LA PARROQUIA DE SAN MIGUEL se edificó en el siglo XVI sobre el solar de una iglesia anterior de la que sólo se reaprovechó una portada románica de piedra. La planta, sin embargo, en nada recuerda los modelos románicos más convencionales. Su asimetría, por el contrario, revela un sencillo plan rectangular modificado y ampliado sobre la marcha. Se compone de dos naves separadas por cuatro esbeltas columnas. La de la epístola, germen y eje del templo, es más ancha, cubierta con un artesonado de gusto mudéjar coetáneo de la fábrica, mientras que la del evangelio, añadida a la anterior y desplazada de la línea axial, se cierra con una simple techumbre de madera. Un único ábside, de testero plano, prolonga la nave principal hacia el este. Ocupa los pies del templo un coro alto de madera, sustentado por un pilar prismático alineado con las columnas divisorias. Adosada al hastial occidental se eleva la torre, asimismo de ladrillos macizos, con tres cuerpos, individualizados por una banda de sardineles. En el superior se coloca el campanario. La portada románica se abre al sur, en la zona central de la fachada, entre sendas dependencias añadidas que conforman en medio un pequeño portal. Tanto el vano como el lienzo de muro en que éste se integra son de piedra caliza bien cortada y en excelente estado de conservación, ya que hasta 1984 estuvo recubierta de yeso. Ligeramente abocinada, consta de arco de ingreso y dos arquivoltas lisas de medio punto y guardapolvo decorado con tres filas de billetes. Apean sobre imposta corrida de caveto con medias bolas en relieve.