CABANES

El municipio de Cabanes, con una extensión de 15,06 km 2, se extiende al Norte de Figueres, por la llanura aluvial ampurdanesa, entre los cursos de la Muga y del Llobregat d’Empordà. El término lo componen, además de la cabeza de municipio, Cabanes, las vecindades de la Aigüeta y de las Masies de Dalt, además de numerosas masías, algunas de las cuales forman agrupamientos diseminados, como el Pla y el Forn d’en Gestí; integra también el antiguo monasterio de Cadins.

Se accede al término desde la salida 3 de la AP-7 de Barcelona a La Jonquera, siguiendo por la N-II hasta Pont de Molins, de donde se inicia la carretera local que conduce a Cabanes. Otra vía de acceso parte de Figueres.

Se tienen noticias del lugar, que perteneció al condado de Perelada, desde el año 829, en un documento que cita Chabannas y la iglesia de Sant Maurici. Más adelante, en el 885 por una oblación hecha por los condes Guifré I y Guinedilda al monasterio de Sant Joan de les Abadeses, donde su hija era abadesa. Posteriormente, diferentes familias nobles tuvieron posesiones en la zona, y desde el siglo x se conocen donaciones de alodios de su término al monasterio de Sant Pere de Rodes. El magnate Tassi, natural de Cabanes, fue precisamente el impulsor del monasterio de Rodes, con una donación descrita en un documento del 30 de noviembre del 926. Su hijo Hildesind fue el primer abad del monasterio (947-991), además de ocupar la cátedra episcopal de Elna desde el 979. A partir del siglo xi (1072) está documentado el linaje de los Cabanes. Conocemos los testamentos de Arnau de Cabanes en 1125, antes de partir a Jerusalén, y de Maria de Cabanes en 1191. Más adelante, el lugar formó parte de los dominios de los vizcondes de Rocabertí.

Texto: MJV

Torre o castillo de Cabanes

Situada en el centro del núcleo urbano, la llamada torre de Cabanes es el único elemento que ha pervivido del antiguo castillo del pueblo

Las noticias sobre este castillo son muy escasas y aparecen sólo a partir del siglo xiii. En 1248, Bernat Aguer de Cabanes vendió al monasterio de Cadins unas tierras que pagaban tributos al castillo de Cabanes. En 1250 se menciona otra propiedad que también daba distintos tributos al castillo. En 1340, el obispo de Girona dio licencia a Elisenda de Rocabertí para celebrar misa a distintos castillos, entre ellos el de Cabanes. Los vizcondes de Rocabertí fueron los propietarios del castillo, lo que menciona también en dos documentos tardíos de 1379 y 1423.

Lo conservado es una construcción de planta circular de 2 pisos de altura, con 16 metros de alto y 10,5 de diàmetro externo, que inclyue un grueso de muro de 2,5 metros. Culmina la estructura un muro superior realizado en época moderna con aparejo de sillarejo y aspilleras.

El paramento exterior y interior de la torre es liso, realizado con un aparejo de sillares calizos de buen tamaño y bien labrados, dispuestos a soga en hiladas regulares. La única abertura original es una puerta emplazada en el segundo piso, a la que se accede por una escalera exterior. Está realizada con un arco de medio punto que enmarca un dintel monolítico y un tímpano de sillarejo. Encima de la puerta se halla un matacán con una aspillera sostenido por tres ménsulas en gradación. En el interior, cada uno de los dos pisos de la torre se cubre con una bóveda cupular de sillarejo en la que aún perviven restos del encañizado emprado para construirla. En la clave de la bóveda hay una trapa circular que facilitaba el acceso de una planta a la otra.

Por las características técnicas de la torre, así como por la estructura que presenta, se ha datado esta edificación de la segunda mitad del siglo xii.

Texto y foto: Clara Poch Gardella

Bibliografía

Badia i Homs, J., 1977-1981, II-A, p. 69; Castells Catalans, Els, 1967-1979, II, pp. 362-364; Catalunya Romànica, 1984-1998, IX, pp. 437-438.