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Exterior, muro norte

Identificador
33558_02_007
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
43º 15' 22.9" , -5º 5' 21.38"
Idioma
Autor
Adriana Carriles García
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Román

Localidad
San Román
Municipio
Amieva
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
SE CONOCEN POCAS REFERENCIAS DOCUMENTALES acerca de la iglesia de San Román de Amieva. En el inventario elaborado por mandato del obispo Gutierre de Toledo entre los años 1385 y 1389, como paso previo para llevar a cabo una reorganización interna del obispado de Oviedo, figuran una serie de iglesias de Amieva y Ponga, entre ellas la de “San Román de Amieva”, sin dar mayores detalles. En el censo parroquial realizado a fines del siglo XVI volvemos a encontrar una nueva mención a San Román. La iglesia de San Román, levantada en una zona aislada del caserío, sufrió diversas modificaciones a lo largo de su historia, especialmente en el último cuarto del siglo XIX. Estas profundas alteraciones son especialmente visibles en el exterior, a pesar de lo cual, el mantenimiento de la estructura planimétrica románica y algunos elementos del interior, permiten adscribir este templo entre los ejemplos del románico rural del oriente asturiano. Siguiendo la tipología arquitectónica más frecuente y extendida entre las edificaciones románicas del oriente asturiano, San Román de Amieva es una iglesia de pequeñas dimensiones, de nave única y ábside cuadrado. Los lados sur y oeste del cuerpo de la iglesia están rodeados por un espacio porticado. Los paramentos, como ya se ha comentado que era habitual en la zona, se levantaron con sillarejo, reservando los bloques de sillares para reforzar las partes estructuralmente más importantes del edificio, como los contrafuertes, los aleros o los marcos de los vanos. La articulación del muro en el románico de la zona oriental de Asturias no era demasiado frecuente, al menos en los paramentos exteriores; sí resulta más fácil encontrar el interior de las cabeceras articuladas con impostas desde las que arrancan las bóvedas de cañón. Curiosamente, en este caso concreto, la cabecera de la iglesia de San Román aparece articulada, tanto en el interior como en el exterior; en el exterior está recorrida en su parte inferior por un zócalo, del que parten los cuatro contrafuertes situados en las esquinas del ábside y que probablemente son resultado de una de las reformas modernas; también resultado de una intervención moderna son los dos vanos abiertos en los laterales de la cabecera, además del pórtico, de la espadaña que corona el imafronte occidental y de la sacristía que se adosaba al lateral izquierdo de la cabecera y que, tras ser derruida, sólo dejó como recuerdo la puerta de acceso, cegada. La nave se cubre con armadura de madera y la cabecera con bóveda de cañón, bóveda que parte desde las líneas de imposta que articulan el paramento del ábside en el interior. El arco triunfal también es de medio punto, ejecutado con buena técnica, tal como se puede observar en el cuidado despiece de sus dovelas, a pesar de hallarse actualmente encalado y pintado; no incorpora capiteles, sino que la única rosca del arco apea sobre impostas molduradas por una sencilla incisión en su frente y que también han sido policromadas en un momento reciente. Las impostas se continúan a ambos lados del interior del ábside hasta llegar al muro testero. La iglesia de San Román destaca por ser uno de los pocos templos del oriente asturiano que aún conserva en su interior una pila bautismal de cronología románica. Curiosamente, y tal como recoge I. Ruiz de la Peña, parece que en determinado momento y por circunstancias desconocidas, fue sacada de la iglesia de San Román y ocultada en algún lugar de la sierra amievense, hasta su posterior restitución en su emplazamiento original dentro de este templo. Situada en una esquina de la nave, se trata de una pila labrada en un único bloque de piedra, de cuenca semiesférica irregular que apoya directamente en el suelo, sin pie. De 96 cm de altura y 82 cm de diámetro, aparece levemente decorada en el borde superior con una sucesión de triángulos, más o menos erosionados. Por su parte, el frente se decora con dos bandas dobles de formas geométricas (triángulos y cuadrados) de pequeñas dimensiones; los triángulos, un motivo que aparece asiduamente en otras pilas bautismales de la zona oriental asturiana, como San Martín de Grazanes o San Pedro de Con (Cangas de Onís), aparecen afrontados por sus lados largos, de manera que el conjunto parece simular formas romboidales ligeramente desiguales; los cuadrados tampoco están perfectamente alineados. Las pilas bautismales románicas conservadas en Asturias presentan en la mayor parte de los casos un aspecto similar, de gran sencillez, aunque pueden distinguirse varias etapas en función de la tipología. La pila bautismal de San Román pertenecería al modelo implantado mayoritariamente a partir del siglo XII, es decir, un modelo de copa, con una cuba decorada sobriamente, aunque, en este caso concreto, no se acompaña de pie. La modesta iglesia de San Román es uno de los pocos templos del románico rural del concejo de Amieva que se conserva, a pesar de resultar necesario un adecuado proceso de restauración.