LA IGLESIA DE SAN SEBASTIÁN se encuentra a unos 100 m del pueblo, al lado derecho de la carretera desde donde se accede por un empinado camino. Es un pequeño edificio construido en mampostería y con algunos sillares en las esquinas. El conjunto carece de unidad y se aprecia que ha sufrido varias alteraciones. Tiene planta rectangular y lleva sendos contrafuertes en los muros norte y sur. En época posterior, y para corregir el muro sur que se estaba desplazando hacia el exterior, se le añadieron otros dos contrafuertes que enmarcan la portada. El ábside es recto, tiene una aspillera tapiada y un relieve que describiremos más adelante. Tiene la cornisa decorada en ajedrezado y nacela con tramos alternos, por lo que suponemos que ha sufrido alteraciones. La mayor parte de los canecillos son lisos, salvo unos pocos que presentan decoración figurada pero en tan mal estado que únicamente identificamos una cabeza antropomorfa y una mujer en actitud obscena. La portada es gótica, de pequeñas dimensiones y de líneas muy sencillas. Sobre el hastial occidental se levanta una espadaña de dos troneras y remate a piñón. El muro norte tiene un pequeño tramo de cornisa decorado con ajedrezados y tres canecillos lisos. En la zona próxima al ábside se encuentra la sacristía y en la que mira al oeste el cementerio. En el interior, la nave está dividida en dos tramos cubiertos con una bóveda de cañón apuntado que arranca de una imposta de nacela. Los dos tramos, de similares dimensiones, están separados por un arco apuntado que descarga sobre dos columnas coronadas por sendos capiteles. El del lado del evangelio tiene el cimacio decorado con ajedrezados y la cesta con una hoja en cada esquina, mientras que el del lado de la epístola es totalmente liso. Lo más interesante de esta iglesia son los dos relieves que hay en el exterior. Es evidente que se trata de dos bajorrelieves que se han incrustado en los muros en época posterior. Deben de tener un origen común aunque desconocido, quizá de algún frontal de altar. Ya fueron publicados por Pérez de Urbel y Pérez Carmona, aunque ninguno de ellos los describe con detalle. En el del ábside, en el centro destaca una figura principal de mayor tamaño que se dispone a asestar un golpe a un animal que sujeta con su mano, justo en ese momento otro personaje se lo impide cogiéndole del brazo. Esta escena se ha querido identificar con el Sacrificio de Abraham. El relieve del muro sur muestra un lobo atacando a una oveja que pide auxilio a un personaje que le sujeta por las patas. En este caso se ha interpretado como una alusión al Buen Pastor. Pérez de Urbel indica que la talla es muy grosera y que los temas proceden de sarcófagos paleocristianos. Por su parte Pérez Carmona los relaciona con los del cercano pueblo de Montorio. En lo que respecta a la cronología podemos indicar que la iglesia es una obra bastante tardía, de comienzos de siglo XIII.