Identificador
50140_01_008n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 48' 52.00'' , -1º 45' 7.09''
Idioma
Autor
Beatriz Hernández Carceller
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Litago
Municipio
Litago
Provincia
Zaragoza
Comunidad
Aragón
País
España
Claves
Descripción
La iglesia de la Nuestra Señora de la Asunción de Litago está en proceso de restauración, por lo que actualmente no funciona como parroquia. Se encuentra junto a la carretera de entrada al pueblo y es fácilmente localizable ya que está ligeramente elevada. Junto a su cabecera todavía se conserva el cementerio de la localidad. Hacia mediados del siglo XVII sufrió importantes modificaciones, añadiéndosele profundas capillas entre los contrafuertes, que se comunicaron entre sí a modo de naves laterales. Estas capillas abren a su vez a la nave central mediante arcadas de medio punto realizadas en ladrillo, que en su día destruyeron los lienzos del muro original. Del mismo siglo data el retablo mayor que oculta parte del paramento interior del ábside románico, aunque éste es accesible gracias a una pequeña puerta en la parte izquierda del retablo El edificio tiene planta rectangular, de nave única de cuatro tramos, con un amplio presbiterio, rematada con un ábside semicircular orientado al Este. La iglesia tiene una longitud de 22 m, la anchura del ábside en su embocadura con el presbiterio es de 7,10 m, y la de este último de 7,52 m. Presenta tres vanos de iluminación en la cabecera, dos de ellos todavía visibles al exterior, aunque al interior hayan perdido su función original al quedar ocultos tras el retablo. El vano del lado sur permanece oculto exteriormente por la sacristía. El acceso actual se sitúa en el primer tramo del lado sur. Tras pasar la primera puerta, nos encontramos con la original, de fábrica románica, que todavía conserva en su clave un crismón. Existe otra puerta interior en el hastial, de 80 cm de luz, que sirve de acceso a la torre edificada a los pies de la iglesia. La torre tiene un acceso propio desde el exterior, en su lienzo sur, de 84 cm de anchura. Se trata de un edificio construido en aparejo de sillería, mampostería y ladrillo. Para la parte románica se utilizó sillarejo de desigual tamaño, como puede observarse en la zona exterior del ábside, aunque para el interior se utilizó sillería bien trabajada, al igual que para determinados elementos estructuralmente importantes, como el contorno de los vanos o la unión de la cabecera y la nave. En estos sillares y en los del interior, que rondan los 20 y 30 cm de altura, aparecen algunas marcas de cantería con forma estrellada de ocho brazos. Para cubrir los distintos espacios del edificio se usó la bóveda de cañón apuntado para la nave y el presbiterio, y la bóveda en cuarto de esfera, igualmente apuntada, para el semicilindro absidal. La bóveda de la nave descansa sobre arcos fajones apuntados, que apean en impostas. Éstas son continuación de la absidal, o al menos lo serían antes de la ejecución de las capillas laterales, lo que confiere a los primitivos apoyos una apariencia de pilastras cruciformes. Entre ellos hay una distancia de 6,82 m, que sería la anchura de la nave original. La cabecera del templo luce dos ventanales, uno centrado y otro al Norte, ambos en aspillera al exterior y con derrame hacia el interior. Ambos, visibles exteriormente, se encuentran ocultos en la parte interior por el retablo. Existe un tercer vano, que abría al lado sur del ábside, que ha quedado oculto exteriormente bajo los añadidos laterales ya comentados, mientras que interiormente se aprecia un tercio de su arco de medio punto. Las tres ventanas están configuradas por un arco de medio punto con derrame interior, muy similar a otra ventana que abre en el muro hastial, sobre la puerta de acceso a la torre, quedando oculta exteriormente por ésta. En cuanto a la nave, lo que ha pervivido de la construcción primitiva románica no es mucho. Tan sólo cabe resaltar la imposta biselada que debía de recorrerla a la altura de la unión entre pilastras y fajones, y que actualmente sólo se aprecia en estos puntos y en la cabecera. La portada original románica, conservada tras la que fue añadida con la nave lateral de capillas, se localiza en el primer tramo del lado sur. Presenta un arco medio punto dovelado, recorrido por una moldura baquetonada, que descansa sobre jambas rectas con impostas biseladas a ambos lados, del mismo estilo que las comentadas anteriormente para el interior. Sus dimensiones alcanzan los 2,62 m desde el exterior de sus jambas y 1,90 m de luz. En la clave del arco está labrado un crismón que en fotografías antiguas aparecía parcialmente encalado y con sus característicos símbolos coloreados en una pintura azul que los resaltaba sobre el fondo blanco. Actualmente se ha recuperado el color de la piedra original. El muro hastial, realizado en mampostería, acoge una estilizada puerta centrada que comunica el templo con el cuerpo inferior de una torre situada a los pies. En el exterior de la iglesia lo más reseñable es su alero de piedra, que apoya sobre una serie de canecillos de esquema simple, tanto en el ábside como en la parte del presbiterio del muro norte. En palabras de Hernando, el crismón de la clave de la puerta de acceso románica podría relacionarse con los dos crismones que decoran la portada principal del monasterio de Veruela, con los que comparte la misma apariencia formal y de los que apenas dista 7,5 km. A los pies del templo se edificó una torre en época románica, posteriormente recrecida en clave mudéjar. Presenta una sólida base cuadrada en el primer cuerpo, sobre la que se disponen otros dos ochavados en ladrillo que, según Arrúe y Borrás, pertenecen al siglo XVII. Este primer cuerpo está realizado en mampostería, con sillares reforzando sus cuatro ángulos. En la parte superior de su lienzo este abre un vano de medio punto, mientras que en el resto de los lados lo hacen por parejas. Todos los arcos de estos vanos están realizados en ladrillo, salvo los de la pareja occidental, configurados a base de dovelas de piedra. Existe una comunicación interna con la iglesia a través de una estilizada puerta, rematada en arco de medio punto dovelado y perfilado con una chambrana. Las jambas son rectas y sobre ellas se dispone una imposta biselada, al igual que en la portada románica de la iglesia, que en este caso se prolonga rodeando el arco de medio punto a modo de guardapolvo. El núcleo románico del edificio parece obra de primera mitad del siglo XIII, a pesar de que algunos autores como Ubieto o Abbad lo remonten al siglo XII.