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Vista de los restos del primer Castillo

Identificador
25130_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.551314, 1.037854
Idioma
Autor
Nuria Montoya Vives
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Castillo de Maldà

Localidad
Maldà
Municipio
Maldà
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Castillo de Maldà

Descripción

MALDÀ

El término de Maldà es uno de los municipios más extensos del valle del río Corb. Entre sus límites se incluye la antigua población de Maldanell, donde hoy quedan vestigios de una iglesia románica y un conjunto de sepulcros antropomorfos. Maldà está situado en la cabecera del río Corb, en su ribera izquierda. El río marca el límite al Norte con Sant Martí de Riucorb. El pueblo de Maldà, se encuentra a poco más de 15 km al Sur de Tàrrega. Tàrrega se accede por lascarreteras LV- 2120, L-201 y, finalmente, LP-2335.

 

La historia de Maldà está relacionada con la existencia de dos núcleos situados en la cima de dos colinas cercanas. Por un lado, el castillo señorial que ocupaba la parte occidental del término, y por el otro, Maldanell, situado a 1,5 km al Sur, donde habitaba la población hasta que, en el siglo xv, se abandonó el lugar y los habitantes se instalaron a los pies del castillo, en el actual Maldà.

 

Las primeras noticias históricas son un tanto confusas. Tradicionalmente se ha considerado que una referencia copiada a finales del siglo xviii sería la documentación más antigua. En ella se mencionan la donación hecha por la familia Cardona al monasterio de Sant Vicenç de Cardona y a su abad durante la consagración de la gran basílica, en 1040. En este texto se habla de solum de terra et castro de Amallano. El significado etimológico de Maldà sería “lugar de la cima salvaje”, “cerro de malas hierbas”, “roca de despeñadero” o “pueblo con pendiente”. Estas descripciones tan gráficas recuerdan la morfología abrupta de Maldanell. No obstante esta fecha tan temprana queda puesta en duda, ya que las tierras de Maldà no serían dominadas por los Cardona hasta que el vizconde Ramon Folc I conquistó la villa en 1086, empresa que tuvo para él un precio muy alto, pues en ella perdió la vida. Sin embargo Ramon Folc consiguió crear un núcleo fortificado en la frontera meridional del condado Osona-Manresa. Maldà fue un dominio territorial de los Cardona hasta el siglo xv.

Castillo de Maldà

El castillo de Maldà está situado en el extremo occidental del municipio, en la parte alta. En la clave de la puerta de entrada se puede leer la siguiente inscripción conmemorativa: Andreas fili/pus imcepito/peram castr/i guilelmi ca/rdone ano do/mini mccxii (Andreu Felip empezó la obra del castillo de Guillem de Cardona en el año del señor 1212). Aunque ésta es la fecha que se considera como la del inicio de las obras de construcción de este castillo, ésta no fue la primera fortaleza de Maldà.

 

A mitad del siglo xi, las tierras más alejadas a occidente de los condados catalanes se fueron repoblando gracias a la protección del conde de Barcelona, Ramon Berenguer I, con la ayuda del conde de Urgell. La frontera entre territorios cristianos y musulmanes se fue definiendo por las construcciones que trazaban una línea defensiva que pasaba por Agramunt, Tàrrega, Guimerà y Maldà. En el documento de donación a la iglesia de Sant Vicenç de Cardona del año 1040, Guisla de Sant Martí, viuda de Folc I de Cardona, y su hijo Ramon (el que será  Ramon Folc I) entregaron unas posesiones entre las que figuraba el castillo de Maldà. Por aquellas fechas es probable que Maldà estuviera bajo el dominio musulmán; sin embargo, los vizcondes de Cardona (hasta entonces de Osona) ya tendrían el aval del conde de Barcelona para apropiarse de estas tierras. Este hecho queda confirmado en 1083 cuando los condes Ramon y Berenguer hicieron donación a Ramon Folc I y a su esposa Ermessenda de los lugares de Maldà y Maldanell. No obstante, la fecha que marca el final de la conquista de Maldà es el año 1086, cuando, como ya hemos comentado, Ramon Folc I murió defendiendo el castillo de los ataques sarracenos.

 

Posiblemente, la primera construcción defensiva se localizaba en el punto más elevado de la colina, donde actualmente está Cal Manxa y Can Teneto, en una calle perpendicular a la calle Major. Estaría formada por una torre cilíndrica con una muralla, de las que en la actualidad se conserva tan solo un muro de sillares que cierra una puerta de arco de medio punto. El propio Ramon Folc I en su testamento dejó dicha fortaleza a Bernat Amat, con la condición de que lo ampliara y lo defendiera de posibles ataques. La ampliación del recinto amurallado propició el desplazamiento de la población que buscaba un lugar más seguro. El antiguo poblado de Maldanell siguió habitado por campesinos.

 

En el año 1212, como indica la anteriormente citada inscripción, el vizconde Guillem I de Cardona, hijo de Ramon Folc III, ordenó el inicio de las obras de un nuevo castillo, que es el que se ha conservado. No se aprovecharon las antiguas estructuras del viejo castillo, aunque sí que se edificó dentro del recinto amurallado. En realidad el actual castillo de Maldà es una obra inacabada, cuyo proceso de construcción duró unos cinco siglos, desde sus inicios a principios del xiii, hasta el abandono del proyecto en el xviii. Presenta una estructura cuadrangular y ocupa el extremo occidental de la cima. La parte más antigua es la situada en la zona suroccidental. Durante el siglo xiii estaba formado por dos torres, una de planta rectangular y otra de polígono irregular de cinco lados adosada a la primera. En la puerta de entrada de la nave rectangular está la clave con la inscripción ya citada. En el lado sudoeste de dicha nave hay restos de una estructura de planta semicircular que algunos historiadores han interpretado que se trataba de una escalera de caracol. Otros estudios proponen que sería un ábside de una capilla. En esa zona se conserva un capitel con el escudo de los Cardona, tres cardos, símbolo de la familia de los señores de Maldà. Dicha nave quedaba cubierta por una bóveda de cañón, de la cual se conservan los arcos de arranque. La torre pentagonal está cubierta por una media cúpula cónica. En ambas torres se conservan las mismas marcas de cantero. La primera etapa constructiva duró más de cien años, y se dejó inacabada. El nuevo castillo convivió con la vieja torre oriental que había sido ampliada a lo largo del siglo xii. La falta de recursos económicos para seguir con la construcción de la fortaleza y la existencia de una torre aún en uso podrían explicar el parón en la obra. A partir del siglo xv se retomaron las obras del castillo, que abarcaron los siglos xv y xvi. Durante esta ampliación de la fortaleza se modificó el proyecto original, ya que cambió la función del edificio, pasando de un enclave defensivo a convertirse en una residencia señorial. Sin embargo, como ya había sucedido anteriormente, no estas obras no se llegaron a finalizar por motivos económicos. Durante los siglos xvii y xviii se retomaron de nuevo, especialmente en la parte sur y este. Se terminó de definir el perímetro, se alzó la fachada con puerta de entrada y se dividió la sala de los arcos. También se modificó la parte románica. Con el tiempo, el castillo se fue deteriorando y, en 1833, sufrió un gran incendio y después fue utilizado como establo y corral para los animales. La degradación de la fortaleza motivó la creación de un patronato para su recuperación. Desde finales de los años noventa del siglo xx se han realizado distintas campañas arqueológicas, siendo la última la del 2011.

 

Texto y fotos: Nuria Montoya Vives

 

Bibliografía

 

AA.VV., 1982, pp. 48-52 y 119-122; Boleda i Cases, R., 1995; Capdevila i Felip, S., 1917-1918; Castells catalans, Els, 1967-1979, VI, 2, p. 1030-1045; González Pérez, J.-R., 1997b; Mata i Molinero, M. L., 2012; Monreal y Tejada, L.y Riquer Morera, M. de, III, pp. 250-261; Rodríguez iBernal, F., 2009, pp. 27-28.