Castillo de Odén
ODÈN
El municipio de Odèn se encuentra en el Noroeste del Solsonès, a unos
El acta apócrifa de consagración de La Seu de Urgell de 839 menciona la iglesia parroquial de Santa Cecília y el castillo de Odèn como parte del condado de Urgell. En 1116 el conde Ermengol VI empeñó a favor de Miró Arnau las franquezas que tenía en el castillo y el término, exceptuando el Puig. Miró, junto a su mujer e hijos aparece en un documento de 1134, como donante de estas posesiones a la canónica de Solsona, que ostentó su propiedad hasta la desamortización. Santa Maria de Solsona debió de poseer otros tantos alodios en Odèn, mediante donación del conde de Urgell Ermengol VIII, documentada en 1208. Los hijos de Miró Arnau de Odèn, Ramon I y Arnau Miró, aparecen en sendos documentos de 1122 y 1135, mientras que Bertran, fue entregado a Santa Maria de Solsona, donde se convirtió en canónigo, con la dote de la iglesia de Santa Cecília, sus tierras y otros cobros provinentes del castillo de Soler. Las noticias sobre el linaje se prolongan hasta bien entrado el siglo xiv.
Castillo de Odèn
El castillo de Odèn se halla en la parte más alta del cerro del Boix, a escasos metros de la villa de Odèn y de la iglesia de Santa Cecília. Su emplazamiento elevado permite divisar las montañas del Port del Comte y los valles adyacentes. Se llega por un sendero que parte del sector este de la iglesia de Santa Cecília.
Aunque es nombrado en el acta de consagración de La Seu d’Urgell, el castrum de Oden aparece por primera vez como afrontación en el año 1073. Sin embargo, hay que esperar a 1062 para encontrar la primera mención a los señores del castillo, que constan en un documento de prestación de servicios feudales de Arnau Miró de Odèn al obispo de Urgell. En 1134 Miró Arnau de Odèn donó el castillo a Santa Maria de Solsona, y en 1159 pasó al conde de Urgell Ermengol VIII, en una permuta con el obispo de Urgell, que recibió otras propiedades a cambio. No en vano, éste acabaría donándolo en
El castillo de Odèn ha sufrido diversas intervenciones que han alterado substancialmente su fisonomía original. No obstante, se conservan buena parte de los muros exteriores de la fábrica y la iglesia que se adosa en la esquina sureste. La construcción presenta planta cuadrada y un aparejo tosco dispuesto de forma irregular, excepto en las esquinas, donde se utilizaron grandes sillares bien desbastados formando ligero talud. La entrada al castillo debía de realizarse por la fachada oriental, donde se abre una puerta de considerable amplitud a nivel del suelo. Está coronada con arco de medio punto muy rebajado. En las jambas de la puerta se observa claramente como el edificio ha debido de adaptarse a la orografía inclinada del terreno, dando lugar en el interior a dos niveles diferenciados, mas elevado en el sector sur que en el norte. En esta misma fachada, y sobre la puerta, se abre una ventana, también de considerables dimensiones, coronada por un dintel que presenta un escudo de un sol flanqueado por dos figuras humanas, obra, sin duda, posterior. Otra puerta se encuentra a la derecha de la anterior, que debió de ser la principal, y da acceso directo a la estancia situada en el sector nordeste. En la parte inferior, se hallan cuatro muros que cierran el castillo y que presentan saeteras, mientras que en la superior se abren grandes ventanas de arco de medio punto rebajado.
El interior presenta al menos cinco estancias diferenciadas con paredes de separación y, en algún caso, puerta de ingreso. Los mechinales en los muros indican la presencia de varios pisos, al menos tres. Por otro lado, en la esquina sureste se adosa una iglesia de pequeñas dimensiones, de nave única cubierta con bóveda de cañón apuntado rebozada con mortero. En sus muros se abren arcosolios de diversos tamaños que siguen el esquema del arco apuntado rebajado que hemos observado en el castillo.
A juzgar por las dimensiones, la distribución de la planta y el considerable tamaño de las aberturas, el castillo de Odèn debía de cumplir funciones principalmente residenciales y/o representativas. La tipología del aparejo remite a las formas de una arquitectura rural propia de los siglos xi y xii, sin que se pueda precisar más su cronología.
Texto y foto: Nuria Trigueros Beltrán
Bibliografía
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