Identificador
47219_01_020
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 7' 18.99'' , -4º 50' 33.26''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Muriel de Zapardiel
Municipio
Muriel
Provincia
Valladolid
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
EL TEMPLO, “UNO DE LOS MEJORES DEL PAÍS”, a decir de Madoz –apostillando además que “contiene algunas preciosidades artísticas”–, preside la plaza y en su entorno, hace algunos años, se practicaron excavaciones arqueológicas que pusieron a descubierto la habitual necrópolis medieval. Ortega Rubio lo citaba a fines del siglo XIX como Santa María del Castillo, aunque cincuenta años antes el propio Madoz ya lo denomina con lo advocación actual. Se trata de un edificio de planta basilical distribuido en tres naves separadas por dos columnas. La central presenta mayor anchura que las laterales, sendos ábsides escalonados y una sacristía en su flanco septentrional a la altura del presbiterio. Íntegramente de ladrillo, su nave central se cubre con armadura mudéjar de par y nudillo sujeto por parejas de tirantes, mientras las laterales lo hacen a una sola vertiente. Conserva todavía restos de policromía y hacia la zona central de la nave se puede leer la fecha de 1258, dato de gran utilidad para la datación del edificio. Intervenida entre los siglos XVI y XVIII, a época medieval tan sólo pertenecen el ábside central y el del evangelio, asentados sobre un basamento de pobre mampostería. La articulación se solventa en tres niveles; los dos inferiores de arcos ciegos y doblados; el superior mediante rectángulos también ciegos y doblados. El ábside meridional, como el conjunto de la cornisa –de pequeños arcos– pertenece a una de las reformas que experimentó el templo ya en época moderna. Carente de decoración externa, es de mampostería con hiladas de ladrillo y presenta una pequeña ventana central en forma de saetera. En la intersección de este ábside con el central se aprecia el arranque de los arcos ciegos de su primitiva fábrica. En el interior los tres ábsides se abovedan con cuarto de esfera. Hasta la restauración que experimentó el templo en 1996, el central estaba oculto por un retablo barroco. El del lado del evangelio tiene un vano en el centro ligeramente abocinado y enmarcado por un arco de medio punto formado por tres roscas. A los lados de este se disponen dos arcos de medio punto. Es de suponer que el primitivo de la epístola siguiera este mismo esquema. En cuanto a la datación, a partir de la inscripción del artesonado, según la cual la iglesia había sido construida en 1258, y del esquema decorativo de la cabecera, Manuel Valdés ha propuesto como cronología relativa los últimos años del segundo tercio del siglo XIII. Los ábsides más antiguos presentarían algunas semejanzas con San Pedro de Alcazarén, obra muy permeable a las experimentaciones del mudéjar abulense, como el ábside de Santa María del Castillo, en Madrigal de las Altas Torres.