Ermita de Santa Maria del Palau

En el extremo occidental del municipio de Sant Llorenç de la Muga se encuentra un  barrio de masías conocido como El Palau, que preside la ermita de Santa Maria. Para llegar al paraje tendremos que tomar la carretera que va de Sant Llorenç de la Muga a Albanyà. A poco más de 5 km del pueblo, a mano derecha, se vislumbra la silueta de la ermita, al lado de pequeño manso.

El sitio de Palau (Palatio), bañado por la Muga, es mencionado ya en varios documentos de los siglos ix y x. De la capilla, en cambio, no hay noticias anteriores a a finales de s. xiii, cuando aparece entre las iglesias con rentas propias mencionadas en las Rationes Decimarum de los años de 1279 y 1280.

La ermita de Santa María del Palau es una iglesia de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón apuntado y cerrada, al Este, con un ábside semicircular que cubre con una bóveda de cuarto de esfera igualmente apuntada. La fachada de los pies contrasta por su carácter monumental con el resto de la fábrica, en particular por la enorme espadaña que la corona, de dos vanos y techumbre a dos aguas.

Incluso pese a la evidente desproporción de este sector occidental, el templo presenta un aspecto compacto y equilibrado, con un aparejo muy regular y sólido, a base de sillares perfectamente escuadrados y alineados, muy homogéneos; una sencilla cornisa corona los muros, biselada en los laterales y en caveto en el perímetro absidal. En el ábside se abre una pequeña ventana axial, muy estrecha, coronada por un arco de medio punto tallado en un bloque monolítico que funciona como dintel. Esta solución se repite en las otras ventanas del templo, que son más grandes. Hay tres en el muro meridional, donde también se abre la portada del templo; son todas de doble derrame, aunque la más oriental es de tamaño considerablemente menor. Una ventana más, del mismo tamaño que las dos anteriores pero de derrame simple, se abre en la fachada occidental. No hay aberturas en el costado septentrional, en donde hubo adosada una edificiación en la que residía el ermitaño del templo, demolida en el tercer cuarto del siglo xx.

La portada es sencilla pero de formas rotundas y bien equilibradas. Se sitúa en el extremo occidental del muro sur, y está compuesta por dos arcos de medio punto adovelados en degradación, sin dintel ni tímpano. El arco exterior va perfilado por un voluminoso guardapolvo de moldura en cuarto de círculo que llega hasta las impostas, que tienen la misma forma.

Cabe insistir, quizás, en el carácter singular de la fachada occidental, presidida por la mencionada espadaña de una envergadura francamente colosal, que está compuesta por tres machones verticales que presentan un retranqueo formando bisel a media altura, y que siguen luego hasta unirse en su coronamiento por dos secciones de bóveda de cuarto de esfera; la breve cornisa superior tiene una moldura en nacela.

Santa María del Palau es un templo que cabe considerar, según las características descritas, como un edificio de la segunda mitad del siglo xii. Es posible que la espadaña sea fruto de una reforma de la fachada del templo, por lo menos en su parte superior, y quizás también algunas aberturas, incluida la portada, pertenezcan a una revisión ligeramente tardía de la obra original; en cualquier caso, no parece que dicha reforma pudiera ser considerada posterior siglo xiii.

Texto y fotos: Consuelo Vila Martí

Bibliografía

Badia i Homs, J., 1977-1981, II-B, pp. 276-77; Catalunya Romànica, 1984-1998, IX,  p. 811.