EL TEMPLO ES UN EDIFICIO de planta rectangular, con cabecera cuadrada -que ocupa casi la mitad del volumen total- y nave articulada en dos tramos, el anterior cuadrangular y el posterior rectangular, más estrecho y ocupado por el coro. A los pies se eleva la espadaña, rematada a piñón, con dos troneras, mientras que la port ada se abre al mediodía, al mismo lado que se adosa la sacristía, fechada en 1686. A poniente se adosa también una casa, levantada en 1771. El edificio actual es obra tardogótica, aunque algunas partes pueden ser anteriores, si bien creemos que siempre dentro del estilo gótico. Destaca la portada, obra de fines del siglo XV, coronada por la efigie de San Miguel y flanqueada por dos mensulillas de ángeles músicos. Salvo la cabecera, que combina sillarejo y mampuesto, el resto del edificio es de sillería, reutilizando numeroso sillares románicos, que también aparecen en la casa contigua. Pero en esta construcción no sólo se emplearon sillares procedentes de un anterior templo románico, sino otra serie de elementos decorativos que se reparten por los aleros de la fachada norte y sur. En el lado meridional vemos un canecillo de nacela sobre el que se levanta un moderno recrecimiento de ladrillo, que está coronado a su vez por una serie de impostas decoradas a base de taqueados, cesterías de variado tipo, lacerías filiformes en ocho, vegetales y sencillas piezas de listel y chaflán, impostas que también aparecen en el testero. La curvatura de alguna de las piezas nos hace pensar en una eventual procedencia de portada, o incluso de un hemiciclo absidal. En la fachada norte de la nave se aprecia una hilera de doce canecillos colocados in situ, aunque sobre ellos se elevó después el muro. Siete son de nacela, muy anchos, de mayor volumen que el resto, lo que nos hace sospechar que son obra gótica, tallados para completar un alero que tal vez reutilizó piezas anteriores, de un formato menor. Esos cinco restantes tiene formas geométricas diversas e incluso uno de ellos, con cinco bezantes, pudiera ser un trasunto del escudo de los Castro, lo cual nos llevaría a una cronología bastante tardía. En el interior no aparece elemento alguno de la época que nos interesa, aunque cabe destacar la sepultura en bulto de un clérigo, obra del siglo XVI, y una lauda con la inscripción que dice: AQUÍ YAZE EL MUY VIRTUOSO SEÑOR DON DIEGO DE CASTRO ZUÑIGA CABALLERO DEL HABITO DE SANTIAGO SEÑOR DE ESTA BILLA PADRE DE POBRES MURIO EL 14 DE FEBRERO DEL AÑO 1675. En definitiva, de los pocos testimonios románicos que conserva este templo, todos descontextualizados y quizá procedentes del citado monasterio de San Justo, nos parecen inequívocas las impostas que coronan el alero . Muchas más dudas nos ofrecen los canecillos, unas piezas cuyo uso generalizado en los siglos XIII y XIV está bien atestiguado, manteniendo muchas veces las mismas formas y decoraciones que se daban en época románica. En este caso cabría la posibilidad de que hubiera piezas más antiguas y más modernas, aunque tampoco podemos descartar que todas ellas sean ya góticas.