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Columna de la portada

Identificador
40392_02_102
Tipo
Fecha
Cobertura
41º 2' 24.05" , -4º 5' 18.52"
Idioma
Autor
José Manuel Rodríguez Montañés,Ignacio Hernández García de la Barrera
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores

Localidad
Quintanar
Municipio
Cabañas de Polendos
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LOS RESTOS DE LA FÁBRICA han llegado a la actualidad en estado precario e incompleto, lo que dificulta su acercamiento y comprensión; por una parte se encuentran unos muros realizados en cajones de mampostería -cuyo grosor indicaría la existencia de una cubierta ligera, de madera posiblemente, puesto que no podrían aguantar el volteo de una bóveda- organizados y construidos según una técnica y modo de trabajo ya apuntada por el profesor Ruiz Hernando, a partir de los cuales los diferentes paramentos apoyan en y sostienen a los contiguos, formando sobre todo en la parte inferior de su caja una sólida estructura de equilibrio dinámico. Estos muros apenas presentan aberturas, siendo a día de hoy únicamente perceptibles el hueco de acceso en el costado septentrional y un pequeño vano de iluminación en el occidental. Esta caja por tanto se corresponde a un templo de nave única y cabecera recta, en el que actualmente la única licencia ornamental que se conserva resulta ser la portada, a pesar de lo fragmentado de su estado. La cabecera debe adaptarse a las irregularidades del terreno, está realizada en mampostería y por el remate del muro oriental parece que contó con una cubierta a dos aguas. Comunica este espacio con la nave a través de un arco triunfal de medio punto que también se conserva, aunque cegado, estando realizado en sillería arenisca y arrancando de una imposta de listel y nacela. Del mismo material está realizada la portada citada un poco más arriba, formándose a partir de un arco doblado de medio punto que apea en jamba y columna; el dovelaje no presenta ornamentación alguna, reduciéndose la decoración de este conjunto al capitel conservado y la imposta que hace de transición entre los diferentes elementos. Esta última, con perfil de listel y chaflán, contiene una sucesión de clípeos secantes ornados en su interior con diferentes flores, bien tetrapétalas, bien hexapétalas, bien flores de lis; el capitel de la izquierda, único conservado aunque muy deteriorado, cuenta con un collarino muy desarrollado y decoración de hojas que llenan la cesta como fondo, delante de las cuales se sitúan simétricamente lo que parece fueron estilizados grifos. Se trataría por tanto de una humilde construcción como otras vistas por estas tierras, donde haciendo de la necesidad virtud, una pequeña feligresía levantaría sencillas edificaciones, con una sabiduría constructiva tal como para haber llegado todavía en pie hasta nuestros días. Sin embargo, no demasiado tiempo después, este pequeño templo se vio enriquecido con una pieza que sin duda le dota de un carácter de excepcional singularidad; en el espacio anterior a la cabecera, en la parte oriental de la nave, se reforzaron los muros con sillería y se erigieron de esta manera cuatro pilares en los que apean cuatro arcos apuntados, a modo de entibos; estos, demasiado esbeltos para la anterior fábrica, hicieron necesario sobreelevar esta parte del templo, como se hace evidente al exterior. Los arcos arrancan de unas muy desarrolladas impostas anaceladas y el despiece de su dovelaje está realizado con una delicadeza sin paralelo cercano, que va adaptando el perfil de su curvatura a la forma cóncava que presentan las pechinas dispuestas entre ellos y que sirven de transición para adaptar ese espacio cuadrangular al circular que presenta la imposta de doble escocia creciente que señala el arranque de una cúpula de media naranja, también realizada en sillería de magnífico corte. La ausencia de ejemplos similares, de referencias no sólo en tierras segovianas sino en ámbitos más extensos, remarca el exotismo y la singularidad de este testimonio, a la vez que manifiesta la posible pérdida de ejemplos parecidos que no han llegado a la actualidad. Situada en los terrenos de esta misma propiedad, entre la ermita y el caserío, se encuentra una sencilla y desornamentada pila bautismal; realizada en caliza, presenta un vaso semiesférico absolutamente liso sobre un bocel también desornamentado pero carente de tenante. Las medidas que luce son de 130 x 70 cm, llamando la atención el grosor de la copa de más de 20 cm.