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Vista interior desde los pies

Identificador
31119_01_033
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 44' 12.08'' , -1º 36' 50.96''
Idioma
Autor
Luisa Orbe Jaurrieta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Martín

Localidad
Imárcoain
Municipio
Noáin (Valle de Elorz) / Noain (Elortzibar)
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
EN IMÁRCOAIN la parroquia está confundida entre el caserío del lugar y de ella sólo destaca la torre, pues incluso su fábrica queda enmascarada bien por un pórtico tardío -fechado en 1750- bien por otros edificios. Se trata de una más entre las numerosas iglesias que fueron poblando la geografía rural navarra durante la Edad Media; en este caso de acuerdo con modelos del románico. En efecto, a él remiten sus cortas dimensiones o su estructura, así como los distintos elementos que iremos describiendo. El interior, de 15,77 m por 6,30, se articula en tres tramos de nave a los que hay que añadir la cabecera con ábside semicircular que hoy esconde un retablo romanista. La fábrica original se amplió en el siglo XVI al dotarla de sacristía, que se adosó al lado norte del ábside, y el espacio interior se transformó en el barroco con dos capillas laterales en el tramo anterior a la cabecera, por lo que dicho tramo se asimila al crucero. Como se acostumbra en estas iglesias, la torre se erige sobre los pies de la nave. El templo se cubre con bóveda de medio cañón apuntada, reforzada por arcos fajones, también apuntados, que apean en pilastras cercenadas en diagonal a media altura, en tanto que la cabecera se enmarca por un arco doble y cubre con bóveda de horno, en parte oculta tras el retablo. Todo el perímetro de la iglesia está recorrido por una imposta lisa que ocupa el lugar del cimacio en las pilastras. Los focos de iluminación, como es habitual en las iglesias del momento, son escasos, y además en esta ocasión tardíos, pues presentan forma cuadrangular. Uno está abierto en el muro de la capilla sur y los otros en la torre, de forma que el inferior da luz al sotocoro y el superior al coro. Sin embargo sabemos que los focos originales seguían la tradición románica. Uno estaba en el eje del ábside, con forma de ventana de medio punto abocinada, que todavía subsiste tras el retablo, y el segundo se abría en el muro sur del presbiterio y se tapió cuando se adosó la casa parroquial. Entre las obras de renovación está documentada la elevación del tejado a mediados del siglo XVIII, bajo la dirección del carpintero Juan José Bengoechea. La iglesia conserva una imagen mariana con el Niño, bajo la advocación de Virgen de los Remedios (alto: 81 cm, ancho: 34 cm y fondo: 23,5 cm) cuyo aspecto original ha sido muy alterado, pero con todo cabe incluirla en el románico. María aparece sentada con el Niño centrado en sus rodillas, al cual enmarca con los brazos, pero en una actitud extraña, ya que éstos responden a una reposición. La vestimenta de la Virgen está formada por velo muy ceñido a la cabeza, túnica y manto, piezas estas dos últimas que también cubren al Hijo. De los atributos se conservan las coronas de ambos y el libro del Niño. Para fecharla en el último tercio del siglo XII, Fernández-Ladreda se fija en la posición centrada del Niño y su corona, así como en el tratamiento del velo de María, ajustado, y del halda de su túnica. Poco se aprecia del exterior de la iglesia debido a que en buena parte está enmascarado por distintas construcciones. Queda libre el muro occidental de la torre cuadrangular levantada sobre el último tramo de la nave, que está reforzada en las esquinas por dos contrafuertes que llegan a media altura. Dos medios puntos, uno de ellos tapiado, se abren en el cuerpo de campanas de la cara oeste, mientras que el resto de los muros muestran sólo uno. Al muro norte de la torre se yuxtapone un cuerpo vertical prismático que esconde la escalera. Del muro norte no se ve nada, pues sirvió de apoyo a distintas edificaciones. La imagen de la cabecera, por su parte, resulta extraña, ya que sólo es visible la parte alta del ábside mientras que el resto lo ocultan dos edificios anexos. Tuvo contrafuertes cuya huella se reconoce en la parte del paramento exterior, todavía perceptible. En cuanto al muro sur, está disimulado por la casa parroquial y un pórtico barroco que protege la portada original, abierta, como ocurre en estas iglesias, en el tramo anterior a los pies. También responde a la tipología frecuente su construcción en resalte y, como muchas coetáneas, es abocinada con chambrana y cuatro arquivoltas de platabanda que dibujan medios puntos y descansan en pies derechos con cimacio liso. La portada mide 1,67 m de vano, 0,47 de resalte y 4,51 de frente. La parroquia de Imárcoain incorpora formas del románico tardío, como la bóveda apuntada o la portada, desnuda de ornamentación, por lo que se puede pensar que se construyó en el entorno de 1200. El dato documental referido a la controversia que habría durado treinta años antes de ser resuelta en 1202 permite suponer que la ejecución fue posterior a ese año, e incluso que dicho acuerdo pudo haber sido el desencadenante de la renovación de un edificio que quizá existiera ya desde el siglo XI, si tenemos en cuenta las otras menciones escritas.