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Fachada oeste de Sant Aniol d'Aguja

Identificador
17109_01_015
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.3164952,2.5841892
Idioma
Autor
Marcos Ojosnegros Marín
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Aniol d’Aguja

Localidad
Montagut
Municipio
Montagut i Oix
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Aniol d'Aguja

Descripción

Iglesia de Sant Aniol d’Aguja

 

Para llegar a la iglesia Sant Aniol d’Aguja (o d’Aguges, o d’Uja) el único acceso posible es a través de un pequeño sendero que se adentra en el valle de Riu, por el que tan sólo se puede ir pie. Después de abandonar la autovía A-26 en la salida de Montagut, nos dirigimos a Sadernes por la GIV-5231. Al lado de la iglesia de esta población nace una pista forestal que se adentra en el valle hasta la masía de La Muntada. Aquí dejamos el vehículo y proseguimos por un camino bien señalizado hasta el templo, que está en proceso de restauración.

 

El origen hipotético de este cenobio benedictino se considera que está relacionado con la destrucción, a manos de los normandos, del monasterio de Santa Maria d’Arles (en el vecino Vallespir) en torno al año 859. Ello habría provocado que el abad Ricimir, junto con algunos monjes, se instalaran en el valle de Aguja. En todo caso, la existencia de este cenobio se documenta ya en el año 871, en un precepto de confirmación de sus posesiones precisamente al abad Ricimir, otorgado por Carlos el Calvo.

 

No obstante, parece que el cenobio no tardó en desaparecer. Prueba de ello sería que si en el mencionado precepto de 871 consta una basílica llamada de Sant Llorenç de Sous, que se cree construida por el cenobio de Aguja bajo la dirección de Ricimir, en un documento de confirmación de bienes otorgado por Carlos el Simple en el año 899 ya se cita esta misma cellam sancti Laurenti como posesión de la catedral de Girona. El cenobio de Sant Aniol no reaparece hasta las Rationes Decimarum Hispaniae (1279 y 1280) en donde se cita la ecclesia de Aguya. De este largo vacío documental se ha deducido que los monjes de Sant Aniol se habrían marchado al monasterio de Sant Llorenç de Sous, que habría pasado a ser el más importante de la zona desde el siglo xi. La iglesia de Sant Aniol se habría convertido, entonces, en una parroquia dependiente del monasterio de Sous. Más adelante, en el Llibre Verd del capítulo de Girona se cita Sancti Andeoli de Aguga (1362). La iglesia reaparece entre los diplomas de Pedro el Ceremonioso porque vende los derechos de bovaje de su parroquia, entre otras, para sufragar la guerra de Cerdeña.

 

Sant Aniol d’Aguja es un edificio de nave única, cubierta con bóveda de cañón, y con cabecera formada a partir de una ábside de planta semicircular cubierto con bóveda de horno. Ambos cuerpos se conectan mediante un doble arco triunfal de medio punto, cuyas dovelas presentan poca labra y son más largas que anchas. La zona del altar aparece más elevada que el nivel de la nave, de modo que se accede a ella por tres escalones. En un momento indefinido, el bloque rocoso en el que se emplaza la iglesia fue excavado artificialmente para crear una cripta a la que se accedía desde el templo. Destaca el hecho que el muro del ábside presenta una decoración de tipo lombardo, con dos lesenas que enmarcan tres compartimentos en los que se incrustan series de arquillos ciegos, cinco en el tramo central y cuatro en los laterales. En el mismo muro semicircular se abren dos de las ventanas originales con que cuenta el templo, de doble derrame y en arco de medio punto. La fachada sur también presenta otras dos ventanas del mismo tipo.

 

La iglesia fue modificada en época posterior, cuando le se añadió un cuerpo arquitectónico que prolongó la nave hacia Occidente. Ello afectó la puerta primitiva, posiblemente abierta en el costado sur, que se eliminó y se trasladó al sector occidental. Ambas fases constructivas pueden distinguirse principalmente por el cambio de paramento, que en la parte atribuible a la época románica es de largos sillares de piedra calcárea dispuestos en hiladas algo irregulares, mientras que en el cuerpo arquitectónico adosado a posteriori los sillares forman hiladas más regulares. Pese a este cambio, la cornisa que corre por debajo del alero se prolonga a lo largo de toda la nave. La fachada oeste, obviamente también de fábrica posterior, presenta un paramento diferenciado respecto a los laterales, a partir de sillarejo de piedra de muy diferentes tamaños. En el momento de la ampliación también se debió de añadir otro cuerpo arquitectónico que creaba un espacio que protegía el acceso a modo de atrio, del que quedan algunos restos en la parte previa al templo. Hay que decir que la puerta de acceso actual (que, como se ha dicho, es moderna) presenta un tímpano semicircular labrado con una cruz latina entre cinco semiesferas de diferentes tamaños en alto relieve; se trata de un motivo recurrente en la decoración escultórica románica de la Garrotxa, por lo que no se puede descartar que se trate de una pieza reaprovechada.

 

Tanto el tipo de aparejo como especialmente la presencia de decoración lombarda permiten fechar la primera fase constructiva de esta iglesia en el siglo xi. Con respecto a la datación del cuerpo añadido posiblemente corresponda, por las características de la puerta, a un período posterior al románico.

 

En la puerta de la iglesia se conservan los restos de un herraje consistentes en una banda de hierro en forma de doble tallo acabada en dos volutas, ejecutado con la técnica del acanalado, que consiste en realizar una incisión en el centro del cuerpo de la espiral consiguiendo una división en dos hojas. Estos motivos responden a una tipología frecuente dentro el conjunto de herrajes de tradición románica, aunque no por ello se puede afirmar con certeza que estos correspondan a dicha etapa.

 

 

Texto y Fotos: Marcos Ojosnegros Marín – Planos: Francesc Xvier Llagostera Gelis

 

Bibliografía

 

Abadal i de Vinyals, R. d’, 1926-1952, II, pp. 144-147, 176-178; Catalunya Romànica, 1984-1998, IV, pp. 270-272; Miquel i Rosell, F., 1945-1947, II, pp. 27-28; Monsalvatje y Fossas, F., 1889-1919, II, XII, XVII; Murlà i Giralt, J. 1983, pp. 46-47; Pladevall i Font, A., 1968, p. 34; Puigdevall i Diumé, N., 1970, pp. 337-356; Rius i Serra, J., 1946, pp. 76, 89; Sala i Canadell, R., Puigdevall i Diumé, N., 1977; Salrach i Marés, J., 1978, pp. 61-64.