia abajo en su parte central para salvar el desnivel del terreno. En el muro meridional se abre una puerta, ligeramente descentrada hacia poniente, con arco de medio punto y dovelas de piedra toba. Asimismo, en la parte superior de este paramento se hallan dos ventanas de medio punto un tanto irregular y doble derrame, una de las cuales, la más occidental, está tapiada. En la zona media de este mismo muro, justo en el borde del enlucido, se conservan unos restos de vigas que probablemente corresponden a la estructura de un porche, actualmente desaparecido. El muro oeste está coronado por una ventana rectangular de factura posterior, por debajo de la cual, pero a cierta altura respecto al suelo, se observa un alargado vano tapiado formado por un arco de medio punto con dovelas de piedra toba y un alfeizar monolítico, y que destaca por sus dimensiones –1,49 m de altura y 0,58 m de luz–. Cabe suponer que, con el fin de dar mayor estabilidad al ángulo noroeste, se engrosó gran parte del muro norte, a excepción del tramo más occidental. El exterior, se cubre con un tejado de pizarras a doble vertiente.
En el interior, el ábside se cubre con una bóveda de horno ligeramente apuntada, mientras que la nave hace lo propio con una techumbre de madera. En el paramento interior del ábside se encuentran varios orificios: bajo la ventana sur una pequeña credencia, y, a mayor altura y flanqueando la ventana central dos huecos colocados de forma simétrica en los que se podría haber alojado una viga. A los pies de la nave, y en época posterior, se construyó un coro elevado de madera, al que se accede por una escalera, adosada al muro meridional.
El aparejo está formado por irregular y dispar mampostería sin labrar, de diferentes materiales, dispuesta de forma poco uniforme. En las esquinas se utilizaron piedras de mayor tamaño. Se conservan ciertos restos del enlucido, mucho mejor conservado en la zona baja del muro sur y el ábside. En cambio, exceptuando el arco presbiterial, los paramentos interiores se hallan completamente recubiertos y pintados.
Se conservan el pavimento, a base de losas dispuestas de forma irregular, así como, una pila monolítica de factura poco cuidada, ligeramente semiesférica, con la boca y la base de perfil rectilíneo, que se halla adosada al montante oriental de la puerta. Igualmente, próxima al ángulo noroeste, hay una pila bautismal monolítica de grandes dimensiones, con forma cilíndrica y boca de perfil plano, colocada sobre un zócalo adosado a la pared occidental.
Se ha datado la construcción de este edificio a finales del siglo xii.
FARRERA
Iglesia de Santa Eulàlia de Alendo
La iglesia parroquial de Alendo está situada al lado del cementerio, en la cima de una estribación, conocida como el Serrat de Santa Eulàlia, 150 m al Norte del núcleo de Alendo. Para llegar desde Farrera, se ha de tomar una pequeña vía asfaltada que arranca del centro de la localidad y que, avanzando en dirección sur, conduce a la aldea tras recorrer 1,3 km. Entonces se ha de coger un sendero que discurre por la ladera oeste de la pequeña colina en la que se asienta la iglesia.
La primera mención del lugar de Alende y su parroquia, aunque sin determinar su advocación, se encuentra en la falsa acta de consagración de la catedral de La Seu d’Urgell, en la que aparecen como integrantes del valle de Tírvia. Aparece nuevamente documentada en 1073, cuando el obispo de Urgell, Bernat Guillem, entregó el templo a Orset y a su sobrino a cambio de servicios feudales, seguramente, relacionados con el cercano castillo, del que apenas quedan unos pocos restos situados a escasa distancia. Poco se sabe de su suerte después de ser incorporado al vizcondado de Castellbó en 1272, pues únicamente ha quedado constancia de las constantes disputas por la jurisdicción del lugar. En la visita pastoral de 1758, se mencionaba el buen estado de conservación de la antigua parroquia de Alendo.
La capilla de Santa Eulàlia que presenta un estado de conservación aceptable, ha sido objeto de escasas transformaciones a lo largo de su historia. Presenta una planta compuesta por una sola nave ligeramente trapezoidal –de 11,60 m de largo por 4,90 m de ancho, aproximadamente– y un ábside semicircular –de 3,10 m de profundidad y 4 m de ancho–, el cual está precedido de un arco presbiterial de perfil apuntado que facilita la transición entre los dos espacios. Sobre este arco, en el exterior, se alza, una espadaña de doble vano y tejado a doble vertiente, cuya singular ubicación justifica la presencia de dos contrafuertes en la conjunción de la cabecera con la nave. En el semicilindro absidal se abren dos ventanas, una en la parte central y otra orientada al Sur, de doble derrame y con arco de medio punto. Este liso lienzo se prolonga hacia abajo en su parte central para salvar el desnivel del terreno. En el muro meridional se abre una puerta, ligeramente descentrada hacia poniente, con arco de medio punto y dovelas de piedra toba. Asimismo, en la parte superior de este paramento se hallan dos ventanas de medio punto un tanto irregular y doble derrame, una de las cuales, la más occidental, está tapiada. En la zona media de este mismo muro, justo en el borde del enlucido, se conservan unos restos de vigas que probablemente corresponden a la estructura de un porche, actualmente desaparecido. El muro oeste está coronado por una ventana rectangular de factura posterior, por debajo de la cual, pero a cierta altura respecto al suelo, se observa un alargado vano tapiado formado por un arco de medio punto con dovelas de piedra toba y un alfeizar monolítico, y que destaca por sus dimensiones –1,49 m de altura y 0,58 m de luz–. Cabe suponer que, con el fin de dar mayor estabilidad al ángulo noroeste, se engrosó gran parte del muro norte, a excepción del tramo más occidental. El exterior, se cubre con un tejado de pizarras a doble vertiente.
En el interior, el ábside se cubre con una bóveda de horno ligeramente apuntada, mientras que la nave hace lo propio con una techumbre de madera. En el paramento interior del ábside se encuentran varios orificios: bajo la ventana sur una pequeña credencia, y, a mayor altura y flanqueando la ventana central dos huecos colocados de forma simétrica en los que se podría haber alojado una viga. A los pies de la nave, y en época posterior, se construyó un coro elevado de madera, al que se accede por una escalera, adosada al muro meridional.
El aparejo está formado por irregular y dispar mampostería sin labrar, de diferentes materiales, dispuesta de forma poco uniforme. En las esquinas se utilizaron piedras de mayor tamaño. Se conservan ciertos restos del enlucido, mucho mejor conservado en la zona baja del muro sur y el ábside. En cambio, exceptuando el arco presbiterial, los paramentos interiores se hallan completamente recubiertos y pintados.
Se conservan el pavimento, a base de losas dispuestas de forma irregular, así como, una pila monolítica de factura poco cuidada, ligeramente semiesférica, con la boca y la base de perfil rectilíneo, que se halla adosada al montante oriental de la puerta. Igualmente, próxima al ángulo noroeste, hay una pila bautismal monolítica de grandes dimensiones, con forma cilíndrica y boca de perfil plano, colocada sobre un zócalo adosado a la pared occidental.
Se ha datado la construcción de este edificio a finales del siglo xii.
FARRERA
Iglesia de Santa Eulàlia de Alendo
La iglesia parroquial de Alendo está situada al lado del cementerio, en la cima de una estribación, conocida como el Serrat de Santa Eulàlia, 150 m al Norte del núcleo de Alendo. Para llegar desde Farrera, se ha de tomar una pequeña vía asfaltada que arranca del centro de la localidad y que, avanzando en dirección sur, conduce a la aldea tras recorrer 1,3 km. Entonces se ha de coger un sendero que discurre por la ladera oeste de la pequeña colina en la que se asienta la iglesia.
La primera mención del lugar de Alende y su parroquia, aunque sin determinar su advocación, se encuentra en la falsa acta de consagración de la catedral de La Seu d’Urgell, en la que aparecen como integrantes del valle de Tírvia. Aparece nuevamente documentada en 1073, cuando el obispo de Urgell, Bernat Guillem, entregó el templo a Orset y a su sobrino a cambio de servicios feudales, seguramente, relacionados con el cercano castillo, del que apenas quedan unos pocos restos situados a escasa distancia. Poco se sabe de su suerte después de ser incorporado al vizcondado de Castellbó en 1272, pues únicamente ha quedado constancia de las constantes disputas por la jurisdicción del lugar. En la visita pastoral de 1758, se mencionaba el buen estado de conservación de la antigua parroquia de Alendo.
La capilla de Santa Eulàlia que presenta un estado de conservación aceptable, ha sido objeto de escasas transformaciones a lo largo de su historia. Presenta una planta compuesta por una sola nave ligeramente trapezoidal –de 11,60 m de largo por 4,90 m de ancho, aproximadamente– y un ábside semicircular –de 3,10 m de profundidad y 4 m de ancho–, el cual está precedido de un arco presbiterial de perfil apuntado que facilita la transición entre los dos espacios. Sobre este arco, en el exterior, se alza, una espadaña de doble vano y tejado a doble vertiente, cuya singular ubicación justifica la presencia de dos contrafuertes en la conjunción de la cabecera con la nave. En el semicilindro absidal se abren dos ventanas, una en la parte central y otra orientada al Sur, de doble derrame y con arco de medio punto. Este liso lienzo se prolonga hacia abajo en su parte central para salvar el desnivel del terreno. En el muro meridional se abre una puerta, ligeramente descentrada hacia poniente, con arco de medio punto y dovelas de piedra toba. Asimismo, en la parte superior de este paramento se hallan dos ventanas de medio punto un tanto irregular y doble derrame, una de las cuales, la más occidental, está tapiada. En la zona media de este mismo muro, justo en el borde del enlucido, se conservan unos restos de vigas que probablemente corresponden a la estructura de un porche, actualmente desaparecido. El muro oeste está coronado por una ventana rectangular de factura posterior, por debajo de la cual, pero a cierta altura respecto al suelo, se observa un alargado vano tapiado formado por un arco de medio punto con dovelas de piedra toba y un alfeizar monolítico, y que destaca por sus dimensiones –1,49 m de altura y 0,58 m de luz–. Cabe suponer que, con el fin de dar mayor estabilidad al ángulo noroeste, se engrosó gran parte del muro norte, a excepción del tramo más occidental. El exterior, se cubre con un tejado de pizarras a doble vertiente.
En el interior, el ábside se cubre con una bóveda de horno ligeramente apuntada, mientras que la nave hace lo propio con una techumbre de madera. En el paramento interior del ábside se encuentran varios orificios: bajo la ventana sur una pequeña credencia, y, a mayor altura y flanqueando la ventana central dos huecos colocados de forma simétrica en los que se podría haber alojado una viga. A los pies de la nave, y en época posterior, se construyó un coro elevado de madera, al que se accede por una escalera, adosada al muro meridional.
El aparejo está formado por irregular y dispar mampostería sin labrar, de diferentes materiales, dispuesta de forma poco uniforme. En las esquinas se utilizaron piedras de mayor tamaño. Se conservan ciertos restos del enlucido, mucho mejor conservado en la zona baja del muro sur y el ábside. En cambio, exceptuando el arco presbiterial, los paramentos interiores se hallan completamente recubiertos y pintados.
Se conservan el pavimento, a base de losas dispuestas de forma irregular, así como, una pila monolítica de factura poco cuidada, ligeramente semiesférica, con la boca y la base de perfil rectilíneo, que se halla adosada al montante oriental de la puerta. Igualmente, próxima al ángulo noroeste, hay una pila bautismal monolítica de grandes dimensiones, con forma cilíndrica y boca de perfil plano, colocada sobre un zócalo adosado a la pared occidental.
Se ha datado la construcción de este edificio a finales del siglo xii.
Texto: Azucena Povill Espinós/Juan Antonio Olañeta Molina - Fotos: Azucena Povill Espinós
Bibliografía
Baraut i Obiols, C., 1986, doc. 2; Baraut i Obiols, C., 6 (1983), doc. 856; Bosch González, M., 2001, p. 37; Cabestany i Fort, J.-F. et alii, 2004, pp. 103-106; Castells Catalans, Els, 1967-1979, II, p. 1483; Catalunya Romànica, 1984-1998, XV, pp. 40 y 189; Madoz Ibáñez, P., 1985, I, p. 31; Rocafort i Sansó, C., s. d., p. 684; Tragó, P., 1982, p. 49; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1987-1990, I, pp. 172, 179, 181-182, 186, 191-192, 195, 197, 199-201, 204, 220, 222, 263 y 302-304.