UBICADA EN PLENO CENTRO urbano, se accede a ella siguiendo la carretera que viene desde Mariana y continúa hacia los pueblos cercanos. El templo se halla en el centro de una plaza, frente a una fuente, aunque no es la misma que Madoz calificaba de “hermosa fuente en el centro de la plaza”, que desgraciadamente se perdió, no se sabe cuándo. El templo, aunque con diversas modificaciones, es una construcción típica del románico de la zona. Consta de una sola nave, con ábside semicircular y torre campanario a los pies. De época románica se conservan los restos de la portada norte, el ábside, el presbiterio y diversas partes de los muros de la nave. Actualmente, la puerta de ingreso se sitúa en el muro sur y está precedida por un atrio ajardinado. Junto a ésta se adosó un cuerpo que realiza las funciones de sacristía en el tramo recto sur del presbiterio, ya en época barroca. Además se sobreelevó el conjunto en dos ocasiones, la primera para instalar una bóveda barroca en el interior, y la segunda, para soportar el adosamiento de la torre, que sustituyó a la antigua espadaña, de la cual aún quedan restos en el muro occidental. Como es habitual en esta comarca, la construcción se realizó en mampostería con refuerzos de sillar en las esquinas, y la nave se cubre a dos aguas (a excepción de la torre que lo hace a cuatro) con teja cerámica. En el ábside se puede apreciar las citadas sobreelevaciones del muro, procediéndose al corte de la cornisa y también de los canecillos que allí se encontraban. Además, se halla una pequeña ventana abocinada, justo en el centro del tambor, fabricada en sillar. Situada en el muro norte se encuentra la portada norte, una muestra de portada románica, actualmente cegada, y desgraciadamente muy deteriorada. Se resuelve mediante dos arquivoltas: la superior, de moldura lisa y doble cordón con escocia, y la inferior, lisa y con dovelas. El conjunto se remata con recercado de puntas de diamante y apoya sobre cornisa con motivos vegetales. Las arquivoltas apoyan sobre jambas lisas (la interna) y columnas con capiteles (la externa). En la actualidad, sólo se conservan los capiteles donde se puede apreciar la decoración de motivos zoomorfos. Según Nieto Taberné, “Junto a las de Poveda de la Sierra y Ribatajada, es uno de los escasos ejemplos de portada del románico popular conquense que conserva capiteles figurados. La cuidada realización que todavía se observa, el gusto por la decoración que muestra y el hecho de enmarcarse por recercado a modo de alfiz, induce a pensar en la obra de un maestro mozárabe, que parece probable llegase a estas tierras desde la vecina provincia de Guadalajara”. El mismo autor alude a la semejanza con el templo de la vecina Millana (Guadalajara), donde se puede contemplar el mismo tipo de capiteles. La torre, de grandes dimensiones, como se ha citado anteriormente, fue construida en época renacentista por la familia Albornoz; así lo da a entender la presencia de sus armas. El campanario se compone de dos cuerpos: el inferior, donde se aprecian los citados escudos, y el superior, donde se abren los huecos para las campanas, con un total de cuatro, uno por cada cara. El interior presenta una sola nave de planta rectangular que se cubre mediante bóveda de lunetos. La bóveda barroca se presenta totalmente blanqueada y, como indica José Luis Muñoz, “en el interior, impera la sencillez ornamental, como corresponde a un pueblo sin alharacas ni ínfulas de grandeza”. A los pies de la iglesia se halla el coro, iluminado gracias a tres pequeñas ventanas realizadas directamente en la torre, y que cobija un gran órgano.