Identificador
16909_03_007n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
40º 20' 27.65'' , - 2º 12' 32.71''
Idioma
Autor
Iván Amor Carretero Gallarte
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Ribagorda
Municipio
Sotorribas
Provincia
Cuenca
Comunidad
Castilla-La Mancha
País
España
Claves
Descripción
EN PALABRAS DE Miguel Romero “Ribagorda surgió como núcleo fuerte de la comarca en la que se encuentra. Sus callejas presentan mayor amplitud urbanística que los demás lugares del entorno. Se observan espacios abiertos a los que confluyen varias calles y aunque, ausentes las plazas, aparecen espacios amplios que denotan igual finalidad. Con razón aquí aparecen casas más grandes que pudieran haber sido, en tiempos medievales, casonas hidalgas, y que ahora han perdido cierta identidad de nobleza”. Su templo, bajo la advocación de San Pedro, es obra del siglo XVII, aunque éste se asentaría sobre otro desaparecido. Sin embargo, a tres kilómetros del pueblo, siguiendo un pequeño camino por el que se accede al Camposanto, se halla la pequeña ermita del pueblo, construcción típica del románico rural de la zona. Ésta sería la primitiva iglesia de la zona en su antiguo asentamiento de los Villares, situada en un valle entre la ribera de los ríos Trabaque y Liendre. El templo, construido a principios del siglo XIII, presenta una sola nave, con presbiterio recto, ábside semicircular, un pequeño cuerpo añadido en el muro sur, que cobija la portada de ingreso y, a diferencia de las distintas obras de la zona, carece de espadaña. Construido, como es típico, en mampostería con sillar en las esquinas, así como en los despuntes de la nave y el presbiterio, el cuerpo se cubre a tres aguas y el vuelo de los aleros se resuelve con tres roscas de teja vuelta y con una pequeña cornisa de yeso. Bajo el atrio añadido del muro sur se halla la única portada de acceso al interior. Resuelta con arco de medio punto con dovelas de recercado liso, apoyado en una moldura perteneciente a la fábrica original. El atrio, en parte desaparecido por ruina, se cubre siguiendo el agua de la nave. En él se abrirían unos arcos de medio punto, hoy en día, totalmente tapiados, aunque, al igual que en el ábside, aún presenta varias ventanas saeteras realizadas directamente sobre el sillar. En cuanto al muro norte, aparece totalmente cegado. Por último, en el muro de los pies cabe destacar una esquina doble de sillar, “sin que pueda precisarse su significación constructiva” –según Nieto Taberné– “como restos de una posible espadaña o simplemente de una ampliación o refuerzo de esquina de la nave original”. Su interior es muy sencillo: muestra cubierta con estructura de madera, enlucido de yeso y decoración de pinturas de carácter y gusto popular. El templo presenta banco corrido en la nave y parte de la cabecera, además de un pequeño coro a los pies, de construcción moderna, y soportado por el uso de una arquería de tres vanos. La cabecera, en el ábside y en el presbiterio, se cubre con cúpula oval de yeso sobre pechinas y se muestra decorada con figuras de ángeles realizadas en yeso y con una gran policromía. Sin lugar a dudas, debió de existir una cubrición primitiva (posiblemente a base de bóvedas de horno y cañón) que fueron sustituidas por las aquí analizadas. La ventana aspillera del ábside se encuentra en el interior cegada, aunque se mantiene la del lado sur. Por último, no existe arco triunfal en el paso de la nave a la cabecera, y éste se resuelve mediante un hueco adintelado con borde en sus esquinas principales. Hoy en día, la ermita de Ribagorda acoge la romería del día 8 de septiembre, festividad de la Virgen de la Horcajada, de gran tradición popular. Su mantenimiento ha permitido conservar en su totalidad la herencia románica de su construcción.