Aant Joan de Torreblanca
PONTS
Iglesia de Sant Joan de Torreblanca
El acceso a las ruinas de la iglesia de Sant Joan de Torreblanca es el indicado para el castillo de Torreblanca.
La construcción de la iglesia debe ponerse en relación con el devenir del castillo. Su ubicación a los pies del mismo obedece a la campaña repobladora de los condes de Urgell y Barcelona. No se conocen noticias históricas de época medieval que mencionen la iglesia. Se tiene constancia de que el templo se mantuvo en uso hasta finales del siglo xix.
Se trata de un edificio compuesto por una sola nave rectangular y un ábside semicircular cubiertos con bóvedas de cañón y cuarto de esfera, respectivamente. El ábside presenta en su paramento exterior, bajo la cornisa con moldura biselada, un friso de arcuaciones dispuestas en parejas separadas por lesenas que determinan siete entrepaños, y que se apoyan en un zócalo corrido. Se abren en la cabecera tres ventanas doblemente abocinadas en derrame con alféizar plano, y resueltas en arco de medio punto. La ventana norte se encuentra tapiada. Mientras que el muro norte queda adosado a la vertiente del cerro, cubierto casi en su totalidad por tierra desprendida de la ladera y vegetación, el meridional, liso, cuenta con una ventana de derrame simple y arco de medio punto y, en su tramo occidental, con los restos de la puerta, formada por un amplio arco de medio punto. Ésta quedó separada del interior del templo después de una reforma, motivada por el derrumbe del sector occidental del edificio, en la que se redujo el espacio interior mediante un muro que dividió en dos la nave. Éste fue realizado con sillarejos, entre los que se encuentra algún sillar bien escuadrado. Para poder acceder al templo, se habilitó en el tramo oriental del muro sur una puerta adintelada en el exterior y de arco de medio punto en el interior. El templo ha perdido la techumbre exterior, de la que tan sólo se preservan las losas inferiores del ábside. De esta forma, quedan al descubierto las partes superiores de las bóvedas.
El interior, el ábside se abre a la nave mediante dos arcos de medio punto en degradación que se apoyan en columnas rematadas en capiteles decorados con motivos circulares: divididos en seis sectores por otros tantos radios en los del arco absidal y sendos grupos de tres círculos con perlas en su interior en el arco presbiterial. La bóveda de cañón se refuerza mediante un arco fajón apoyado en columnas adosadas a los muros, que arrancan de basamentos de perfil troncopiramidal y troncocónico con plintos rectos. Están coronadas por capiteles de forma troncocónica invertida, que presentan, en el del lado de la epístola, cruces patadas, y en el del evangelio, motivos vegetales, que se han interpretado como representaciones esquemáticas de árboles o espigas. Este conjunto de capiteles fue calificado como visigodo durante los años setenta del siglo xx. Aunque no se puede excluir totalmente que alguno de ellos haya sido aprovechado de alguna construcción cercana, consideramos que su filiación estilística debe relacionarse con la decoración arquitectónica del cercano monasterio de Santa Maria de Gualter, por lo cual su datación puede situarse hacia un momento avanzado del siglo xii o a inicios del siglo xiii.
En la parte oriental del muro del evangelio se hallan dos estructuras de funcionalidad desconocida. En primer lugar, entre las columnas de los arcos absidal y presbiterial, se una abertura conduce a una pequeña cavidad de planta trapezoidal. Se ha propuesto que dicha estructura podría estar relacionada con el toque de las campanas, ya que se abre al exterior, donde podría haber existido una pequeña espadaña. A continuación, entre la columna del arco presbiterial y la del arco fajón, se abre una hornacina, a modo de absidiolo, cubierta con bóveda de cuarto de esfera y que cuenta con una ventana en su centro, muy deteriorada. Se ha propuesto que este espacio podría estar destinado a una función bautismal. Elementos de similares características, que según Joan-Albert Adell, son comunes en el área del Segre medio, pueden verse también en Santa Anna de Montadó y Santa Maria de Ramoneda.
Finalmente, una basa de columna, decorada con un motivo de espiga o de doble soga y con dos serpientes de lengua bífida, fue reutilizada, colocándola de forma invertida, en la cara interior del muro sur, junto a la esquina con el tabique añadido.
La iglesia de Sant Joan de Torreblanca debe ser puesta relación con la colegiata de Sant Pere de Ponts, ya que ambas construcciones participan de los parámetros del primer lombardo. Su construcción, especialmente la de su ábside por analogía con la anterior, puede situarse durante el siglo xii, mientras que otros elementos arquitectónicos, tales como los capiteles o su fachada sur, permiten llevar su cronología hasta un momento avanzado del siglo xii o a inicios del xiii.
Texto y fotos: Nuria Otero Herráiz - Planos: Albert Reig Florensa
Bibliografía
Buesa Conde, D. y Peña Monné, J. L., 1978, 167-184; Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, pp. 425-426; Chesé Lapeña, R., 2011, pp. 553-561; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1984, pp. 535-538.