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Pórtico

Identificador
19126_01_003n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
40º 41' 48.49'' , - 3º 20' 14.10''
Idioma
Autor
Víctor Manuel Ricote Ridruejo
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de la Cátedra de San Pedro en Antioquía

Localidad
Galápagos
Municipio
Galápagos
Provincia
Guadalajara
Comunidad
Castilla-La Mancha
País
España
Descripción
LA IGLESIA PARROQUIAL DE GALÁPAGOS se abre a mediodía hacia una pequeña plazuela, situada en las inmediaciones de su Plaza Mayor, que constituye el centro del casco urbano de la localidad. En la plaza principal de Galápagos destaca la silueta barroca del interesante palacio levantado por los señores de la población, los reseñados condes de Moriana, entre los siglos XVII y XVIII. El trazado de su planta debió de responder a un patrón original románico, propio de las iglesias rurales, que en la comarca acometió el arzobispado toledano durante el proceso repoblador llevado a cabo en los siglos XII y XIII. El mencionado trazado estaría compuesto por una sola nave longitudinal, rematada por una cabecera mixta, que combinaba el presbiterio recto con el ábside semicircular que lo coronaba, ubicando presumiblemente la espadaña original a los pies del templo. En el exterior la iglesia muestra sólidos muros realizados con el característico aparejo empleado en otras parroquias vecinas de la campiña alcarreña. Sistema de construcción que combina paramentos levantados con ladrillo, recibido con argamasa, especialmente significativos en el ábside y la torre-campanario, con otros de mampostería de canto rodado. La sillería de piedra regular se reservaba para los espacios más relevantes, los remates de sus muros y el cierre de sus vanos. El trazado que presenta en la actualidad obedece a un diseño notablemente modificado con respecto a la primigenia traza descrita. El edificio está compuesto por una única y amplia nave longitudinal, a los pies de la cual, y ligeramente desplazada respecto al eje defendido por ésta, reclinada sobre muro norte de la misma, se alza la torrecampanario. La modificada cabecera convirtió el antiguo presbiterio románico en un crucero renacentista coronado por la arcaizante permanencia del hemiciclo original. La primitiva planta longitudinal románica se transformaba así en la planta de cruz latina de la nueva parroquia renacentista. Las modificaciones más significativas a que se vio sometida tuvieron lugar durante en el siglo XVI, como atestigua la inscripción que se encuentra entre las enjutas de los arcos de su pórtico de acceso: ES/TA OBR/A SE A/CABÓ/ ANO /DE MD/XLVIII AÑOS. Con posterioridad este templo fue nuevamente sometido a notables reformas, para acomodarlo adecuadamente a los usos estéticos imperantes, coincidentes, en nuestro caso, con los inicios de la construcción del vecino palacio, de estilo barroco, del siglo XVII, período éste en que se construyó la mayor parte de la estructura que ha perdurado hasta la actualidad. La portada principal emplazada en el lado de la epístola constituye una buena prueba de la nueva impronta arquitectónica: bajo un pórtico corrido, de claras líneas clásicas, se disponen siete columnas rematadas por un tipo de capitel, definido por Azcárate como “alcarreño”, que soportan arcos de medio punto de claro gusto renacentista. El atrio descrito, orientado a mediodía, resguarda el acceso principal a su amplia nave. Así lo describe Lavado Paradinas: “Al sur, pórtico renacentista con seis arcos de medio punto sobre capitel alcarreño. Se cubre con alfarje de vigas agramiladas. Una inscripción en las enjutas del pórtico señala el fin de la obra”, reseñando que guarda notables paralelos con la vecina iglesia de El Cubillo de Uceda. “Esta obra se acabó en anno de MDXLVIII” Herrera Casado esgrime como argumentos “la época de construcción y el estilo de traza, talla y capiteles”, para sancionar que su factura es “perfectamente atribuible a Pedro de la Riba”, maestro renacentista que trabajó en varios pueblos vecinos en la primera mitad del siglo XVI. Al acceder al interior de la nave encontramos un coro alto localizado en su base, a partir de la cual se despliega la cubierta compuesta por el característico artesonado de madera. Un arco triunfal formado por un arco de medio punto permite, respetando quizás la primitiva traza, el acceso desde el crucero, en que culmina la nave, a la cabecera. El conjunto de intervenciones que ha sufrido el templo transformó definitivamente la primitiva fábrica, reduciendo los vestigios románicos apreciables a la significativa disposición de su ábside de cabecera. El cuerpo principal de la misma, su ábside semicircular, remite al mudéjar, y fue levantado durante los siglos XII y XIII, sien- do reconstruido en parte durante las mencionadas reformas de época barroca. El aparejo del ábside reproduce en el exterior la traza y los elementos decorativos más representativos de la arraigada tradición mudéjar de la comarca: estructura semicircular levantada sobre ladrillo, que en el exterior se articula mediante la superposición de arcos ciegos. En opinión de Herrera Casado la rehabilitación llevada a cabo en el último tercio del pasado siglo “lo ha desvirtuado por completo”.
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