Continuando por la carretera CA-272 que atraviesa de este a oeste el Valle, antes de llegar a Polientes, nos encontramos con la localidad de Campo de Ebro. Este pueblo, como indica su nombre, posee de un emplazamiento privilegiado junto al río Ebro, además de un interesante patrimonio histórico-artístico. Cuenta así, con interesantes ejemplos de arquitectura tradicional, un molino harinero en buen estado de conservación y una iglesia de estilo Barroco dedicada a San Millán que se levanta en el lugar de la prexistente iglesia románica, con una cronología similar a San Martín de Elines, de la que tan solo ha pervivido su pila bautismal.
Tras la iglesia parroquial se sitúa, además, la pequeña ermita rupestre enclavada en la roca. Sus orígenes están asociados el fenómeno de repoblación que tuvo lugar por estas tierras en torno a los siglos XVIII-X y que, pese a su sencillez, fue declarada Bien de Interés Cultural en 1985.
Esta pequeña capilla consta tan solo de una nave de planta rectangular en su interior, que está rematada por un ábside sobreelevado, y enmarcado por un arco triunfal de herradura. Ausente de cualquier tipo de ornamentación, el interior aparece recorrido por un banco labrado en la roca arenisca y con la cubierta ligeramente arqueada. Asimismo, en el centro de la nave se pueden apreciar los arranques de una pila prismática que fue demolida para ampliar, probablemente, el templo. Desde el exterior, se puede ver el vano de acceso y otro que permite la entrada de luz realizados en un muro de mampostería, y a diferencia de otros ejemplos de la zona, a su alrededor no se dispone una necrópolis.
En cuanto al origen del pequeño ermitorio se remonta a la época de la primera evangelización de los cántabros por parte de los monjes procedentes del cenobio de San Millán en la Rioja, explicando así la advocación de la iglesia parroquial. De igual forma, en su interior albergó la escuela del pueblo durante años, así como la casa concejo o incluso, fue habitada en otras épocas, además de desempeñar la función de refugio durante la guerra civil. Pese a todos los avatares, presenta un buen estado de conservación frente a otros ermitorios de la zona y guarda cierta semejanza con el del Barrio de Cadalso que veremos a continuación.