Identificador
09512_05_011
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 56' 4.50'' , -3º 17' 26.67''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González,José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
San Pantaleón de Losa
Municipio
Valle de Losa
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LA TOPOGRAFÍA DEL TERRENO condicionó sobremanera la arquitectura de esta iglesia. Al encontrarse en una pronunciada pendiente, la adaptación consistió en una altura baja para el ábside y muy alta para el único tramo de la nave. Existe la posibilidad de que la obra se cerrase sin más tramos por ese desnivel, pues la pendiente se hace más fuerte y hubiese requerido de una extraordinaria altura de haberse construido un tramo más. Es la única explicación que se encuentra en la re alización de una cúpula sobre pechinas en el único tramo de la nave, al igual que el re c recimiento que se hizo en época gótica por el lado norte con una pendiente mucho más suave. De esta manera se añadió otra nave en vez de alargar la existente como ocurre en la mayoría de las ocasiones. En el interior, en el muro sur de la nave, hay una inscripción que nos aporta un dato de especial importancia para su datación. GARSIAS : BVRGENSIS : EP(iscopu)S : CON SECRAVIT : BASILICA(m) : ISTA(m) : PO(n)TIFI CATVS : SVI : AN(n)O : I :III K(a)L(enda)S MAR(tii) : E(ra) : M(illesima) : CC : XLV : Esto es: “El obispo de Burgos García consagró esta basílica en el primer año de su pontificado, a tres días de las calendas de marzo de la era 1245” (27 de febrero del año 1207). Efectivamente la inscripción guarda relación con la noticia que proporciona, pues el obispo de Burgos García Martínez Contreras ocupó la silla episcopal el 7 de junio de 1206. Como en otras ocasiones, la fecha de consagración no tiene porqué corresponder con la fecha de ejecución de la obra. Así lo entendió Íñiguez, quien estableció una datación en torno a 1175. Lojendio, aun admitiendo la fecha, señala que pudo terminarse antes de 1207, en las últimas postrimerías del siglo XII y consagrarse años después, opinión que ya había indicado Pérez Carmona, aunque en determinados detalles éste se inclina por la fecha de consagración. Parece ocioso determinar unos pocos años arriba o abajo sin otros datos comparativos que corroboren esas opiniones. En cualquier caso, algunos elementos arcaizantes y la escultura nos indican que efectivamente nos estamos moviendo en unas fechas de principios del XIII, que además entroncan con otras obras burgalesas y vascas de la misma cronología. Como ya queda dicho, se trata de una iglesia de nave única con un solo tramo que se cubre con una cúpula sobre pechinas, rematada por tramo recto y ábside semicircular. En el interior, el desnivel existente entre hemiciclo absidal, presbiterio y nave, se realiza mediante escalones. Sobre el arco triunfal se localiza la espadaña, de un único cuerpo con dos troneras que parece que quedó inconclusa dado su remate horizontal. La portada, con un curioso despliegue escultórico, se localiza en el lado occidental, enmarcada por dos sólidos contrafuertes. Al norte se abrió una construcción de dos naves en época gótica, lo que aportó un nuevo espacio a sus reducidas dimensiones y la modificación de la estructura románica en esta parte. A esta zona, en su lado más septentrional se trasladó el sepulcro románico construyéndose un templete gótico que todavía lo cobija. Sin embargo, hay algunos datos arquitectónicos llamativos con respecto a esta ampliación. Ambas obras quedan comunicadas en el presbiterio y en la nave. Pero mientras en el tramo del presbiterio el paso se efectúa mediante un arco de medio punto sobre columnas fasciculadas de factura posterior a la obra románica, el tramo de la nave románica se une a la obra gótica por un arco formero románico que plantea no pocas dudas. El ábside, como ya se ha indicado, es semicircular y cubierto por bóveda de horno, pudiéndose ver en algunas zonas en el interior la roca sobre la que asienta. Un banco decorado con un bocel recorre todo el hemiciclo. El ábside se divide en tres tramos horizontales marcados por dos líneas de imposta, la inferior de doble nacela separada por doble línea de puntas de clavo, y la superior de triple nacela. En el centro se abre una ventana abocinada con una columna a cada lado y con los fustes decorados -con entrelazo con puntas de diamante a la derecha y entorchado a la izquierda-, basas con arcos, cimacios con roleos (izquierda) y vid (derecha), chambrana con puntas de diamante y arquivolta con bolas con caperuza. A cada lado hay un capitel. El de la derecha muestra una cabeza humana barbada, con cabello rizado y sacando la lengua, mientras que el de la izquierda es una cabeza humana monstruosa, con barba, pelo en punta, mostrando una amplia fila de dientes. La iconografía de estas cabezas gesticulantes es muy frecuente en todo el entorno del norte burgalés y provincias limítrofes en obras de fines del siglo XII y principios del XIII. Igualmente los fustes decorados son muy abundantes en obras vascas procedentes del modelo de la portada de Estíbaliz (Álava). El paso del ábside al presbiterio se realiza bajo arco doblado que apoya en columna entrega con capiteles figurados, el del lado norte con dos grifos que cruzan sus picos en el centro de la cesta y apoyan una pata sobre un fruto, y en los laterales el desarrollo del cuerpo y sus colas. Más enigmático resulta el del lado meridional, que muestra una serpiente o dragón que está mordiendo por el tronco el cuerpo a un hombre tumbado con los brazos extendidos hacia delante y tocado con gorro frigio, en el lado izquierdo de la cesta un personaje barbado con traje talar y a la derecha dos bolas con caperuza; no alcanzamos a precisar el sentido de esta escena. El mismo motivo se vuelve a repetir en un capitel de la ventana interior de la nave y en la portada, en estos casos eliminando al personaje barbado. En el muro sur del presbiterio se abre una ventana, con una arquivolta de bocel que apoya sobre cimacios decorados, el de la izquierda con palmetas con tallos que las rodean y el de la derecha de doble nacela. Los fustes son lisos y culminan en sendos capiteles, el de la izquierda con una cabeza de hombre con bigote en la misma línea de los vistos en el ábside, y el de la derecha de hojas lisas que se vuelven en la parte superior. Por debajo de la ventana se abre una pequeña credencia. El lado norte se modificó para dar acceso a la nueva nave gótica, sin que sepamos cómo fue este lado del presbiterio, pero a buen seguro sin demasiadas diferencias con respecto al del sur. En cualquier caso, el acceso abierto para comunicar con la obra gótica se realiza bajo unos arcos fasciculados realizados en época posterior, como ya se ha dicho. Todo el tramo de la nave queda cubierto por una cúpula sobre pechinas. Esta solución, que no es muy habitual, se convierte en extraordinaria en iglesias de un solo tramo. En la misma provincia de Burgos encontramos las de Monasterio de Rodilla y Aguilar de Bureba, pero ninguna de ellas cubre toda la nave como San Pantaleón. La base de ésta no es semicircular sino más bien cuadrada, con los ángulos curvos y una saliente moldura lisa marcando el arranque. Las columnas que soportan el arco fajón entre la nave y el presbiterio se alzan sobre un alto basamento, de nuevo para solucionar el desnivel del terreno sobre el que se asienta. Por el contrario, en el lado sur y oriental los arcos son ciegos y quedan embutidos en sus respectivos muros. En el lado norte, ya hemos señalado que existe un acceso bajo arco formero de medio punto a la nave gótica. En este caso, como en el del arco fajón de comunicación entre nave y presbiterio, hay capiteles románicos. El capitel izquierdo del arco triunfal es similar al capitel de los grifos que juntan sus picos en el centro de la cesta y apoyan sus patas sobre una bola o fruto. El del lado derecho es un capitel vegetal con marcados caulículos que culminan en volutas. La mitad inferior de este capitel está ocupada por hojas carnosas con los tallos en los ángulos y por encima piñas bien marcadas. Este capitel es similar a otros existentes en iglesias vizcaínas y alavesas, que además tienen también como característica principal la existencia de fustes decorados como los vistos en el ábside. Efectivamente, San Miguel de Zuméchaga (Vizcaya), Respaldiza (Álava) y en general las iglesias vinculadas a Estíbaliz poseen capiteles similares a éste. Los capiteles del arco formero están decorados con motivos vegetales y bolas. El del lado más occidental es de hojas lisas con flores o frutos en la parte superior de los ángulos y su pendant muestra tres filas de bolas con caperuza. En el lado sur de la nave se abre una ventana en derrame con dos arquivoltas lisas, sin chambrana y con una pequeña cabeza de animal en la clave de la arquivolta central. El capitel interior del lado izquierdo presenta una cabeza de jabalí, le sigue una cabeza humana en el ángulo de cuya boca salen unos tallos que se entrelazan y se extienden por los laterales de la cesta. Similar a este capitel es uno que hay en la ventana absidal de la iglesia vizcaína de Zuméchaga, lo que vuelve a situar este templo en relación con San Pantaleón de Losa. El siguiente capitel repite el motivo del hombre tumbado que es mordido por la serpiente, ya visto en el capitel del fajón del ábside. El último de los capiteles, el del extremo derecho, es una cabeza humana, en la línea de la cabeza que vimos en un capitel de la ventana absidal. Un elemento apenas recogido por los autores que han estudiado esta iglesia es la existencia del arco formero doblado en el tramo norte de la nave. Como ya hemos señalado, se trata de un arco románico que apoya en capiteles del mismo estilo y que en la actualidad comunica con la fábrica gótica. La existencia de este arco apunta varias posibilidades. Una de ellas, poco probable, es que en un primer momento se hiciese un planteamiento de una iglesia de mayores proporciones con un crucero y un único ábside, siguiendo un esquema parecido al existente en Armentia (Álava), pero que se desechó inmediatamente el proyecto o cuando las obras habían llegado a este punto, pues en el lado sur no está planteado. Otra posibilidad -más plausible- es la existencia de una capilla en este lado, asimetría extraña pero que podría encontrar su explicación para cobijar el sepulcro románico que se encuentra en la actual obra gótica, bajo un templete pétreo abierto por los cuatro lados y con una bóveda de crucería. De ser así, el maestro podría haber planteando un falso crucero similar al que podemos ver en Monasterio de Rodilla, donde se encuentran los dos ciborios (también en el tramo que se cubre con una cúpula sobre pechinas), o similar a San Pedro de Tejada (aquí con trompas), espacio suficiente para colocar el sepulcro sin modificar la planta. Dicho enterramiento no ha sido recogido en ninguna ocasión como románico. Se trata de la tapa de un sepulcro a dos aguas de labra a hacha de unas dimensiones de 2 m por 42 cm, aunque fue mayor, pues en la parte delantera está fracturado. En uno de los lados está retallado, lo que puede indicar que en origen estaba adosado en esta parte al muro . En la actualidad apoya sobre una base que posee una moldura de bocel en la parte inferior. La decoración se realiza a base de simples rectángulos concéntricos similares a otros sepulcros románicos. Dichos rectángulos se alternan con simples formas cóncavas y convexas de poca profundidad, como si de boceles y mediascañas se tratara. Al exterior, la primera evidencia es la adecuación al desnivel del terreno. A simple vista se aprecia la enorme diferencia entre los casi 10 m de altura de la fachada y los escasos 2 m del ábside. Pero igualmente se ve una adecuada articulación de los paramentos. El ábside se divide en tres tramos verticales -uno parcialmente oculto por la obra gótica- por dos columnas entregas que culminan en el alero con un capitel de hojas lisas que se vuelven en la parte superior. En el tramo central, más amplio que los laterales, hay cuatro canecillos, dos de proa de nave, uno de barril y otro liso, mientras que en los otros dos tramos los canecillos son todos de proa de nave. Horizontalmente se divide también en tres tramos a través de dos molduras de nacela, una sobre la que apoyan las ventanas y otra a la altura de los cimacios sobre los que arrancan las a rquivoltas. La ventana central, de dimensiones mayore s que las laterales, es abocinada con tres pares de columnas a cada lado. Desgraciadamente, dos capiteles y cuatro fustes han desaparecido. Los capiteles existentes son de hojas lisas con espiral en su parte superior, un entrelazo similar a los fustes, dos leones afrontados que cruzan sus cuerpos y una cabeza humana que tiene un paño que le tapa la boca y queda flanqueada por dos grandes manos, extraño esquema que vimos en la portada de Ordejón de Abajo, cerca de Villadiego. Las dos arquivoltas exteriore s están formadas por curiosos boceles que dejan, como si de ventanas se tratase, que se vean cabezas y piernas humanas. La interior, está compuesta por un bocel que oculta parcialmente hojas y sobre él frutos, por debajo otro pequeño bocel y se cierra con un arco lobulado. Tanto el tipo de ventana abocinada con tres pares de columnas, como el tipo de capiteles, nos remiten claramente a elementos propios de un arte románico tardío. La ventana del lado meridional presenta una columna a cada lado, la de la derecha decorada con flores tetrapétalas entrelazadas formando una red -de nuevo similar a las de Estíbaliz y la estela creada a partir de ella- y con un capitel con un ave con las alas desplegadas, y a la izquierda un capitel fragmentado en el que se ve a un personaje con vestimenta talar sentado, similar a otro que veremos en la portada. Las arquivoltas presentan una barroca decoración formada por entrelazos, hojas con tallos, ovas entre lazos, hojas que vuelven sus vértices y en el tímpano existía una cabeza que en la actualidad se encuentra totalmente destrozada. La otra ventana queda oculta por la ampliación gótica, sin que podamos apreciarla. El hemiciclo absidal se cierra con un amplio codillo que da paso al tramo recto del presbiterio. En éste, y refiriéndonos únicamente al lado sur visible, se abre una ventana de similares características a la central del ábside. Se trata de un vano abocinado con tres pares de columnas a cada lado. Los dos capiteles interiores, con hojas vegetales y tallos con puntas de taladro, piñas en sus ángulos y caulículos en la parte superior, son similares al visto en el arco triunfal y que se repiten en numerosas iglesias vascas. Luego vemos un capitel ocupado por entero por una cabeza masculina con la boca abierta, otro con hojas vegetales lisas que en la parte superior se vuelven, un quinto con dos filas de hojas lisas y, por último, una cabeza monstruosa que engulle el fuste. Este motivo del glouton, de procedencia foránea y que enlaza con el suroeste francés, manifiesta una cierta profusión en el tardorrománico del entorno de Aguilar de Campoo, con representaciones en Rebolledo de la Torre (Burgos), Piasca (Cantabria), y las iglesias palentinas de Calahorra de Boedo, Mudá o Villavega de Aguilar. Las arquivoltas también presentan una amplia decoración; la exterior posee una mediacaña y un bocel, la segunda, más complicada, está formada en su ángulo por un entrelazo y en el exterior por flores que enlazan con los modelos borgoñones del refectorio de Oña. Y finalmente, la arquivolta interior está formada por cinco cabezas humanas. Un nuevo codillo, que coincide con la base de la espadaña, marca el comienzo de la corta nave. En este paramento destaca una ventana en el centro del muro, dos potentes contrafuertes y un entrante junto al contrafuerte de la espadaña que culmina a mitad de altura con un canecillo. Este último elemento parece un cambio de planteamiento, pues sin sentido arquitectónico, da la impresión de querer hacer unos muros más fuertes para soportar la cúpula en este tramo. La ventana, en la línea de las vistas, es abocinada con dos columnas a cada lado y rematada por sendos capiteles, uno con una cabeza de demonio que engola el fuste, otro con dos filas de bolas con caperuzas, un tercero con hojas lisas que en sus extremos superiores se vuelven con un forma similar a una flor de lis y un cuarto que representa a dos cabezas humanas. La arquivolta central remite el motivo de los entrelazos con fruto en su interior y la interior en su clave tiene una cabeza de felino. La portada, abierta en el hastial occidental de la iglesia, queda enmarcada por dos sólidos contrafuertes, y por encima de ella se abre una nueva ventana. La portada, aunque ha sufrido alguna mutilación, se conserva en aceptable estado. Abocinada, presenta tres columnas acodilladas a cada lado. El fuste de una de ellas es una estatua columna y su pendant, que ha desaparecido, podría igualmente tratarse de otra estatua columna. La que podemos ver representa a una figura masculina barbada, con el cabello largo que le cae por delante del pecho y vestido únicamente con un faldellín ceñido por un cinturón. Del hombro le cae por la espalda y pecho, como si de una bandolera se tratase, un objeto que las manos, situadas a la altura de la cintura, sostienen. Este personaje descrito como un atlante por muchos historiadores, podría ser Sansón. En un escultor que no se caracteriza por los detalles, el hecho de que el pelo largo, ondulado en sus puntas, quede tan remarcado, no parece un elemento anecdótico y sí por el contrario identificador. A esto hay que añadir que sobre él se sitúa en el arranque las arquivoltas y a la altura de la línea de los cimacios un grupo escultórico en el que, aunque muy deteriorado, se ve a un personaje también con faldellín y torso desnudo, luchando contra un león, sin duda Sansón. Junto a esta representación se añade otra de un animal muy deteriorado, que ha sido visto como la loba capitolina amamantando a Rómulo y Remo, aunque el deterioro de esta parte no permite demasiadas precisiones. El capitel contiguo a Sansón es una curiosa representación de tres hojas lisas con bolas en sus extremos superiores que quedan enmarcadas por un animal híbrido con cola de serpiente que recorre la cesta, se convierte en felino y muerde a un personaje tumbado en la parte inferior del capitel, de iguales características a dos de los vistos en el interior. A su lado tenemos otro capitel de difícil identificación. Se trata de un personaje del que sólo se ve la cabeza, que emerge de un objeto circular como si de un tonel se tratase. Este individuo sólo se caracteriza por su pelo largo. A él le flanquean dos ángeles de los que se ve la cabeza y las alas en uno de ellos, mientras el otro queda dentro del tonel u objeto que encierra al barbado. Aunque de difícil interpretación, nos atrevemos a verlo como el momento en el que Sansón está prisionero en Gaza y se dispone a girar la muela de la prisión, por lo que el objeto circular de forma sintética podría aludir a dicha muela. En el lado de la derecha hay un capitel con una escena litúrgica compuesta por tres personajes sentados con trajes talares, el central con un libro entre las manos, el de la izquierda elevando una cruz y el de la derecha alzando otro libro. El capitel contiguo tiene una representación de una barca con dos personajes dentro y un tercero fuera de ella que ha sido identificado como Jonás devorado por la ballena. No queda clara esta interpretación por la ausencia de la ballena, pero sí es conveniente recordar que en el entorno del norte burgalés existen diferentes representaciones de una posible pesca milagrosa planteadas todas ellas de diferente manera, como en La Cerca, Vallejo de Mena o Astúlez (Álava). El último de los capiteles es una cabeza de animal que no se puede identificar por su deterioro. Sobre esta cabeza y de forma similar a lo que ocurría sobre Sansón, se sitúa un relieve en el arranque las arquivoltas y a la altura de la línea de los cimacios del que sólo queda un trozo que representa a un personaje arrodillado y con corona que no llegamos a identificar. Uno de los fustes presenta un curioso zigzag que hace que se enmarque dentro del barroquismo que caracteriza a esta iglesia, tal y como hemos visto en otros fustes decorados con entrelazos. Las arquivoltas presentan una decoración basada en boceles y medias cañas, con la salvedad de la chambrana, que posee bolas con caperuza, una de tacos y en el arranque de otra con figuras encerradas en el bocel de las que sólo se ve la cabeza y las piernas como ya vimos en una de las ventas del ábside. Por encima de la portada hay una ventana abocinada con tres columnas a cada lado. Los capiteles remiten a los motivos ya vistos, especialmente en los de tipo vegetal. Igualmente se repite la cabeza humana que saca la lengua, tal y como vimos en un capitel del interior y como novedad encontramos un capitel con Adán y Eva junto a un esquemático árbol y junto a una enorme cabeza monstruosa. Recapitulando, podemos decir en primer lugar que la inscripción que data la iglesia en 1207 se corresponde perfectamente con las características escultóricas y arquitectónicas. Los motivos del glouton nos remiten igualmente a modelos del tardorrománico, y lo mismo ocurre con la recurrencia a la utilización de ventanas abocinadas con tres pares de columnas a cada lado, la presencia de fustes decorados, la utilización de estatuas columnas, los motivos de cabezas humanas que ocupan toda la cesta del capitel y que se muestran tan expresivas como las que sacan la lengua o, en fin, la vinculación con otras obras tardías como las citadas iglesias románicas vascas. En cuanto a sus relaciones estilísticas, podemos señalar que dentro de su carácter de obra tardía recoge buena parte de los modelos que entonces circulaban. No es ajena a las influencias borgoñonas que se observan especialmente en algunos capiteles vegetales, en los fustes decorados o en determinados motivos florales, muy posiblemente llegados a San Pantaleón vía Oña y vía Estíbaliz. El glouton nos lleva a modelos del Anjou, Poitou y Saintonge, aunque aquí ya trufados por los que circulaban en los entornos del norte peninsular. Por último, cabe resaltar igualmente que el proyecto inicial nos lleva a creer en un truncado planteamiento arquitectónico de mayores dimensiones; posiblemente la inclinación del terreno desestimó una obra que de haberse continuado en su nave hubiera supuesto una desproporcionada altura.