Identificador
16909_04_023n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
40º 20' 16.79'' , - 2º 10' 34.99''
Idioma
Autor
Virginia Cañas Córdoba
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Ribatajada
Municipio
Sotorribas
Provincia
Cuenca
Comunidad
Castilla-La Mancha
País
España
Claves
Descripción
SITUADA EN EL EXTREMO occidental del pueblo, al final de la calle Real, se levanta la iglesia parroquial de Ribatajada. Ningún documento nos precisa la fecha exacta de su construcción (salvo un sillar que explicaremos más adelante y que puede conservar e indicar la fecha en la que se levantó), pero al igual que el resto de templos de esta zona, responde al esquema básico de iglesia de repoblación, de estilo románico tardío, construida durante el siglo XIII, después de pacificada toda esta zona por parte del rey cristiano Alfonso VIII. Su aspecto actual es fruto, además, de toda una serie de modificaciones y nuevas intervenciones llevadas a cabo, sobre todo, durante los siglos XVI y XVII. Intervenciones que, por otro lado, no impiden la conservación de parte de sus elementos románicos, entre ellos su portada, una de las más bellas del románico conquense. Esta iglesia rural, de pequeño tamaño, se compone de nave única y ábside en semicírculo precedido por presbiterio rectangular, con un pequeño cuerpo de planta cuadrada, adosado en el lado sur, que hace de sacristía. Tiene dos portadas, una, de pequeñas dimensiones, abierta en el lado oeste del edificio, resuelta por arco apuntado. Actualmente está cegada, aunque en origen se abrió para comunicar el interior del templo con el cementerio situado en el entorno de la iglesia. La otra portada, abierta en el lado sur, es la entrada principal. Realizada con sillares de tonos rojizos, se resuelve con un arco adovelado apoyado en jambas. Presenta, además, tres arquivoltas con recercado moldurado y otros elementos decorativos austeros y de menor entidad. Las arquivoltas descansan en una doble cornisa que recorre todo el cuerpo y, que a su vez, da paso a seis columnas, tres a cada lado de la portada. Estas columnas, restauradas hace poco, quedan rematadas por unos capiteles con una decoración vegetal de escaso relieve. A su vez, los fustes se apoyan sobre un basamento compuesto por basas poco pronunciadas sobre plinto recientemente construido. En el cuerpo de portada, en el lado izquierdo, llaman la atención dos sillares con inscripciones. Entre la puerta de entrada al templo y la primera columna interior, en el segundo sillar encontramos la siguiente inscripción: […] ACE VCD IN ERA […] […] CCLXIII La transcripción literal sería la siguiente: […] Ace vcd en la Era de [1]263. Posiblemente, tiene que ver con alguna de las etapas de construcción del edificio, pero el mal estado de conservación en el que se encuentra, dificulta su estudio y transcripción. Además, en el último sillar de esta misma zona, previo a la doble cornisa que separa los capiteles de las arquivoltas, aparece inscrita la fecha de 1763, cuando se llevó a cabo una de las muchas remodelaciones que sufrió esta iglesia. La portada se completa con un tejaroz y dos roscas de teja vuelta. En el exterior llama también la atención el ábside. Conserva su altura original y presenta en el alero la cornisa pétrea con moldura cóncava en el borde, de época románica. Ésta queda apoyada en una serie de canecillos decorados a base de rollos y otros motivos, principalmente vegetales. En el eje del tambor, se abre una pequeña ventana de arco de medio punto recercado de sillar. Completa todo este bello conjunto la espadaña del muro de poniente. Construida a base de sillar, está estructurada en tres cuerpos separados por una simple moldura. En el superior se abren dos huecos de medio punto para las campanas, y la parte más alta está rematada por una estructura triangular. Este elemento de la iglesia ha sufrido una serie de modificaciones a lo largo de su historia que han provocado que quedara embutida entre el añadido de los muros laterales de la nave. También han sufrido las influencias de posteriores intervenciones la portada de arco apuntado, hoy cegada, y un ventanal adintelado, abierto en el cuerpo superior. Además, a comienzos de la década de los ochenta del pasado siglo XX, se construyó a los pies de esta espadaña un pequeño recinto que hace las veces de almacén. La obra románica se levanta en mampostería con remates de sillar en las esquinas, de arenisca de grano fino y tonos rojizos y ocres. Actualmente se aprecia el enfoscado por toda la parte exterior del edificio, así como un pequeño zócalo que recorre todo el ábside. Presenta este templo una cubierta a dos aguas en todo el edificio salvo en el cuerpo de la sacristía. Los canecillos y la cornisa original sólo se conservan en parte del presbiterio y en el ábside. En el resto, el vuelo de los aleros se resuelve mediante tejas de rosca vueltas. Ya en el interior, el ábside aparece cubierto por una bóveda de cuarto de esfera. El presbiterio, en cambio, hace uso de bóveda de cañón de yeso, quedando separadas ambas partes del edificio por un arco de medio punto de ladrillo. Por otro lado, el paso del presbiterio a la nave se resuelve mediante arco triunfal de medio punto moldurado que presenta un escudo en el centro y que apoya sobre pilares moldurados de planta poligonal, rematados en la parte superior por capiteles decorados con bolas, y en la parte inferior apoyados en basamentos que a su vez apoyan en pilares poligonales. La nave queda dividida en tres tramos y está cubierta por bóveda de yeso sobre falsos arcos fajones doblados y formeros formando lunetos, que apoyan en pilastras adosadas al muro a través de cornisa de yeso moldurada y volada. A los pies de la nave se encuentra un coro alto que corta por la mitad una pequeña ventana románica abierta en el muro de poniente. En mal estado de conservación y a modo de jardinera, se encuentra actualmente la antigua pila bautismal de Ribatajada, a los pies de la puerta principal de la iglesia. Labrada en piedra caliza roja, presenta un vaso de 93 cm de diámetro exterior y 75 cm de diámetro interior. Se caracteriza por la ausencia de decoración: presenta un vaso muy tosco y algo irregular, totalmente liso. Se apoyaba, en origen, sobre un pedestal troncocónico invertido de 35 cm de altura, que actualmente se conserva separado de la copa. Responde, en líneas generales, a la tipología que Nieto Taberné clasifica como pilas lisas, un modelo ampliamente extendido por la provincia de Cuenca. Recuerda a las pilas conservadas en Tribaldos, Lagunaseca, o Belinchón. Todas ellas caracterizadas por la ausencia de decoración en sus vasos y por presentar un aspecto muy tosco y primitivo.