Identificador
40192_01_009
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 3' 5.66" , -4º 2' 59.4"
Idioma
Autor
Carlos Álvarez Marcos
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Adrada de Pirón
Municipio
Adrada de Pirón
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
ESTE PEQUEÑO TEMPLO está enclavado dentro del núcleo urbano junto a la carretera que cruza la localidad en dirección a Losana de Pirón. Exteriormente el edificio presenta unos volúmenes muy sencillos con una nave rectangular que sostiene una torre sobre su muro occidental y una cabecera semicircular que tiene adosada una sacristía en el lado sur a la altura del presbiterio. El material utilizado en la construcción es fundamentalmente la mampostería empleada en la realización de los muros y oculta bajo una capa de enfoscado, mientras que la sillería se reserva para las esquinas, las cornisas y las ventanas. El ábside, totalmente liso y enfoscado, conserva su impronta románica y tiene en su eje central una ventana de tipo saetera con derrame externo rodeada por un pequeño arco de medio punto con chambrana y cimacios de nacela que apoya en columnitas con basas áticas, fustes lisos y capiteles decorados, uno de ellos con una pareja de aves de largas colas que doblan sus cuellos hasta juntar sus picos en la parte inferior de la cesta y en la otra cesta, un motivo vegetal con dos filas de hojas, las de la parte inferior lisas y partidas por un pequeño nervio central que vuelven sus puntas en forma de espiral, mientras que en las superiores solamente se tallan las puntas de las hojas vueltas enrolladas en forma de círculos. Tras la colocación del retablo barroco en el ábside, esta ventana quedó parcialmente cegada por lo que fue necesario abrir otra de formato cuadrangular situada en el lado sur del ábside, de forma que la cabecera pudiese recibir iluminación directa. Finalmente la ornamentación escultórica de la cabecera se completa con una serie de canecillos entre los que podemos ver cabezas de león, cigüeñas, hojas puntiagudas, rollos, cuadrúpedos y varias cabezas humanas. La única puerta de entrada a la iglesia se sitúa en el lado oeste de la nave, y justo por encima de ella se eleva la torre dividida en dos cuerpos, siendo el último donde se abren las cuatro troneras, una en cada lado, que albergan las campanas. Una vez dentro, comprobamos como los volúmenes exteriores tienen su correspondencia en el interior: una nave, cubierta con una armadura de madera de parhilera, cuyos muros laterales están animados por tres grandes arcos de medio punto a cada lado separados por pilastras y construidos reaprovechando sillares románicos en algunos puntos pero también ladrillos y sillería relativamente nueva. El interior de la iglesia se ilumina a través de dos grandes ventanales practicados en el lado sur de la nave, concretamente en el centro de los dos arcos situados en los laterales dejando al arco central completamente ciego. En el lado oeste, sobre el cual se construye la torre como ya apuntamos anteriormente, se habilitan dos pequeñas estancias cuadrangulares utilizadas como confesionario una y la otra como almacén guardando también la pila bautismal (107 cm de diámetro x 86 cm de altura) de traza románica, copa semiesférica, lisa, sin decoración y talla tosca. Creemos, por tanto, que la nave de la iglesia no pertenece al mismo momento constructivo que la cabecera sino que se realiza tiempo después, quizás durante los siglos XVII o XVIII. De la nave hacia la cabecera se pasa a través de un arco triunfal apuntado recogido por columnas y rodeado por dos arquivoltas que apoyan en jambas prismáticas. En el lado del evangelio tanto el fuste de la columna como el capitel están prácticamente destrozados: el fuste probablemente por la colocación en este lugar del púlpito de la iglesia mientras que el capitel está también muy deteriorado y tan sólo es discernible su temática de origen vegetal. La columna del lado de la epístola se conserva mucho mejor con una magnífica cesta en la que se representan cuatro grifos, animal mitológico muy abundante en la iconografía románica. Aparecen representados dos en la cara central y uno en cada cara lateral, los cuatro en la misma postura levantando sus patas delanteras y apoyando todo el cuerpo sobre los cuartos traseros, con las colas entrelazadas la pareja y girando el cuello hasta tocar con su pico la punta de las alas. Justo encima de los capiteles se conservan los cimacios decorados con las características flores de cuatro pétalos inscritas en doble círculo, un motivo decorativo sumamente repetido en la ornamentación de las iglesias segovianas. Dicho cimacio se desarrolla, en forma de línea de imposta, por todo el arco pasando también al presbiterio y al ábside donde la imposta pasa a tener perfil de nacela. La cabecera de la iglesia se cubre con bóveda de cañón apuntado el presbiterio y bóveda de horno para el ábside, ésta última parcialmente oculta por el retablo barroco de la iglesia formado por dos tablas laterales en las que se representa a San Ambrosio y San Albino Obispo, una tabla central con la imagen de la Inmaculada, y la hornacina central que se reserva para una imagen de la Virgen con el Niño, de unos 60 cm de altura, con reminiscencias románicas aunque de fechas tardías, siglo XIII. La Virgen de mirada fija y rostro hermético sostiene al Niño sobre su rodilla izquierda, porta una pequeña fruta en la mano derecha y viste con túnica marrón hasta los tobillos, manto azulado con bordes dorados y un pequeño velo de color blanco que oculta las orejas. El Niño, vestido también con colores oscuros, bendice con la mano derecha y porta bola dorada en la mano izquierda. En definitiva, la iglesia de La Asunción de Nuestra Señora de Adrada de Pirón es un templo de origen románico, no anterior al siglo XII, del cual conservamos completamente la cabecera pero que en una época bastante tardía, siglos XVII o XVIII, fue reformado sobre todo la caja de muros, rehaciendo la nave y añadiendo una sacristía al mismo tiempo.