Identificador
09248_01_003
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 28' 50.77'' , -3º 17' 4.68''
Idioma
Autor
Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Carrias
Municipio
Carrias
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LA ERMITA ES UNA PEQUEÑA construcción románica formada por una sola nave y una cabecera cuadrada, todo ello realizado en aparejo de mampostería. Actualmente se encuentra en estado ruinoso como consecuencia, entre otras cosas, del incendio sufrido en la década de 1990. Esta edificación fue transformada en época posterior, ampliando la nave y recreciendo la cubierta del ábside. El elemento más interesante de la vieja fábrica románica es la maltrecha portada que se abre al sur, ligeramente adelantada respecto a la línea general del muro. Se compone de varias arquivoltas -ocultas bajo una gruesa capa de argamasa- que descansan sobre cuatro columnas dispuestas entre las jambas. Los cimacios están decorados con roleos vegetales que se extiende también por los laterales de la puerta a modo de imposta corrida. Los capiteles del lado izquierdo representan, de dentro afuera: dos grifos afrontados, un centauro acompañado de otro ser fantástico, una pareja de arpías y hojas planas de nervio central rematadas en cogollos y con palmetas entre ellas. Los de la derecha de la puerta se decoran con leones afrontados, dos cuadrúpedos mutilados, una máscara con cuernos y cabello acaracolado que arroja dos hojas por la boca y un animal encorvado que inclina la cabeza hacia las patas. La cabecera conserva todavía una aspillera cegada, así como varios canecillos de formas sencillas (proa de barco, rollos, aves, cabeza antropomorfa, etc.) que marcan la primitiva altura de la cornisa, luego recrecida al reformarse el edificio. El interior se encuentra muy transformado, merced a la reforma que se llevó a cabo en época barroca, momento al que corresponden las bóvedas de arista de la nave y los recubrimientos pictóricos de muros y soportes. La cabecera se cubre con bóveda de cañón que arranca de una imposta de bisel. Se abre a la nave a través de un arco triunfal de medio punto que apoya sobre dos columnas con basas provistas de bolas y capiteles de tipo vegetal adornados con hojas lisas rematadas en volutas. A tenor de lo visto podemos distinguir dos maestros o talleres diferentes que intervinieron en la decoración escultórica del edificio. Por un lado el que realizó la portada, dueño de un técnica más depurada que le permite conseguir unos mejores acabados, y por otro el que labró los canecillos y los capiteles del triunfal, posiblemente un cantero local, con un estilo y una talla más popular. En ambos casos su labor habría que ubicarla en los primeros años del siglo XIII.