Ermita de Santa Cristina

Santa Cristina de Corçà se encuentra a unos 2 km del pueblo, al lado de la carretera que va hacia Monells (GIV-6701). Se divisa pronto a la izquierda, en el extremo de unos campos de cultivo, en una pequeña elevación del terreno.

El templo se erigió sobre unos restos de época romana, por lo que algún estudioso especuló con la posibilidad de que sustituyera un templo pagano, ya en el siglo x. No hay documentación alguna de época medieval sobre la edificación, de la que sólo sabemos que era una ermita sufragánea de la parroquia de Sant Julià.

La supuesta iglesia prerrománica habría sido sustituida por el templo actual, aunque aprovechando su planta. El edificio es una modesta estructura de nave única y ábside semicircular, que fue restaurado en la década del 1980. En dicha restauración se encontraron restos de unos gruesos muros, encalados por la parte interior, que delimitaban una planta rectangular debajo del ábside; no está claro a que estructura pertenecen.

La entrada a la iglesia se realiza por una puerta adintelada abierta en el muro meridional, y por otra  puerta en arco de medio punto, adovelado, que hay en la fachada oeste; las dovelas son de un tamaño considerable, muy alargadas; las centrales sobresalen de la línea del arco tal vez con intención decorativa como también la disposición de las piedras de las jambas. Esta puerta occidental debió añadirse con posterioridad a la primitiva, que debió ser la del costado sur. Hay una ventana encima de la puerta occidental, y otra en el eje del ábside; las dos son de doble derrame, con arcos de medio punto monolítico. El muro del hastial y el oriental se proyectan por encima de los perfiles originales de la iglesia. Una cornisa en nacela recorre las paredes laterales y el ábside.

En el interior, la bóveda es apuntada en la nave y de cuarto de esfera en el ábside. Ambas guardan huellas del cañizo de la cimbra. Una cornisa en nacela adorna el semicírculo absidal. Se realizó una escalera que conduce a un pequeño coro que, en el interior, queda encima de la puerta occidental. Una bancada corrida se adosa perimetralmente a los muros. El suelo de la nave queda más bajo que el del presbiterio.

El paramento exterior es de dos tipos. En la parte baja del ábside y en buena parte del muro sur, hacia oriente y paralelo a otro fragmento menor en el muro septentrional, vemos un paramento muy rústico, ligado con abundante mortero de cal y arena y completando los huecos con restos de cerámica y ánforas de época romana. El resto de la construcción es de sillares bien tallados y dispuestos. Los bloques de las esquinas son notablemente más grandes, consecuencia de una reposición moderna no documentada. En el interior se observa la idéntica diferenciación de materiales en las mismas zonas.

Los restos más rústicos pertenecerían a una construcción del siglo x o xi, mientras que los sillares escuadrados parecen corresponderse con una reforma o reconstrucción posterior, fechable entre finales del xii y principios del xiii.

Texto y fotos: CONSUELO VILA MARTÍ – Planos: ANNA MARIA ALBÓ RIERA

Bibliografía

Badia i Homs, J., 1977-1985, I, pp. 155-56; Catalunya Romànica, 1984-1998, VIII, pp. 198-199.