Sant Valentí de Salarsa
Iglesia de Sant Valentí de Salarsa
La iglesia de Sant Valentí de Salarsa se sitúa en el extremo suroccidental del antiguo término municipal de Beget, en el paraje bello y boscoso que conforma el valle de Salarsa, espacio de interés natural de la comarca de la Alta Garrotxa. Para llegar debemos desplazarnos desde Camprodon hasta Beget por la carretera C-151. Una vez allí, se sigue el camino que sale de la plaza de la villa y que cruza el puente conocido con el nombre de “Joan Llobet”. Es preciso continuar por el lado izquierdo del río hasta el puente d’en Quelet o de la Teuleria. A poco más de 1 km de este puente, se abre a mano derecha una pista forestal que permite divisar la riera de Salarsa y el casal de Bulacell. Proseguiremos por la pista hasta alcanzar el collet de la Vila, desde donde puede observarse, sobre un promontorio, la iglesia de Sant Valentí. Desde Camprodon, también puede accederse al templo por una pista asfaltada con origen en la urbanización Font Rubí.
El lugar de Salarsa viene documentado desde el 4 de mayo del 949, en la donación que el levita Miró, futuro conde-obispo de Besalú, hizo al monasterio de Sant Joan de les Abadesses de un alodio que tenía ad ipsa Arza. De los documentos conservados, se desprende que el monasterio de Sant Pere de Camprodon también poseía un alodio en el lugar. Así consta en la bula otorgada por el papa Benedicto VIII en el año 1017: et alodem qui est in Arza, cum terminis et adjacentiis suis.
La iglesia actual fue consagrada el 17 de noviembre de 1168 por Ponç de Monells, obispo de Tortosa y abad de Sant Joan de les Abadesses. Se trata de un edificio de una sola nave de sección trapezoidal, cubierta con bóveda cañón y rematada por un ábside semicircular. Creemos que en origen el acceso al templo se hallaba en el muro sur, donde se aprecia un arco de medio punto cegado. Sin embargo, en la actualidad el ingreso se realiza mediante una puerta adovelada situada en el cuerpo occidental, a la que se añadió en el siglo xvii un sólido pórtico de piedra. Posiblemente fueron añadidas en este momento las dos ventanas de sección cuadrada que flanquean la puerta; éstas constituyen, junto al vano abocinado del ábside, el único punto de iluminación de la construcción. Sobre el bloque occidental se yergue una espadaña de dos troneras. Finalmente, es preciso recordar la existencia de una escalinata adosada al muro septentrional que permite el acceso al campanario.
En octubre de 1977 se llevaron a cabo obras de acondicionamiento del edificio. No en vano, actualmente presenta un avanzado estado de degradación, con el ábside severamente fragmentado, hecho que ha obligado a apuntalar todo el conjunto.
Texto y foto: CARLES SÁNCHEZ MÁRQUEZ – Planos: JOAQUIM GALLART FIGUERAS
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1984-1998, IV, pp. 150-151 Corominas Planellas, J. M. y Marqués Casanovas, J., 1967-1978, IV, pp. 119, 124-125; Domènech i Moner, J., 1987, pp. 172-174; Grabolosa Puigredon, R., 1968, pp. 95; Pons i Gurí, J. M., 1964-1965, p. 68; Murlà i Giralt, J., 1983, p. 64; Sala i Canadell, R. y Puigdevall i Diumé, N., 1977, p. 34.