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Interior del antiguo refectorio convertido en iglesia por la comunidad camaldulense

Identificador
09200_02_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 37' 54.74'' , -2º 53' 7.32''
Idioma
Autor
Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Monasterio de Santa María

Localidad
Santa María de Herrera
Municipio
Miranda de Ebro
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LOS DATOS HISTÓRICOS nos indican que en el lugar se levantó primero el monasterio de San Martín de Ferrara que en torno al año 1044 fue incorporado a San Millán de la Cogolla, cuando los caballeros Lope Sánchez de Armiñón y Alvaro González de Guinea dieron al susodicho monasterio el quinto del mismo. Hasta su actual emplazamiento el cenobio recorrió varios lugares siendo Alfonso VIII quien instó al prior cisterciense de Valdefuentes a cambiar de orden para lo que le ofreció la heredad de Sajazarra donde comenzó la organización del monasterio a partir del año 1171. Este cenobio se colocó bajo la protección y patrocinio de Veruela. Finalmente, por problemas de abastecimiento de agua, Alfonso VIII le ofreció Herreruela, junto con otras villas y heredades, para que trasladase allí la comunidad. Hemos de suponer que la fábrica debía corresponder en su planta a los usos cistercienses, con el claustro como centro de organización del resto de las dependencias. En la actualidad únicamente se mantienen en pie los restos de una pared románica que algunos denominan “Palacio de Alfonso VIII” y sobre todo el viejo refectorio. Es ésta una edificación de planta rectangular, cubierta con bóveda de cañón apuntado que articula el espacio en siete tramos mediante los correspondientes arcos fajones. Estos arcos descansan sobre columnas con capiteles lisos y fustes interrumpidos a media altura. De la primitiva iglesia únicamente queda en pie un lienzo del muro meridional y un vano, todo ello construido con piedra de toba. Todo parece indicar que el templo se remataba en testero recto del que quedan el muro, la cornisa, algunos canecillos y un sencillo óculo. Las formas de lo que conservamos y los datos históricos nos indican que nos encontramos ante una construcción tardorrománica levantada a finales del siglo XII o comienzos del siglo XIII.