Castillo de Caldes
CALDES DE MALAVELLA
Con una extensión de 57,3 km², el municipio de Caldes de Malavella se encuentra en un extenso valle entre las cuencas de los ríos Ter y Tordera. El término comprende la villa y cabeza del municipio de Caldes de Malavella, el pueblo de Franciac, el vecindario de Folgueroles (o Israel), los vecindarios de Baix, de Dalt, de las Mateves y de Santa Seclina, y varias urbanizaciones.
Las fuentes termales que afloran en el término son explotadas por tres empresas envasadoras, y junto a los dos balnearios constituyen la fuente principal de riqueza del municipio, que es el primer centro de embotellado de agua carbónica del país.
La carretera N-II atraviesa el término cerca de su límite oeste. Desde el km 701 parte la carretera local GI-673 que lleva a Caldes y Llagostera, donde enlaza con la C-65. Una carretera local sale de la villa en dirección a Cassà de la Selva.
Diversas excavaciones llevadas a cabo desde finales del siglo xix, por Norbert Font i Sagué en el período 1897-1902, y posteriores han propiciado el hallazgo de restos prehistóricos del paleolítico superior, ibéricos y romanos. De la etapa romana cabe destacar unas importantes termas, cuyos restos se encuentran en el recinto de una planta embotelladora.
La primera referencia a la parroquia de Sant Esteve de Caldes aparece en un documento del 1053, y la denominación perdura en otros documentos del 1131, 1194, 1246 i 1362. El otro nombre que forma parte del topónimo, Malavella, aparece ya el 1057, referido al cercano castillo de Malavella.
Texto: Montse Jorba i Valero
Castillo de Caldes
En pleno municipio de Caldes de Malavella, en el denominado turó de Sant Grau, se levantan los vestigios del castillo de Caldes. El recinto tiene como particularidad su ubicación, aprovechando como cimientos las antiguas termas romanas de la localidad. Actualmente solo se conservan tres torres cilíndricas y una parte del muro perimetral de unos 20 m.
La primera noticia del castillo data del año 1183, se trata de una sentencia emitida por el sacristán de Girona Arnau Darnius, donde se hace referencia a la carta forum de Calidis. A pesar de todo podría tratarse presumiblemente de una construcción mucho más antigua ya que en 1059 en el Liber Feudorum Maior ya aparece el apelativo de Caldes. Esta fortificación perteneció en sus inicios al vizcondado de Cabrera, mientras que del siglo xiv al xviii formó parte de la baronía de Llagostera.
En el siglo xix fue derribada gran parte del castillo. De las tres torres que se conservan, la más antigua de todas es la del flanco sur, mientras que las otras dos son producto de modificaciones posteriores. La torre meridional tiene planta semicircular y está adosada en un ángulo de la muralla, mientras que las otras dos están unidas a edificios adyacentes de épocas posteriores. Dichas torres están formadas por un aparejo de bloques tallados de manera irregular. Los sillares están dispuestos en una ligera forma de talud en las bases. Algunos de estos materiales constructivos fueron reaprovechados de los vestigios de las antiguas termas romanas.
Actualmente se ha restaurado y excavado todo el conjunto, consolidando sus muros y respetando las termas de época romana integradas en el castillo.
Texto y foto: Marina García Carbonell
Bibliografía
Castells Catalans, Els, 1967-1979, III, pp. 452-461; Catalunya romànica, 1984-1998, V, pp. 344-346; Falguera i Sivilla, J. M., 1929; Mundet i Torres, J., 2003, pp. 67-87; Gonzalez, L. y Cuadrado, J., 1994, pp. 8-9; Zuchitello, M., 1998.