CLARIANA DE CARDENER

El municipio de Clariana de Cardener se encuentra en el lado oriental del centro del Solsonés, limitando con la comarca barcelonesa del Bages. Los ríos Cardener y Negre riegan su mitad. Por su parte, las zonas occidental y meridional del término forman parte del altiplano del Solsonès.

El castillo de Clariana fue siempre propiedad de la familia vizcondal de Cardona, quienes los consideraron como un enclave estratégico en la organización de su territorio. A lo largo del siglo xi diversos miembros de esta familia vizcondal se hicieron con propiedades en dicho término. Desde principios de siglo la vizcondesa Engonça, esposa del vizconde Ramon I, fue adquiriendo viñas y molinos a ambos lados del río Cardener, hasta construir un verdadero monopolio molinero en la región. De esta actividad económica subsisten, aunque son de época más tardía, los restos del molino de Buida-Sacs. El castillo existía ya en esa época, pues es mencionado por primera vez en 1007, cuando Riculf y Argel·ló vendieron un molino a la vizcondesa Engonça in chomitatu Urgello, in castrum Clariana. Desde ese momento aparece repetidamente en la documentación vizcondal del siglo xi (1008, 1018, 1054, 1064, etc.).  Los castellanos residentes pertenecían a la familia de Seniofred de Cardona, uno de los hombres fieles al vizconde Ramon Folc I y que ya aparece vinculado a la fortaleza en torno a 1041. En el siglo siguiente, el vizconde Bernat Amat incluía el castillo de Clariana entre sus posesiones, gesto que aún repetirán sus descendientes Ramon Folc III en 1167 y Guillem I en 1213. Poco es lo que queda de la época románica en los restos actuales de la fortaleza, los cuales, en su mayor parte, corresponden a épocas posteriores.

No lejos de Clariana de Cardener se encuentra la iglesia de de Santa Àgata, la cual, teniendo en cuenta los arcos de herradura que presenta en su portada norte y en el arco triunfal, las ventanas monolíticas de su ábside y el aparejo de mampostería de la mayor parte de sus paramentos, se puede datar en el siglo x.

Iglesia de Sant Serni de Clariana

Para acceder a la iglesia de Sant Serni desde la carretera C-55, de Cardona a Solsona, deben dejarse atrás tanto la desviación de Clariana que aparece a la derecha, como el túnel que viene a continuación para tomar, apenas unos metros después, un camino sin asfaltar que no está señalizado. Recorridos 1,2 km se llega al complejo del castillo de Clariana, anexo al cual se encuentra la iglesia de Sant Serni. 

La  iglesia, que ya existía en 1035, ha sido tradicionalmente vinculada al linaje de los Cardona quienes eran señores del castillo anexo y de su término. Aunque no se ha conservado documento alguno referente a la consagración del templo, algunos autores han afirmado que fue celebrada por el obispo Eribau de Urgell, hermano del vizconde Folc I de Cardona. La hipotética cesión del templo a la canónica de Sant Vicenç de Cardona por parte de los Cardona, para la que se ha planteado un arco cronológico incierto, entre 1040 y 1154, no se encuentra avalada por documento alguno. Pese a que, como se ha indicado arriba, la iglesia existía ya en 1035, en el acta de consagración de Sant Vicenç de Cardona, de 1040, no se incluye Sant Serni entre los bienes del templo. En cambio, sí que aparece en la confirmación de bienes que el papa Anastasio IV realizó en 1154. Antes, en 1102 Bernat Bermon había realizado una donación testamentaria a Sant Serni, gesto que ningún vizconde o vizcondesa de Cardona hizo nunca antes de Guillem I, en 1213.

Sant Serni de Clariana fue concebido como un templo integrado en un recinto castral, concebido en origen con una planta formada por una sola nave rectangular cubierta con una bóveda de cañón. El acceso al templo se realizaba por una puerta situada en el muro sur, practicable aún, a pesar de que en los años ochenta del pasado siglo fue arrancada. A lo largo de los siglos se abrieron nuevas entradas que permitían asistir a los oficios directamente desde la fortaleza, así como desde la torre de homenaje, anexa al templo por su parte noroeste. Durante el siglo xvi se construyeron dos capillas laterales. En los siglos siguientes se excavaron en la roca otras dos nuevas capillas, de perfil más austero.     

Durante las últimas tres décadas todo el complejo ha sufrido una rápida degradación que amenaza con su completa ruina. En la iglesia, si bien la bóveda resiste aún, una parte del antiguo cierre del muro oeste ha caído ya en su extremo superior. En el exterior, parte de los muros más elevados del castillo han desaparecido casi por completo. Lamentablemente, su destrucción precipitará en breve la caída del resto. 

                                                                                  Texto y fotos: FRB

Bibliografia