RIUDARENES

 

El municipio de Riudarenes está  situado en el centro de la comarca de la Selva, al Sur de Santa Coloma de Farnés. Su término municipal, de 48 km², está atravesado de Norte a Sur por la riera de Santa Coloma. La parte más plana del término se encuentra en un antiguo estanque que formaba parte del bloque Montseny-Guilleries. Dicho estanque se desecó y llenó con arenas graníticas y residuos de origen volcánico. En la zona de l’Esparra, destacan los restos de las chimeneas volcánicas con 8 millones de años de antigüedad, muy degradadas, que forman relieves más pronunciados que en el resto del término.

 

El municipio comprende el núcleo urbano de Riudarenes, los barrios de Can Maleta y Can Falcara, la urbanización de Can Fornaca en un extremo del término, y los vecindarios de Serramagra, la Riera, el arrabal de l’Esparra, l’Esparra, y parte de las Mallorquines. Cruza el término la carretera C-63, y varias carreteras locales y caminos vecinales completan la red de comunicaciones del territorio.

 

En el término destaca la presencia del castillo de Argimon, documentado desde el año 925 y que a mediados del siglo xi pasó al dominio de los vizcondes de Cabrera. El recinto del castillo está ocupado, además, por el santuario de la Mare de Déu d’Argimon que data del siglo xviii, desde donde se divisan unas magníficas vistas panorámicas de la comarca.

 

Texto: Montse Jorba i Valero

 

 

Castillo de Argimon

 

El castillo de Argimon está situado en la cima de la colina de Argimon, a 471 m,  con gran dominio visual sobre el valle de l’Esparra y del municipio de Riudarenes, al que pertenece. El recinto del castillo está ocupado, además, por el santuario de la Mare de Déu d’Argimon, construido en el siglo xviii. Se llega, desde Riudarenes, por la carretera GIV-5514 que se dirige a l’Esparra, y de la que sale una pista asfaltada que conduce hasta Argimon.

 

El castillo está documentado desde el año 925. A mediados del s. xi pasó al dominio de los vizcondes de Cabrera, época en que encontramos documentados varios juramentos de fidelidad entre los vizcondes y los condes de Barcelona por su propiedad. Ya en 1367, el vizconde Bernat III de Cabrera se enfrentó al rey Juan I, y el monarca mandó destruir los castillos de Argimon y de Castelló de Bas. Tras el asedio, del castillo de Argimon quedaron sólo vestigios dispersos, y la capilla. El culto perduró, aunque su estado era muy precario, hasta que en el siglo xviii se construyó el actual santuario de la Mare de Déu d’Argimon. Todo el conjunto ha sido restaurado por iniciativa de la asociación Amics d’Argimon, con la culminación, en 1987, de la inauguración de la capilla románica restaurada.

 

Del castillo destruido en el siglo xiv sólo se ha conservado una torre de planta cuadrada, con unas dimensiones de 5,8 m. por lado y una altura (actual) de 8 m, siendo el grosor de los muros de poco más de 1 m. Edificada probablemente en el siglo xiii, tenía una altura de tres plantas. Se accedía a ella por una puerta abierta en el muro sur, a la altura de la planta intermedia, cuyos restos todavía nos permiten acceder al interior de la torre.  Se conserva parte de la bóveda de cañón, en el piso superior, al igual que dos ventanas, una tapiada en el muro este y otra en el muro norte.

 

El aparejo es a base de piedra del lugar, talladas de diversos tamaños y dispuestas horizontalmente en hiladas. En los ángulos encontramos sillares de granito de mayor tamaño y buena factura.

 

La construcción del santuario en el siglo xviii ocupó espacios que correspondían al recinto del castillo, que en ese momento ya estaba en ruinas, como hemos apuntado.

 

 

Capilla de Santa Maria

 

El castillo poseía una capilla dedicada a la Virgen. Aunque muy probablemente ya existía en los siglos x u xi, no está documentada hasta 1167, cuando el obispo de Girona, Guillem de Peratallada, asignó su supervisión a la canónica agustiniana de Sant Pere de Cercada. Asimismo, aparece citada en las Rationes decimarum de 1279 y 1280, y consta que en 1276 estaba a cargo de un sacerdote llamado Arnau Poc. Se conoce la visita pastoral del obispo Guillem de Vilamarí, entre 1312 y 1318. En 1420 padeció un incendio durante la guerra de los Remensas, aunque se mantuvo el culto en ella. En el siglo xviii que se decidió rehacer el templo, ocupando parte del espacio del antiguo castillo, destruido en el siglo xiv.

 

La capilla consta de dos naves de pequeñas dimensiones, orientadas de Noroeste a Sureste debido a la morfología del rocoso terreno del sector de poniente. La nave nororiental tiene planta rectangular y cabecera trapezoidal, y una puerta de acceso al castillo en el muro sur. La nave contigua dispone de ábside semicircular, bastante irregular, con una ventana de doble derrame en el centro, y cubierto con bóveda de cuarto de esfera. Las dos naves están cubiertas con bóveda de cañón. La puerta de acceso se encuentra en el muro nororiental; consta de doble arco de medio punto adovelado, sin decoración. La fachada está coronada por una espadaña de vano simple, que posiblemente corresponde a una etapa constructiva posterior.

 

El aparejo es a base de sillarejo de tamaño irregular, trabado con mortero y dispuesto en hiladas horizontales. Corresponde a una fábrica probablemente del siglo xi.

 

Texto y fotos: Montse Jorba i Valero

 

 

Bibliografía

 

Catalunya Romànica, V, pp. 228, 319-321; Castells Catalans, Els, 1967-1979, III, pp. 218-220, 343, 349, 354-355, 359, 368, 371-372, 385, 396, 411, 416-421, 462, 476; Julià i Vidal, J., 1991, pp. 48-53; Marquès i Planagumà, J. M., 1992, pp. 31-42; Oliva i Prat, M., 1967, p. 57; Peidró i Rami, E., 2000, pp. 55-56; Pladevall i Font, A. y Olavarrieta i Santafé, J., 1989, pp. 129-130.