Identificador
19212_01_013n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
40º 25' 7.32'' , -2º 55' 25.54''
Idioma
Autor
Ezequiel Jimeno Martínez
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Pastrana
Municipio
Pastrana
Provincia
Guadalajara
Comunidad
Castilla-La Mancha
País
España
Claves
Descripción
SITUADA EN LA PARTE MÁS ELEVADA del núcleo, en una terraza natural en lo alto de la ladera donde se asienta el municipio, la iglesia es la construcción más primitiva de la villa, del siglo XIII según la mayoría de los autores. La actual colegiata ha sufrido diferentes etapas de construcción a lo largo de su historia hasta llegar a su disposición actual. Tras la llegada de la orden de Calatrava a la provincia de Zorita, a finales del siglo XII, comienza la definitiva repoblación de Pastrana y, por consiguiente, su asentamiento. Es en esta época, hacia el siglo XIII, cuando se levanta el primitivo templo de estilo románico tardío, el cual iba ligado a los postulados de la también incipiente orden religiosa que por esas fechas se instala en la provincia. Es, por tanto, de su primera etapa la actual nave central de la colegiata, lo que era la nave única de la iglesia románica. Constaba de tres tramos que mediante un arco triunfal daba paso a la cabecera con ábside semicircular, que ha desaparecido. La orden de Calatrava desarrolló una importante labor constructiva en toda la zona de Zorita. Era necesario poner de manifiesto, tras la Reconquista, el dominio cristiano sobre su territorio; para ello había que edificar en cada pueblo un templo donde se reivindicaran las necesidades de culto y que además sirviera de lugar defensivo en caso de contraofensiva musulmana, de ahí que las construcciones calatravas siguieran un modelo religiosodefensivo. De la primitiva iglesia calatrava no queda más que la planta de una sola nave que se puede observar en el interior, y que actualmente ocupa el coro de la iglesia y una serie de elementos que pasamos a describir hasta llegar a dar como resultado el conjunto global de la iglesia tras sus numerosas ampliaciones. El trazado de la nave primitiva de estilo románico ocupa el coro, como hemos dicho antes; los muros se realizan con sillares bien trabajados y de buena factura, debido al marcado carácter defensivo que se le otorgó a esta construcción. La escasa altura de la nave es acorde con el estilo románico, de pequeñas iglesias con escasa altura que coinciden con las que se estaban construyendo en la Encomienda de Calatrava, tales como la de la iglesia del Castillo, en Zorita, o la de Hontoba. La zona de la cabecera ha perdido el ábside semicircular, que fue demolido tras la ampliación de la iglesia gótica, pero conserva parte del presbiterio. De la nave al presbiterio se abre paso mediante un gran arco triunfal apuntado y doblado. Este arco, reforzado y de gran grosor, es el que habilita la posibilidad de sustentar el peso del cuerpo de la espadaña. La espadaña se situaría en este tramo de la cabecera, y no a los pies, siguiendo el modelo de distribución de las iglesias calatravas, de las cuales la de Hontoba es su más clara influencia. Sería de dos o tres huecos, con refuerzo de sillares en las esquinas, del mismo ancho que la nave, cargando su peso sobre el arco triunfal y que sería ampliada a torre-vigía en época posterior. El tramo recto posterior al arco apuntado corresponde al presbiterio, que tuvo que tener dos espacios abiertos en sus muros laterales, pero se cegaron con motivo de la primera ampliación al construir la torre-vigía y se obligó al recrecimiento de las cimentaciones y por tanto de los muros del presbiterio original; por este motivo, se cegaron los vanos. Vendrían a ser dos ventanas aspilleradas con abocinamiento interior, al igual que el ábside, que tendría un vano en su centro y que formarían un conjunto de tres vanos para iluminar la cabecera. El peso del arco descansa sobre columnas con fuste liso adosadas al muro, con capitel liso geométrico. Las columnas se apoyan sobre basa formadas por collarino, escocia y amplio toro, y sobre un plinto que se eleva sobre el suelo. El arco exterior descansa sobre una sencilla cornisa moldurada. El presbiterio se cubría, posiblemente, con bóveda de cañón ligeramente apuntado, también de sillar como el resto de los muros, y que posteriormente, en su primera ampliación, pasó a tener bóveda nervada, que sería la base de la torre-vigía. La bóveda del ábside sería de cuarto de esfera, como ocurre en estas iglesias calatravas, siguiendo el modelo de Hontoba. En uno de los contrafuertes del muro norte se encuentra la escalera de caracol que comunicaba con lo alto de la espadaña; se conserva aún en el muro y es de reducidos peldaños, de una sola pieza. Este modelo de escalera lo encontramos también en la iglesia del Castillo, de Zorita, Hontoba, y en monasterios cistercienses como el de Bonaval; no olvidemos que la orden de Calatrava dotaba a las iglesias de una doble funcionalidad, defensiva a la vez que religiosa, y estructuras como las escaleras de caracol constituían un valor añadido de defensa, junto con el grosor de sus muros en caso de ataque. Según el estudio realizado por Alegre Carvajal, se diferencian cuatro etapas nuevas sobre la primitiva iglesia románica. La primera ampliación de la iglesia se produjo en el siglo XIV, en esa fecha se le añadió la torre vigía o campanario, se desmontaron los sillares de la antigua espadaña y se aprovecharon para construir esta torre-vigía. Las necesidades de defensa y vigilancia permanente motivaron esta construcción sobre la anterior espadaña. Se amplió el número de naves hasta llegar a tres, las naves laterales resultantes de la ampliación se separaron por tres tramos de arquerías apuntados y doblados sobre pilares circulares de gran grosor. Es de un estilo románico cisterciense. La segunda ampliación se produjo en el siglo XV, con la elevación de la techumbre de la nave central, se elevaron los canecillos y se abrió doble arquería con veintidós arcos, de los que algunos son cegados y otros abiertos, de ladrillo, lo que permite dar iluminación al interior. Son de un marcado estilo toledano, y la techumbre de tirantes es sustituida por un artesonado en madera. A finales del siglo XV y comienzos del XVI se llevó a cabo la tercera ampliación, sufragada por el consejo de la villa; se advierte ahora un marcado carácter gótico en arcos y, sobre todo, en las típicas bóvedas de crucería nervadas. Además se dotó a la iglesia de un retablo gótico realizado por A. Covarrubias y Juan de Borgoña, cuya fecha es de 1536. La última ampliación considerable se produjo en el siglo XVII, siendo arzobispo don Pedro González de Mendoza, hijo de los primeros Duques de Pastrana, adoptando las características de la iglesia a las directrices del nuevo estilo en auge, el Barroco. En esta época se ampliaron las naves y el crucero y se elevó la iglesia a la categoría de colegiata, llamada así por albergar un cabildo de clérigos, un collegium de sacerdotes, para que de ese modo se realizaran funciones religiosas más solemnes, categoría que de forma simbólica perdura hasta la actualidad.