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Vista del exterior de la ermita

Identificador
09246_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 39' 5.18'' , Lomg:3º 23' 51.15''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega,José Manuel Melgosa Fernández
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de San Facundo

Localidad
Los Barrios de Bureba
Municipio
Los Barrios de Bureba
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
A ERMITA DE SAN FACUNDO se encuentra alejada del pueblo, siguiendo la carretera unos 800 m en dirección a Oña. Emplazada sobre un pequeño montículo, en la actualidad no queda más que la cabecera de lo que fue en otro tiempo la iglesia de una aldea -el “barrio de San Facundo”- hoy desaparecida. El pequeño templo se levanta en una magnífica sillería, a excepción del muro moderno que cierra la iglesia por el lado oeste. Al exterior, el ábside se compone de presbiterio recto y el ábside semicircular, además de la espadaña con remate a piñón y dos pisos cobijando dos troneras cada uno, más un tercero donde se aloja el campanil. Se levanta a la altura del arco triunfal reforzándose el muro con dos contrafuertes dobles que recogen los empujes. A continuación aparece el tramo recto del presbiterio, en cuyo lado sur se abre una aspillera enmarcada en un arco de medio punto con dos boceles que descansan en una pareja de columnas acodilladas. La columna de la derecha presenta un capitel con una esquemática figura zoomorfa, cuerpo de ave con las alas explayadas que culminan en una voluta, y cabeza humana. En el lado contrario, el capitel se adorna con tres sencillas hojas que se coronan en tres piñas. El cimacio en ambos capiteles es de dos mediascañas. El ábside, retranqueado respecto al presbiterio, divide su tambor en tres paños mediante dos haces de triples columnas adosadas, el doble de ancha la central, cuyos capiteles alcanzan la cornisa. La columna más meridional se corona con un capitel en el que se representa una figura masculina con las manos unidas a la altura del pecho y escoltada por dos cuadrúpedos, representación quizá de Daniel en el foso de los leones. El capitel de la columna de la izquierda se adorna con tres personajes ataviados con largas túnicas, una con la mano en el pecho y otra con una mano en la cintura. Mientras, en la columna de la derecha aparece un personaje cuyos brazos extendidos parecen convertirse en estrechas alas. En el haz de columnas del lado norte, la columna central posee un capitel muy deteriorado, prácticamente liso, en el que sólo en las esquinas se adivinan una especie de volutas. A su izquierda aparece un capitel con tres hojas lisas, la central con voluta superior, y en el capitel de la derecha una hoja gruesa central entre dos de menor tamaño. En el eje del ábside se abrió una aspillera bajo un arco de medio punto abocelado que descansa en dos columnas. Los capiteles se adornan con sencillos motivos vegetales, de tres grandes hojas lisas que terminan en una piña y entre ellas tres finas hojas. También en esta calle central del ábside y bajo la ventana, aparece una inscripción, de difícil lectura actualmente debido a su irremisible erosión. Según Luciano Huidobro, quien dio a conocer el edificio, el texto completo decía: SVB [ERA MCC]XVIIII ESSE CEPITIS DE[O] GRA(tia)S (empezaste a ser edificada en la era 1219 gracias a Dios). Sospechamos que el texto era más extenso. El ábside está recorrido por dos impostas de mediacaña, una a la altura de la base de la ventana, y la otra a la altura de los cimacios de los capiteles de las ventana. Coronando la cabecera y sustentando la cornisa se encuentra la línea de canecillos en la que predominan los motivos de cabezas humanas y de animales. Empezando por el lado sur, en el presbiterio aparece una cabeza humana, un prótomo de animal, tres rollos, un barril o cuba y otra cabeza humana. A continuación ya en el tramo semicircular continúan los canes con otra cabeza humana, un personaje con un barril, y un prótomo de cerdo. En el tramo central aparece de nuevo una cabeza humana de gruesos labios, un prótomo de bóvido y un conejo. En el tercer tramo se representan otro bóvido, un torso humano y un canecillo de nacelas superpuestas. Por último en el tramo norte del presbiterio se representan dos canes de nacela con cabezas de clavo, otro de nacela con rectángulo inscrito y dos bustos humanos. Al interior del templo se accede a través del moderno muro que cierra la cabecera a la altura del triunfal. Una vez dentro lo primero que observamos es el arco de triunfo apuntado y doble, que se apoya en dos fuertes columnas. En la columna del evangelio, su capitel aparece decorado con un cuadrúpedo que ocupa casi todo el frente, apoyado directamente sobre el collarino y, a su lado, incrustado en el muro de cierre de la iglesia, asoma un personaje barbado que sustenta un irreconocible objeto en sus manos. En la columna de la epístola, de nuevo en el capitel aparece un cuadrúpedo, especie de león, acompañado en este caso por dos personajes de pie junto al animal. El tramo del presbiterio se cubre con una bóveda de cañón apuntada. En el lado sur se abre una interesante ventana con arco polilobulado -al estilo de los de Navas de Bureba y otros ejemplos riojanos- que apoya en dos columnas cuyos capiteles repiten los motivos ya representados en el exterior de la misma ventana: en el capitel de la izquierda, aparece un personaje con estrechas alas explayadas, y en el de la derecha tres hojas lisas con una piña rematando la parte superior. Seguidamente se encuentra el ábside semicircular, algo menos elevado que el presbiterio y cubierto por una bóveda de horno. En el eje central se abre la ventana, con arco trilobulado que descansa en dos sencillas columnas de capiteles con motivos vegetales. Dos impostas de mediascañas recorren todo el interior templo, una a la altura del alféizar de las ventanas y otra a la altura de los cimacios de sus capiteles. En el muro norte del presbiterio vemos una inscripción que hoy se lee con mucha dificultad. Huidobro creía leer: IN HOC ALTARE SETR (servantur) RELIQUIE FONTINE IN VERENATIONE ET EORUM QUORUM NOIA (nomina) SCRIPTA VIDENTUR, que traducía como, “En este altar se guardan las reliquias de Santa Fontina en veneración y la de aquellos cuyos nomb res se ven escritos”. Por nuestra parte, nos parece meridianamente clara la transcripción como: IN HOC ALTARE S(an)C(t)OR(um) [R]ELIQVIE CONTINENTUR QVORV(m) NO(m)I(n)A SCRIPTA VIDENTVR, es decir, “En este altar están contenidas las reliquias de aquellos santos cuyos nombres se ven escritos”. Cronológicamente el inicio de la obra de la ermita de San Facundo aparece marcado epigráficamente en el año 1181, en consonancia con el grupo de edificios con los que se relaciona, sobre todo los cercanos de Navas y Soto de Bureba.