LA IGLESIA PARROQUIAL, que preside el centro del caserío, es una construcción tardogótica levantada sobre parte de lo que fuera la anterior románica, de la que queda en pie, aprovechado por la nueva fábrica, el fondo de la primitiva nave, levantada en buena sillería labrada a hacha. Los vestigios conservados, claramente diferenciados hasta media altura del hastial occidental -tanto al interior como al exterior- sorprenden por la presencia en ellos de dos ventanas cegadas, ambas de arco de medio punto sobre impostas de listel y chaflán y columnas acodilladas semiembutidas en el aparejo que ciega los vanos. En los capiteles de la meridional apenas si reconocemos los dos niveles de hojas lisas con bolas en las puntas, mientras que la norte decora la rosca de su arco con dientes de sierra y una banda de contario, observándose en el capitel izquierdo una máscara monstruosa o glouton bajo un cimacio decorado con un carnoso tallo ondulante con abultadas hojitas. En los aleros góticos se recuperaron varios fragmentos de la primitiva cornisa, decorados con nacelas y puntas de diamante de ocho láminas, así como una serie de canecillos románicos. Aunque la mayoría son de simple nacela -una con una cruz inscrita en un clípeo-, otros se decoran con prótomos de bóvidos y cérvidos, un águila, un ave rapaz devorando una presa a la que ase con sus garras, el prótomo un cánido enmarcado por los tallos con hojitas que brotan de un mascarón monstruoso inferior, una liebre, etc. En uno del muro meridional vemos a un hombre de frente portando una lanza sobre el hombro derecho y tocando un cuerno que sostiene con su mano izquierda, y en otro del muro norte un busto femenino con toca con barboquejo. Estos dos últimos resultan especialmente interesantes, pues la caracterización de sus rostros, de construcción cuadrada y ojos globulosos y salientes, los relacionan con el estilo del maestro de Cerezo de Riotirón, Gredilla de Sedano, Escóbados de Abajo, etc., siendo así obra de los años finales del siglo XII.