Sant Esteve de Llanars
LLANARS
El municipio de Llanars se encuentra a unos 983 m de altitud, en la confluencia entre los ríos Ter y Riberal de Faitús. El término municipal comprende el cauce del río Riberal de Faitús, afluente del Ter, y sus límites naturales son el Puig Sistra por el norte y la Sierra Cavallera por el sur.
Para llegar a la población, desde Ripoll, se debe coger la carretera N-260 hasta Sant Joan de les Abadesses, y luego seguir por la C-38 en su recorrido hasta Camprodon. Finalmente se debe tomar la carretera comarcal GIV-5264, que conduce directamente hasta Llanars.
Iglesia de Sant Esteve de Llanars
El templo parroquial de Llanars, dedicado a san Esteban, se encuentra en el centro de la pequeña población, en una pequeña plaza que está justo al lado de la carretera que llega desde Camprodon y se dirige, luego, hasta Setcases.
El lugar de Llanars se encuentra sometido a la jurisdicción de los condes de Barcelona desde el momento en que se tiene constancia documental del mismo. La primera mención al topónimo de Landaris aparece en un documento del año 1027. A partir de ese momento y en las décadas sucesivas el lugar es citado como Lanars, Landaris, Lenars o Lanarys, denominaciones derivadas del antiguo topónimo landarense, que era como se conocía por aquel entonces al valle de Camprodon. En el año 1118 aparece la primera mención documentada de un templo, aunque lo más probable es que en el siglo xi ya existiese algún pequeño lugar destinado a la oración. Esta fecha de primeros del siglo xii es cuando el conde de Barcelona Ramon Berenguer iii dona al monasterio de Santa Maria de Ripoll un par de alodios situados en Setcases y en infra parrochiam sancti Stephani de Lanars. En su testamento, del año 1131, añade la donación de todas sus propiedades existentes en los dominios de Setcases y Llanars: Item dimitto eidem Sanctae Mariae dominicaturas meas de Septem casis et de Lanars, cum omnibus suis pertinentis et cum omnibus meis equabus quas habeo ubicumque sint. Pese a la donación, en fechas posteriores el lugar se mantiene bajo dominio real, dentro de la jurisdicción del veguer de Camprodon.
La fecha de consagración del templo románico es conocida gracia a una noticia recogida por Jaime Villanueva: el obispo de Girona, Guillem de Peratallada, fue a consagrar la iglesia de Sant Esteve de Llanars el 10 de noviembre del año 1168. Tan solo tres días después, el mismo obispo gerundense, acompañado de Ponç de Monels, a la sazon obispo de Tortosa y abad de Sant Joan de les Abadesses, consagraron el vecino templo abacial de Sant Pere de Camprodon. La noticia de la consagración celebrada en la segunda mitad del siglo xii es acorde con el estilo arquitectónico del templo de Llanars, que debido a la proximidad y fechas en que se levantío, sin duda está relacionado con el monasterio de Camprodon.
El templo presenta una sola nave, cubierta de bóveda de cañón ligeramente apuntado, y está rematado por un ábside semicircular orientado hacia levante. El espacio presbiteral se encuentra elevado dos escalones por encima del nivel de la nave y presenta un doble arco triunfal que culmina con la habitual bóveda de cuarto de esfera cubriendo el ábside. Todo el perímetro interior del templo está adornado por una cornisa lisa, y en el muro meridional hay dos pilastras que dividen la nave en tres espacios iguales. Estas pilastras quizás fueron diseñadas para recibir unos arcos fajones, que o bien fueron suprimidos posteriormente durante alguna reforma o, posiblemente, nunca llegaron a construirse. Cabe destacar que el espacio del presbiterio está descentrado en relación al eje central de la nave y que tanto en la cara norte como en la sur se han añadido sendas capillas, ya de época moderna. En la cara meridional de la nave también se ha añadido una sacristía, anexa a la respectiva capilla, todo ello construido con aparejo moderno.
Una vez examinado el exterior de los muros del templo, se puede constatar como la falta de simetría interior concuerda con unos muros sur y norte de características muy diferenciadas y que probablemente responden a diferentes etapas de construcción. El muro sur presenta un aparejo bien pulido de tamaño grande y regular. En la parte superior se encuentra una cornisa con el característico motivo de dientes de sierra que recorre todo el lateral y que se sostiene sobre una larga serie de canecillos lisos. También se pueden ver dos ventanas de arco de medio punto y doble derrame, separadas por la capilla y la sacristía añadidas de forma posterior a la construcción original del muro. El muro norte presenta una factura muy tosca y desigual, sin ningún tipo de decoración con la excepción de una cornisa lisa que remata la parte superior del mismo. El ábside semicircular es ligeramente mas pequeño que el ancho de la nave y presenta un estilo idéntico al del muro meridional, con el mismo motivo de dientes de sierra y el aparejo de gran tamaño y regular, así como otra ventana de medio punto y doble derrame, orientada hacia levante. De acuerdo con las características del aparejo, se puede concluir que tanto el muro meridional como el ábside se corresponden con el estilo de construcción imperante cuando se consagró la iglesia, en el siglo xii, en época del románico pleno.
La puerta de entrada se encuentra ubicada en la fachada occidental de la iglesia; sobre ella se conservan cuatro ménsulas, que probablemente sirvieron de sustento a un atrio o nártex que ha desaparecido. Centrada por encima de la puerta hay una ventana de medio punto y doble derrame, sobre la cual se yergue un campanario de base cuadrada. En realidad, el campanario original debía ser una espadaña de doble vano, con dos grandes aberturas de medio punto, pero posteriormente fue convertido en una torre cuadrangular, cubierta por un tejado a cuatro aguas.
La mencionada portada de acceso es ciertamente remarcable, formada por un conjunto de dintel y tímpano lisos, dos arquivoltas en degradación, finamente decoradas y sostenidas por sendas columnitas laterales, y un arco adovelado exterior; incluye, además, cuatro capiteles figurados de muy factura, aunque se conservan muy erosionados. El conjunto fue objeto de una intervención llevada a cabo entre el ayuntamiento de Sant Esteve de Llanars y el Centre de Restauració de Bens Mobles de Catalunya, que entre mayo y octubre del año 2003 efectuaron una completa restauración. La arquivolta exterior presenta la superficie lisa y cóncava, con unos pomos semiesféricos incrustados en su parte exterior. La arquivolta interior tiene forma helicoidal y en el arco interior aparecen de forma sucesiva una cuerda helicoidal lisa de menor tamaño y una pequeña banda lisa con estrellas incrustadas en su interior.
Sobre las cuatro columnas, de fuste liso, se encuentran los capiteles figurados; los dos interiores se encuentran en un estado de conservación aceptable en comparación con los exteriores, completamente degradados. El capitel interior derecho es una versión del tipo corintio, con decoración fitomórfica a base de dos niveles de hojas de acanto. El nivel inferior presenta hojas cortas y con los nervios dispuestos verticalmente, y reposa sobre un collarín tallado de forma helicoidal. El segundo nivel lo forman unas hojas mas grandes, situadas en los ángulos del capitel y cuya espesa nervadura diagonal recorre converge en el nervio central. Los caulículos nacen de detrás de estas grandes hojas y esconden una especie de rostro zoomorfo, que apenas es perceptible debido al estado de conservación del conjunto.
El capitel interior izquierdo está decorado con unas águilas situadas en las esquinas del cesto, en posición vertical y apoyando sus garras en un collarín también helicoidal. Por detrás de las águilas despuntan también hojas de acanto y caulículos, que nacen detrás de los animales y se enrollan en volutas por encima de sus cabezas. El nivel de detalle de las esculturas no es sobresaliente, y el desgaste debido al paso de los años dificulta la observación de los elementos más pequeños. Entre las águilas parece que se intuye una cabeza antropomórfica, aunque el desgaste del conjunto dificulta su identificación y no está claro que realmente se trate de ello. Si se tratase de una cabeza, sería un tema similar al que se encuentra en la galería porticada de la iglesia de Sant Jaume de Queralbs, por otras parte muy típico de los talleres escultóricos del Rosellón.
Los capiteles de la parte exterior están tan deteriorados que apenas se distingue ninguno de los temas que presentan. Tan solo se aprecia la cabeza de un león en el capitel exterior izquierdo y unas vagas formas antropomórficas en el capitel exterior derecho. En resumidas cuentas, la puerta monumental de Sant Esteve de Llanars es uno de sus elementos mas remarcables, sin duda vinculada a las fórmulas de la escultura rosellonesa, cuya influencia se aprecia en otras varias iglesias de la zona, como en la de Sant Cristòfol de Beget.
Herrajes de la puerta
La iglesia conserva un interesante conjunto de herrajes decorativos, sujetos en la puerta de entrada y que forman un conjunto mas o menos ordenado, con elementos de distintas épocas. En general, los batientes de puertas románicas que se conservan en la actualidad muestran los herrajes desordenados y con disposiciones caprichosas debido a las reparaciones y añadidos que se han ido haciendo por el deterioro de los batientes de madera, así como de sucesivas reformas arquitectónicas. Este es precisamente el caso de Sant Esteve, cuya puerta fue remodelada en el año 1694, según consta en una inscripción.
Los batientes disponen de una decoración prácticamente simétrica. Tanto el batiente derecho como el izquierdo presentan seis tiras metálicas horizontales, de las cuales las dos superiores y las dos inferiores son idénticas. Las tiras finalizan con una esquemática cabeza de dragón y a su vez se dividen desde el extremo en dos volutas simétricas. Presentan una decoración de tres líneas horizontales incisas y están divididas en dos por una tira vertical de similares características, que también se divide en dos volutas en cada uno de sus extremos. En la parte central de la puerta hay una faja que contiene fragmentos diversos que podrían corresponder a los tallos que separaban los diferentes registros, en consonancia con el diseño de los herrajes de la puerta del templo de Sant Esteve de Ramells. El tirador de la puerta está formado por una anilla circular sobre un marco en forma de estrella y también presenta un pasador rematado con la característica cabeza de un dragón.
El tipo de herrajes corresponden a un estado intermedio entre los modelos que la historiadora Lluïsa Amenòs denomina como A.1 y A.2. Del primer grupo presenta las cabezas de dragón, y del segundo la morfología del conjunto. Todos los extremos de los tallos fueron cortados y soldados durante la reforma del siglo xvii, en el transcurso de la cual se adaptaron los herrajes antiguos a un nuevo soporte.
Frontal de altar
Sant Esteve de Llanars conserva, en una de sus capillas laterales, la tabla pintada que constituía el frontal del altar mayor desde el siglo xii hasta principios del siglo xx. Cabe destacar que se trata del único frontal de altar que se encuentra expuesto dentro de su templo original en la comarca del Ripollès, y que fue restaurado entre finales del 2013 y inicios del 2014 por el Centre de Restauració de Bens Mobles de Catalunya. El antipendio tiene unas medidas de 105 x 165 cm y conserva todo el marco con su decoración pintada. La historiografía, desde Gudiol i Cunill, lo considera una obra de la segunda mitad del siglo xii, tal vez realizada para la consagración del templo (1168) o muy poco tiempo después.
La disposición del programa iconográfico del frontal es habitual en los frontales pintados catalanes. El Cristo en Majestad aparece en el centro, rodeado por cuatro compartimentos laterales en los cuales aparecen escenas de la vida del santo titular, como en los frontales de Puigbó o de Dosmunts. La distribución general esta supeditada a una mandorla de forma más bien alargada, dentro de la cual se encuentra la figura de Cristo presidiendo la tabla. El Todopoderoso bendice con los tres dedos alzados de la mano derecha, y en la izquierda sostiene el libro de la Ley, en el cual se puede leer el texto ego svm lvx mvndi. La figura de Cristo va ataviada con una túnica y un manto que le cubre toda la espalda y cae, de forma no muy bien resuelta, en la cintura, por encima de las rodillas; los pliegues con que se representa la caída del vestido son simétricos y reposan por encima de la mandorla.
Flanquean a Cristo los habituales símbolos evangélicos del Tetramorfos, que no aparecen según el orden usual (de izquierda a derecha y de arriba abajo: el águila de san Juan, el ángel de san Mateo, el toro de san Lucas y el león de san Marcos). Los compartimentos de la tabla presentan, en la parte izquierda, dos episodios de la vida del protomártir, mientras que en la parte derecha se encuentran dos episodios de la invención legendaria del cuerpo del santo, popularizada gracias a la Leyenda Áurea. Los compartimentos superiores y inferiores tan solo están divididos por una banda horizontal formada por dos líneas de punteado sobre el relieve en estuco.
En el primer compartimento, en la parte superior izquierda, se representa la elección providencial y la ordenación del santo diacono, que aparece en el medio de los cuatro apóstoles. San Esteban aparece como joven imberbe vestido con la dalmática de diácono y rodeado por los apóstoles, como se menciona en los Hechos de los Apóstoles. Por encima de la imagen se puede leer el texto elegervnt apostoli stephanvm levitam plenv[m] fide et spiritvs sancti. En el compartimento inferior aparece representada la lapidación del santo, que es víctima de las piedras que le tiran los cuatro verdugos mientras se encamina hacia la Gloria de Dios, representada por una Dextera Domini. Detrás de la escena aparece Saulo, el futuro apóstol san Pablo, que según la tradición guardaba las vestimentas de los verdugos mientras apedreaban a Esteban. El texto que aparece en la franja vertical dice: lapidavervnt st[ep]h[anv]m et ipse invocabat dominvm dicens ne statvas.
Los dos compartimentos laterales de la derecha hacen referencia a la invención legendaria del cuerpo de san Esteban. En la escena superior, la figura nimbada de Gamaliel, junto al que posiblemente es su hijo Abibas, se aparecen miraculosamente al presbítero Luciano mientras se encuentra recostado en su lecho, para así revelarle el lugar donde se encuentran la sepultura de Esteban. La aparición de Gamaliel se produce durante una especie de sueño místico, de ahí la necesidad de tocar a Luciano con una vara, para dar verosimilitud al hecho. Estos hechos aparecen narrados en el margen superior derecho de la tabla con lvcianvs p[res]b[ite]ros s[an]c[t]vs gamaliel. En el ultimo compartimento se relata el descubrimiento de los restos santos. Después de la aparición de Gamaliel, Luciano explica su visión al obispo Juan de Jerusalén. La escena reproduce la continuación del episodio, cuando el obispo, sin mitra aunque ataviado con casulla y palio, es seguido por sus clérigos y pone sus manos sobre un ataúd en el que reposa el cuerpo del protomártir. La leyenda que se encuentra en el margen vertical no deja lugar a dudas: inventio sancti stephani protomartiris.
Estructuralmente, el frontal de Llanars consta de un plafón liso central enmarcado por un montante, ligeramente más alargado a ambos lados para el apoyo del conjunto. En dicho montante hay una franja decorativa con un motivo geométrico, que alternan círculos con una estrella roja de cuatro puntos inscrita sobre el fondo amarillo y líneas verticales. Una de las particularidades técnicas que llaman la atención es el uso de yeso para la realización del fondo de las imágenes. El relieve está decorado, a su vez, con motivos vegetales, que representan diferentes tipos de flores y hojas, junto con elementos más o menos geométricos. Las líneas quedan difuminadas y escondidas debido a que el relieve presenta el tono gris característico de la oxidación de las láminas de estaño, que conformban el barniz dorado o corladura extendido sobre el yeso. El frontal de Llanars parece ser uno de los ejemplares mas antiguos conservados que presentan este tipo de decoración, luego repetida en multitud de frontales policromados a lo largo del siglo xiii. El fondo de la mandorla es de un color amarillo liso y la franja que la rodea (que no dispone de relieve de yeso) exhibe un motivo vegetal con hojas de color verde y amarillo por encima de una base de color negro. El frontal conserva en bastante buen estado la superficie pintada, aunque en algún trozo se ve la base de madera, justo donde ha saltado la corladura. Los colores son los habituales en el periodo: el blanco, el negro, dos tonos de rojo, uno de azul verdoso y el amarillo.
Debido a sus características técnicas, el frontal de Llanars se puede situar cronológicamente en la segunda mitad del siglo xii, periodo que coincide con la fecha que conocemos de la consagración del templo. Según la agrupación por talleres que propusieron en un primer momento tanto Pijoan, como Cook y Gudiol, el frontal de Llanars seria un trabajo del conocido como taller de Ripoll, vinculado al monasterio de Santa Maria. El estudio constata como el frontal conserva muchas de las características que encontramos en la pintura mural, aunque, como ocurre en la obra sobre table vinculada a Ripoll, el dinamismo de las figuras también apunta a la influencia de las técnicas de los iluminadores de manuscritos. Como se ha apuntado anteriormente, el frontal remite fuertemente a otros frontales elaborados en el taller de Ripoll, como el de Sant Martí de Puigbó o el de Sant Llorenç de Dosmunts. El uso de la técnica de la pastiglia, es decir la aplicación de láminas de estaño sobre una base de yeso, también era conocida en los talleres de Ripoll. De hecho, el manuscrito diecinueve, supuestamente procedente del monasterio ripollense, contiene la formulación para preparar esta técnica, por lo que no es de extrañar que los frontales producidos por este taller la tengan presente.
Autores como Marcel Durliat también han sugerido que tanto el modelo iconográfico del Cristo del frontal de Llanars como sus especiales características podrían relacionarse con los artistas del grupo de Magister Alexander, y como una especie de antecesor del corriente de neobizantinismo que se hizo popular a finales del siglo xii y principios del xiii, que se conoce como arte 1200. El frontal de Llanars también se ha relacionado con el antipendio rosellonés de Sant Martí, que se conserva en la colección Walters de Baltimore. Post estableció esta relación tomando como elemento común el hecho de que los dos frontales están estucados, aunque el dedicado a la vida del obispo de Tours es bastante mas tardío y ya pertenece estilísticamente a los estilos imperantes durante la primera mitad del siglo xiii.
Texto y fotos: Martí Beltrán González – Planos: Rosa gil guach
Bibliografía
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