Cuenta el Padre Flórez que a media legua de Burgos, en el Camino Real de Vitoria, se encontraba el “Campo de Gamonal”, así denominado según él por florecer en abundancia una planta llamada gamón. La tradición señalaba que en aquel lugar se construyó una iglesia para venerar una imagen de la Virgen que había sido descubierta allí. Aunque el templo era pequeño mereció la atención de personas distinguidas, entre las que se encontraba el propio rey, Fernando I, que se lo dio en herencia a sus hijas Elvira y Urraca, junto con otras iglesias y monasterios. El 8 de julio de 1074 las propias infantas donaron al obispo de Oca, don Simeón, la iglesia de Santa María y la villa de Gamonal para que estableciera en ella su sede episcopal, concediéndole además unos molinos en Arlanzón y los monasterios de Santa María del Valle y San Pedro del Campo. La intención de las infantas era que se construyese allí una catedral que, como bien expresa el documento, fuese la matriz de Castilla, entendiendo que tal demarcación territorial debía referirse exclusivamente a Burgos: ...ut edificetur ecclesia episcopalis katedre, que sit mater totius diocesis Castelle. Pese a la buena disposición mostrada inicialmente por su hermano Alfonso VI, no parece que tales intenciones se llevaran a la práctica de modo efectivo. Al año siguiente el monarca ordenó que se estableciese allí la sede episcopal ( in loco abto secundo miliario ab urbe burgensi, in uilla que dicitur Gamonar), aunque debió de ser por poco tiempo pues acto seguido decidió su traslado a la ciudad de Burgos, junto a su propio palacio. No obstante, parece que el obispo y el cabildo siguieron residiendo en Gamonal durante el tiempo que duraron las obras de la nueva catedral, como pone de manifiesto un documento por el que García, su mujer Eldoara y su hijo Oveco donaron al prelado y cabildo de Burgos una divisa y el monasterio que poseían en Monte Odena, señalándose en la misma escritura que tal concesión la hacían al monasterio de Santa María de Gamonal donde al parecer residían los clérigos. La donación se realizó el 18 de febrero de 1078, el mismo día en que se consagró su iglesia: Facta carta die consecrationis ipsius baselice, notum die dominico, XII kalendas marcii, era Mª Cª XVIª... A pesar de no haberse alcanzado la dignidad catedralicia que se pretendía para la iglesia de Nuestra Señora la Antigua nunca se perdió la devoción a su titular ni el favor de los monarcas. Así, en 1255 Alfonso X confirmó a instancias del cabildo burgalés la donación que hicieron en su día las infantas y en esa misma época, o puede que antes, se dotó una cofradía de caballeros cuyas ordenanzas fueron redactadas en 1296. Poco tiempo después, ya en el siglo XIV, se derribó el templo románico y se levantó en su lugar un edificio gótico de admirables trazas constructivas que refleja en su fábrica la herencia de la catedral burgalesa, sobre todo en las bóvedas de crucería con ligaduras longitudinales. De la iglesia románica que se consagró en 1078 nada queda a no ser un capitel románico muy deteriorado que se conserva en la sacristía y que fue hallado entre el relleno de un muro durante las obras de restauración llevadas a cabo hace algunos años. Labrado por tres de sus caras (32 x 31 x 23 cm.), muestra una escena protagonizada por dos personajes masculinos que permanecen semirecostados en los extremos de la cesta. Del de la izquierda sólo quedan sus piernas mientras que el de la derecha conserva también parte de su cabeza. Estas figuras sujetan por el cuello a dos leones que aparecen colocados en el centro del capitel, opuestos por los cuartos traseros y volviendo sus cabezas para morderse las colas. Completaban la decoración dos tallos rematados en volutas que se disponían en las esquinas. El tipo de capitel, el estilo y la iconografía remiten a las creaciones del románico pleno, destacando el particular tratamiento del cabello a base de mechones trenzados que encuentra sus paralelos más cercanos en algunas figuras de Frómista, San Zoilo de Carrión de los Condes y San Isidoro de León, obras todas ellas que se fechan entre finales del siglo XI y comienzos del XII. En relación con todo ello y tomando como punto de partida la fecha de consagración del viejo edificio románico, que seguramente aún no estaba concluido en esos momentos, podemos asignar a este capitel una cronología cercana a1100.