LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN ANDRÉS se eleva dentro de la población, sobre una pequeña plataforma levemente inclinada que adquiere un mayor desnivel en la zona del ábside. Consta de una sola nave reformada en época posmedieval, con cabecera y torre de factura románica. El ábside, de forma semicircular, está construido en sillería de piedra arenisca, levantado sobre un zócalo. Exteriormente su perímetro se articula en tres paños y dos cuerpos, separados éstos por una imposta biselada que recorre todo el tambor a la altura del arranque de las ventanas. Los paños están divididos en su parte inferior por dos pilastras, sobre las que se alzan dos columnas entregas coronadas por capiteles lisos rematados en volutas. Otra columna va colocada en el ángulo que forma el tambor absidal con el presbiterio, tal como se puede ver también en la ermita de Padilla de Abajo. La cornisa que remata toda la cabecera está apoyada sobre una serie de canecillos de nacela, excepto uno que hay en el paño meridional que tiene una decoración de rollo o barril. La ventana del eje absidal está formada por un arco de medio punto doblado carente de decoración. La imposta izquierda de la que arranca el arco exterior es biselada y la derecha de tallos entrelazados. El vano está enmarcado por dos columnas acodilladas que se levantan sobre una basa formada por plinto, doble toro y escocia. El capitel de la izquierda presenta un collarino cubierto por una sucesión de hojitas, mientras, que la cesta se decora con hojas de acanto entre las que aparecen dos cabezas humanas. Se corona con un precioso cimacio decorado con aves afrontadas. El otro capitel muestra tallos entrelazados rematados en los costados en volutas y acogiendo un fruto en el centro. El vano norte presenta un esquema similar. El capitel izquierdo está decorado con dos grifos afrontados de buena talla y el derecho con hojas de acanto y entrelazos rematados en volutas. Adosada al muro presbiterial norte está la torre, formada por tres cuerpos separados por dos impostas biseladas. En el muro este de su cuerpo inferior se abre una sencilla ventana, en el norte una aspillera y en el oeste apreciamos un arco de medio punto cegado, que comunicaba con una estancia desaparecida cuya función desconocemos. En el cuerpo superior se abren las troneras, formadas por dos arcos apuntados en cada muro. El acceso a este cuerpo se hace a través de una pequeña estancia adosada al muro sur, donde se aloja una escalera que lleva hasta la parte superior del presbiterio y desde allí, por encima de la bóveda, hasta el campanario. El acceso al interior de la iglesia se realiza a través de una portada abierta en el muro meridional, hoy protegida por un pequeño y estrecho pórtico. Consta de un sencillo arco doblado, ligeramente apuntado, que arranca de una imposta lisa. En el interior la cabecera se cubre con bóveda de horno en el ábside -oculta tras el retablo mayor- y de cañón apuntado en el tramo recto, mientras que la nave lo hace con bóvedas de lunetos correspondientes a la reforma llevada a cabo en el siglo XVIII. Detrás del mencionado retablo se aprecia la columna de una ventana con un capitel decorado con hojas y cogollos. Los de la ventana central también están decorados con motivos vegetales a base de hojas que acogen bolas. Tanto el ábside como el presbiterio se alzan sobre un pequeño banco corrido, rematado en un bocel. En el muro sur del presbiterio se dispone una doble arquería de medio punto que descansa en tres columnas levantadas sobre el mismo banco. El capitel de la izquierda está decorado con cuatro aves que picotean a un búho o lechuza, el central con hojas de acanto y el de la derecha con dos aves bebiendo de un cáliz o copa, tema de claro sentido eucarístico. Los cimacios se ornamentan con roleos, entrelazos y tallos vegetales que recuerdan a las labores de la portada de la ermita de Padilla de Abajo. Curiosa resulta también la decoración de los collarinos a base de hojitas y puntas de diamante. En el muro septentrional se abre un profundo arco de medio punto doblado que apoya sobre dos columnas con capiteles decorados con arpías y acantos. Este arco comunica con una estancia ubicada en el cuerpo bajo de la torre que hace las veces de sacristía. Se cubre con una bóveda de crucería cuyos nervios descansan en cuatro columnas angulares de capiteles lisos. El arco triunfal, apuntado y doblado, descansa sobre una pareja de semicolumnas coronadas por capiteles historiados de complicada interpretación dado su mal estado de conservación. El del lado del evangelio está decorado en un lateral con una figura, tal vez un ángel, que sujeta un objeto en una mano, en el centro se observan unas alas y en el otro lado de la cesta un personaje sedente. El capitel de la epístola está también deteriorado, distinguiéndose únicamente una cabeza y el cuerpo de un animal. Además de lo descrito encontramos reutilizados siete canecillos y dos relieves románicos, procedentes de la iglesia de Santa María, hoy en ruinas. Los canecillos están colocados a lo largo de la nave, salvo uno reutilizado en la bóveda de cañón de acceso a la sacristía. Se decoran con variados motivos entre los que destacan un personaje con un barril, una cabeza de toro -parecido a uno de la parroquial de Villamayor de Treviño-, un cérvido, un asno y una comadreja engullendo a su presa. Los relieves se encuentran adosados en el hastial occidental. Uno de ellos, con unas dimensiones de 50 cm de largo por 33 cm de ancho, parece re p resentar un duelo de villanos, con dos individuos luchando con escudo y maza, tal como se puede ver en algunas iglesias palentinas (Santiago de Carrión de los Condes, Arenillas de San Pelayo, Moarves de Ojeda, la parroquial de Perazancas de Ojeda y un capitel palentino conservado en el museo estadounidense de Baltimore). El otro relieve tiene decoración geométrica y sus dimensiones son 55 cm de largo por 30 cm de ancho. También a los pies de la nave se conserva una pila bautismal de forma semiesférica con decoración de gallones rematados con arquillos, de talla y factura probablemente góticas.