Santa Maria del Castell de Santa Maria
Iglesia de Santa Maria del Castell de Santa Maria
La iglesia de Santa Maria está emplazada en la parte más alta del pueblo de Castell de Santa Maria, desde donde se puede divisar todo el valle. Se accede a través de la misma ruta que se ha indicado para el castillo de dicha localidad.
Aunque la primera mención histórica de Santa Maria se remonta a mediados del siglo xi, concretamente a un documento que contiene un listado de las iglesias pertenecientes al obispado de Vic, no se vuelve a tener noticias de este templo hasta el fogaje de 1358, en el que se especifica que la jurisdicción del término del castrum de Sancta Maria era propiedad del señor Guerau de Oluja. Del siglo xvii se conserva también un listado de las parroquias que formaban parte del obispado de Vic entre los años 1685 y 1688 en que consta Santa Maria como sufragánea de Sant Pere de Sant Domí.
El edificio, que está parcialmente rodeado por un muro de piedra y en medio de un fuerte desnivel del terreno, destaca por su sencillez y reducidas dimensiones, que en la parte se que conserva de época románica, los dos tramos más occidentales, son de 5,80 por 9,10 m de planta. Originalmente debía responder al modelo de edificio de una sola nave con ábside semicircular, pero como consecuencia de una reforma posterior, éste fue sustituido por una ampliación de la nave hacia levante mediante un cuerpo rectangular, en cuyo muro sur se abre una ventana de doble derrame y arco de medio punto monolítico que está cegada al interior y que, posiblemente, se trata de un elemento reutilizado. El muro meridional de la nave primitiva se encuentra una puerta tapiada, carente de cualquier tipo de ornamentación y constituida por un arco de medio punto formado por dovelas de piedra distinta al resto del paramento, que posiblemente sería el acceso original al templo. En el lienzo septentrional, es donde mejor se distingue la división y diferencia de altura entre las tres estructuras distintas que integran el templo, las cuales corresponden a la sacristía y a las dos naves.
La fachada occidental presenta una puerta realizada en una reforma posterior, formada por un sencillo arco de medio punto, compuesto por grandes dovelas, y cuya única ornamentación es una sencilla cruz en relieve en una de las claves. Se accede mediante una escalinata que permite salvar el desnivel sobre el que se asienta el templo. Sobre la portada, un óculo, que representa el único elemento de iluminación del interior del edificio. Corona la fachada un campanario de espadaña de dos vanos con tejado a dos aguas.
El aparejo utilizado está compuesto por sillares de piedra calcárea, de tamaño desigual, sin que en ningún caso alcancen unas dimensiones notables, y dispuestos de forma bastante regular. No se aprecian grandes diferencias en el material empleado en los paramentos originales respecto a las ampliaciones.
El interior de la iglesia muestra una manifiesta carencia de armonía entre las estructuras de diferentes épocas, así como una falta de solución para integrarlas en un todo coherente. La nave primitiva se cubre con una bóveda de cañón dividida por dos arcos fajones de medio punto, los cuales reposan sobre sencillas pilastras que carecen de imposta. En el arco más oriental se ha sustituido la pilastra norte por una ménsula, posiblemente como consecuencia de la necesidad de adaptación a la reforma posterior de la fábrica. A ambos lados de la nave nueva, que está cubierta con una bóveda de cañón apuntada, se abren sendas capillas formadas por un arco de medio punto. La norte tiene a su lado una puerta que facilita el acceso a la sacristía. En el lienzo sur, próxima al altar, se halla una simple credencia de forma rectangular. El coro, ubicado encima de la fachada de poniente, es fruto de la fase de ampliación posterior a la que fue sometido el edificio. Las paredes en el interior del templo presentan restos de encalado, así como, una capa de pintura que imita la forma de los sillares. El paramento original tan sólo se puede observar en alguna zona del muro del evangelio y no difiere del empleado en el exterior.
La parte románica de este edificio se ha datado en el siglo xii.
Texto y fotos: Helena Soler Castán
Bibliografía
Castells Catalans, Els, 1979; VI (I), pp. 616- 617; Catalunya Romànica, 1984-1998, XXIV, p. 454; Llobet i Portella, J. M., 1992, p. 58; Pladevall i Font, A., 1976, p. 16; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1981, pp. 274-275.