Iglesia de Sant Salvador del Mas Barrat

La iglesia dedicada a san Salvador se encuentra situada a unos 100 m del Mas Barrat, una finca situada en un desfiladero que une el río Rialb y el barranco de Gavarra, y que es visible desde la carretera. Se accede al templo por los intricados caminos que conducen a Santa Anna de la Fabregada. Pasada esta iglesia, se sigue por el pedregoso camino que bordea el río Rialb y que se convierte en una vía asfaltada a pocos metros del enclave. El templo de Sant Salvador del Mas Barrat se ubica al Sur de la masía, en una planicie rodeada de pinos que, desgraciadamente, tapan una parte de la cabecera y del muro norte, precisamente las partes de más interés de la construcción.

No se ha conservado ninguna noticia sobre Sant Salvador del Mas Barrat, aunque, por su proximidad al castillo de Tarabau, es muy probable que formara parte de su área de influencia. Seguramente su origen esté relacionado, como en el caso de la masía de la Fabregada, con la dispersión poblacional que se dio en Tarabau y con la necesidad de nuevas tierras para el cultivo. En la actualidad, el Mas Barrat y su iglesia están en completo abandono.

La iglesia tiene planta de una sola nave rectangular e irregular, de 4,5 m de ancho por 10,4 m de largo, muy parecida a la vecina iglesia de Santa Anna de la Fabregada, y está cubierta por una bóveda de cañón apuntada. La cabecera del templo aparece dotada de un ábside semicircular liso, que se cubre con bóveda de cuarto de esfera a menor altura que la nave, y en el que se abre una sencilla ventana de doble derrame cegada y ligeramente descentrada. En el exterior, la techumbre original a doble vertiente está compuesta por unas oscuras losas, algunas de las cuales sobresalen en leve voladizo. También se conserva buena parte del revoque que cubría los paramentos, pero esto no impide apreciar, en las zonas ha desaparecido, que el aparejo utilizado estaba formado por un sillarejo de tamaño desigual y talla algo tosca. El muro meridional tiene como únicos elementos reseñables una pequeña y sencilla ventana apuntada, en su tramo oriental, de un solo derrame, y una puerta de acceso al templo, situada cerca de los pies y algo elevada, pues arranca a unos 20 cm del suelo. Formada por un arco apuntado, carece de ornamentación. Por su parte, el muro norte tiene la particularidad, a la altura del primer tramo de la nave, de la presencia de un absidiolo, que sobresale exteriormente y que al interior se cubre con bóveda de cañón. Este tipo de absidiolo único –en el muro norte de reducidas dimensiones– que se abre al interior a modo de hornacina, es característico de algunos edificios de la parte sur de la sierra de Comiols, como Santa Maria de la Ramoneda o Santa Anna de Montadó, y de la cuenca del Segre medio como Santa Maria de la Vansa, si bien, también puede encontrarse en alguna otra iglesia catalana. Los pinos, cipreses y la maleza ocultan casi por completo la parte más oriental de este muro septentrional, que no tiene ninguna ventana, y en el que se observan enormes sillares en la parte baja combinados con otros medianos y más escuadrados en la parte alta del mismo. Sobre la fachada occidental se alza, rompiendo con su altura la marcada horizontalidad del templo, el campanario de espadaña de un solo ojo, que ha perdido el arco, y que presenta unas dimensiones algo desproporcionadas en relación al resto del edificio. Bajo el campanario se aprecia una curiosa ventana rectangular, bastante alargada, dividida en dos partes por dos sillares dispuestos horizontalmente que no llegan a cerrarse. En la parte noroccidental del muro una gran grieta, que arranca desde los pies y alcanza hasta el tejado, amenaza seriamente la integridad del edificio. La base de la fachada se forma con sillares de grandes dimensiones.

El interior de la iglesia se encuentra en un buen estado de conservación, a pesar de las piedras y maderos amontonados, de los dibujos y pintadas con los que el incivismo de algunos suele ensuciar las iglesias abandonadas y abiertas, así como de la paja y restos de los excrementos animales acumulados en el suelo como resultado de la inapropiada función ganadera que actualmente parece desempeñar el templo. La nave aparece estructurada en tres tramos delimitados por dos arcos fajones apuntados. La bóveda de cuarto de esfera que cubre el ábside se integra con la nave mediante un arco presbiterial apuntado, en cuya pilastra meridional se abre una alargada y estrecha abertura rectangular que apenas se manifiesta en el exterior. En el primer tramo del muro, se observa un pequeño orificio cuadrado que podría haber desempeñado la función de credencia. El altar está desmontado y apilado en el suelo del ábside. El arco fajón occidental presenta una evidente deformación que no se da en el oriental, la que se pone de manifiesto tanto en la diferente curvatura de ambos brazos del arco como en la desigual altura de los dos lados en que arranca el mismo, más baja en el norte que en el sur. Todo ello provoca una evidente asimetría de este elemento estructural. Todos los paramentos interiores están recubiertos de revoque.

Una pequeña pila de agua bendita aparece encastrada en la pilastra meridional junto a la puerta.

La iglesia de Sant Salvador del Mas Barrat, por sus características constructivas, seguramente fue construida a finales del siglo xii o a principios del siglo xiii.

Texto y fotos: Nuria Font Marco

Bibliografía

Adell i Gisbert, J.-A., 1994, pp. 264-265; Bach i Riu, A. y Gabriel i Forn, M., 2005, pp. 162-164; Cataluya Romànica, 1984-1998, XVII, p. 301.