Identificador
33508_01_020
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
43º 23' 59.84" , -4º 53' 49.38"
Idioma
Autor
Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Vibaño
Municipio
Llanes
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Claves
Descripción
EN UN DOCUMENTO de venta de ciertos bienes en la villa de Niembro, datado en 1296, podemos constatar la existencia de San Pedro de Vivaño, pues entre los testigos de esta venta figura un tal Pedro García, clérigo de Vilvano. San Pedro de Vibaño aparece en la nómina del Libro Becerro de la Catedral de Oviedo, redactada entre los años 1385 y 1386, en donde se dice que el obispo don Alfonso unió esta iglesia y la de Caldueño (Llanes). No se sabe cuándo pudo ocurrir este hecho puesto que entre los siglos XIII y XIV se suceden varios obispos con ese nombre. Además, según el Libro Becerro presentaba capellán en ambas iglesias el abad del cercano monasterio de San Antolín, que también recibía la mitad de los diezmos de la parroquia, lo que quizás refleje que los dos templos pertenecieron al dominio del mencionado cenobio. De la iglesia románica de San Pedro de Vibaño, construida posiblemente entre finales del siglo XII y principios del XIII, se conservan varios canecillos y la nave rectangular, que en origen pudo rematarse con una cabecera cuadrada. Esta última sería derribada con el fin de construir el crucero y la cabecera de época barroca que se mantienen actualmente. En época contemporánea se adosó a la fachada una torre campanario y al muro septentrional un pórtico. La nave conserva en el lienzo meridional varios canecillos románicos que se hallan entre dos contrafuertes construidos en época moderna para reforzar las bóvedas barrocas del interior. Algunos de estos canes son lisos y otros se decoran mediante los siguientes motivos: una cabeza humana, una testa de cuadrúpedo, una voluta y una bola. Teniendo en cuenta el estilo de los canecillos que se conservan en San Pedro de Vivaño, es posible que este templo fuera construido en la segunda mitad del siglo XII o a principios de la centuria siguiente. Estos canes, que son los únicos elementos con ornamentación que se conservan de la iglesia románica de San Pedro, presentan un estado de conservación lamentable.