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Capitel con una sirena de doble cola en la ventana absidal

Identificador
40165_02_016
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 9' 49.35" , -3º 41' 37.78"
Idioma
Autor
Carlos Álvarez Marcos
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Juan Bautista

Localidad
Pradenilla
Municipio
Prádena
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
COMO YA HEMOS SEÑALADO el edificio actualmente se encuentra dentro de una finca particular aunque a lo largo de la historia se trató de una iglesia parroquial, aneja a la de Prádena y que era atendida por el cura de ésta última. Exteriormente es un pequeño edificio de una nave y un ábside semicircular, construido probablemente con mampostería oculta bajo un enfoscado de color blanco y con refuerzo de sillares en las esquinas todavía visibles en algunos puntos. El muro occidental de la iglesia fue rehecho en un momento indeterminado empleando en esta reconstrucción sillería de color oscuro y rematando el muro con una especie de espadaña que alberga una única tronera y con bolas de reminiscencias escurialenses en los flancos. El muro norte, que todavía conserva la cornisa y los canecillos románicos con perfil de caveto, ha sido apuntalado reforzando su estructura con dos grandes contrafuertes situados uno en mitad de la nave y otro en la esquina noroeste. El ábside de la iglesia presenta una notable diferencia de altura respecto a la nave, volúmenes impropios en la arquitectura románica, por lo que con toda seguridad su altura actual no se corresponde con la original sino que tuvo que ser rebajada en parte, quizás por problemas en el tejado. El único motivo que destaca entre sus muros blancos es la ventana ubicada en el eje central, realizada en sillería y que presenta un perfil de arco de medio punto recogido por estrechas columnas coronadas por pequeños capiteles de decoración vegetal que, salvando las distancias, nos recuerdan a los motivos vegetales que emplea el taller escultórico que trabaja en Perorrubio. El acceso al interior de la iglesia se encuentra ubicado en el lateral meridional de la nave y presenta una entrada con arco de medio punto peraltado con las piezas de sillería que lo forman sustancialmente modificadas. El arco descansa sobre jambas prismáticas con cimacios con perfil de chaflán y se encuentra trasdosado por una arquivolta con el intradós baquetonado que apea en pequeñas columnas, con basas muy desgastadas ocultas entre la vegetación, fustes monolíticos y pequeñas cestas figuradas en las que se representa una pareja de cuadrúpedos enfrentados, de largas colas y que parecen tener las fauces semiabiertas y la otra cesta mucho más sencilla y peor conservada con una decoración vegetal a base de hojas talladas muy esquemáticamente, la de la parte central terminada en un voluminoso cogollo mientras que las hojas laterales vuelven sus puntas en forma de espiral. El interior de la iglesia se presenta como un espacio amplio, con la nave cubierta con armadura de madera y coro a los pies, e iluminada mediante dos grandes ventanas cuadrangulares de nueva factura ubicadas sobre la portada y en el muro norte de la nave. El paso de la nave hacia la cabecera se haría en origen a través de un gran arco triunfal que aquí ha desaparecido dando lugar a una entrada adintelada que reposa sobre las columnas y jambas que antes sirvieron de apeo a ese arco. Se conservan los altos plintos cuadrangulares con los bordes matados por un bocel en los que apoyan las columnas, que rematan en capiteles vegetales muy toscos, uno de ellos con dos grandes hojas que retuercen sus puntas en forma de espiral en la esquina de la cesta, y la otra con dos hojas formadas a su vez por tres hojas de tamaño más pequeño superpuestas que acaban formando grandes crochets. El espacio interior de la cabecera tiene una curiosa distribución ya que entre el tramo recto correspondiente al presbiterio y el ábside se ha construido un tabique que hace efectiva la separación física de ambas estancias. Al igual que ocurre en otras iglesias de Segovia, el presbiterio interiormente se encuentra animado por dos arquerías ciegas de medio punto sobre jambas prismáticas y una pieza achaflanada a la altura del cimacio. Tras la construcción de ese muro de separación en la cabecera, el espacio correspondiente al ábside quedó aislado y se utilizó como pequeña sacristía iluminada gracias al vano abierto en el eje central y formado por una ventana saetera con derrame interno y perfil de arco de medio punto con una arquivolta lisa que descansa en columnas con basa de grueso toro inferior decorado con pequeñas incisiones en forma de dientes de sierra y bolas en las esquinas, escocia plana, y toro superior con perfil rectangular. Estas pequeñas columnas culminan en dos pequeñas cestas decorativas: a la izquierda una sirena de doble cola, con largo cabello, un rostro ovalado en el que destacan los expresivos ojos con forma almendrada y un busto desnudo en el que se marcan sus pechos. La cesta de la derecha tiene una decoración más sencilla, de temática vegetal acorde con la que encontramos en el resto del edificio, con pequeñas hojas de burda talla que se vuelven en espiral. Los cimacios sobre los capiteles son diferentes, uno decorado con tres filas de billetes y el otro con decoración geométrica a base de rombos. Junto con otras piezas de estimable valor arqueológico como una lápida de sepulcro de época romana, la iglesia conserva alguna pieza románica descontextualizada como un canecillo románico conservado en la nave en el que se representa una cabeza humana de pelo largo, melena que oculta las orejas y cae hasta la altura de nuca recogido en un rizo. En el lateral occidental de la nave de la iglesia bajo el coro encontramos la pila bautismal del templo, que mide 125 cm de diámetro, y en la que sobre un pie de cemento se conserva una copa semiesférica de curiosa decoración a base de doce gallones solapados por arcos y separados entre sí por un bocel sogueado. En la embocadura aunque muy desgastado todavía es visible en algunos puntos un junquillo que adornaba el borde de la copa. El aspecto general del edificio en cuanto a su sencillez volumétrica y la tosquedad de la escultura que lo adorna nos permite establecer una cronología tardía para esta iglesia que puede llegar hasta el primer cuarto del siglo XIII.