Santa Maria de Tauladells
Iglesia de Santa Maria de Tauladells
Santa Maria de Tauladells está en la población de Gra, en el sector meridional del antiguo término de Florejacs, entre Sant Martí de la Morana y Concabella. Se accede a por la carretera L-310 de Guissona a Tàrrega. Unos 500 m después de pasar Gra, hay que coger un desvío a mano derecha por un camino hasta que, transcurridos unos 2 km, se llega a la iglesia.
La fundación de Gra se remonta a la primera mitad del siglo xi, cuando el conde de Urgell procedió a la repoblación de la zona de la plana de Guissona. La iglesia de Santa Maria de Tauladells es citada por primera vez en la documentación en 1180, en el testamento de Ramon Gra, quien donó cuatro viñedos y un huerto para la salvación de su cuerpo y alma a la capilla de Teuladells, la cual estaba dedicada a Santa Maria. En 1200, esta capilla pertenecía al capítulo de canónicos de Guissona, que otorgó el consentimiento a dos señores de la comarca para designar un sacerdote que debía oficiar misa en Teuladells, pero con la condición de que la iglesia continuara sujeta al capítulo. Unos años más tarde, en 1248, Gerarda de Coscó eligió Teuladells para fundar un monasterio de monjas agustinianas y, tras obtener la consiguiente autorización del obispo de Urgell, Ponç de Vilamur, y del capítulo de los canónicos de Guissona, construyó el convento denominado de Santa Maria de Teuladells, adjunto a la antigua capilla. Este cenobio bajo la dirección de las monjas debió de crecer mucho en poco tiempo, puesto que en un documento de 1266 el capítulo cedía la capilla, el monasterio y todos los bienes de Teuladells a la comunidad de las religiosas. En dicho escrito se menciona que fue Gerarda de Concabella quien donó a la priora Gerarda de Coscó el lugar de Santa Maria de Tauladells. En 1423, el lugar ya se encontraba deshabitado, sin que haya constancia de ningún documento que haga referencia al año en que se abandonó el monasterio.
En la actualidad, Santa Maria de Tauladells se halla en estado ruinoso, la techumbre de la fábrica ha cedido casi en su totalidad, por lo que todo su interior permanece a la intemperie, lo que tiene un evidente impacto en el estado de conservación de sus estructuras arquitectónicas. Su acceso al interior es muy difícil puesto que el pavimento está cubierto de espesas zarzas, arbustos, escombros, sillares y otros restos. Con anterioridad el edificio fue utilizado como cobertizo para guardar leña.
Originariamente, se trataba de un edificio constituido por una sola nave de planta rectangular de 16,70 m de largo y 7 m de ancho, y por una cabecera formada por un ábside semicircular de 6 m de diámetro. Actualmente, el ábside ha perdido su cubierta y la parte superior de sus muros, aunque en su costado septentrional todavía resisten algunos restos de la cornisa, formada por con una moldura de caveto, y algunos canecillos lisos. En el eje de su tambor se abre una ventana de doble derrame con un arco de medio punto monolítico, similar a otros ejemplos de la zona como Sant Salvador de Gra, Sant Pere del castillo de les Sitges o Santa Maria de Castellmeià. En una de sus piedras de la zona absidal tenía grabada la fecha de 1773, la cual podría corresponder a una reforma de la fábrica. Como consecuencia también de una obra posterior, en su lado meridional se halla una puerta adintelada.
Los muros laterales son lisos y estaban coronados por una cornisa con moldura de caveto similar a la del ábside, de la que se conservan algunos vestigios en ambos paramentos. En el muro norte se abre una ventana de arco de medio punto tanto en su parte superior como en la inferior y derrame simple, realizada en una pieza monolítica y con el contorno marcado por una moldura de filete. Dicha abertura estaba afrontada a otra de similares características ubicada en el lienzo meridional. Ambas iluminaban interiormente los absidiolos abiertos a cada lado de la nave, los cuales son de reducido tamaño y no sobresalen al exterior. Esta solución arquitectónica que incorpora pequeñas capillas absidales en los laterales del muro también se utiliza en la canónica de Sant Miquel de Montmagastre y en la iglesia de Sant Joan de Torreblanca. Existen otros ejemplos donde los absidiolos se manifiestan exteriormente como es el caso de Sant Bartomeu de la Vall d’Ariet, Sant Romà de Comiols y Santa Maria de Romaneda, todas ellas pertenecientes a la comarca de la Noguera.
A la mitad de ambos paramentos laterales se produce una discontinuidad de las hiladas de sillares, que pone de manifiesto un evidente cambio en la estructura, posiblemente provocado por una ampliación del templo hacia poniente. Este cambio se plasma también en la interrupción de la cornisa, en la mayor altura de la parte añadida, y en una hilera de orificios cuadrados, posiblemente mechinales. En la fachada occidental que corresponde a dicha ampliación posterior, se localiza la portada, ahora tapiada, realizada con un arco de medio punto formado por grandes dovelas. Sobre la puerta hay una alargada ventana de derrame simple hacia el interior, que apenas se ha conservado y forma de saetera en el exterior.
En el interior, la nave, que originariamente estaba cubierta por una bóveda de cañón apuntada, se estructura en dos tramos por medio de un arco fajón apuntado. El ábside estaba enmarcado por un arco presbiteral en degradación y su cubierto por una bóveda de cuarto de esfera, que no se ha conservado, y cuya base estaba recorrida por una moldura de caveto, que en su lado septentrional presenta esculpidas una bola y una cabeza humana en posición horizontal representada con cabello, barba y bigote, y en la que destaca tratamiento de la pupila del ojo. La imposta que recorre todo el perímetro de la nave, a la altura de la base de la bóveda, presenta dos tipos de moldura: en caveto en el primer tramo del lado de la epístola, y de cuarto de bocel con otra moldura más fina de sección rectangular encima a lo largo del resto de muros. Este segundo tipo de moldura se puede ver en otra iglesia románica de la zona, concretamente en la cornisa de la portada de Sant Esteve de Pelagalls. Los dos absidiolos ya mencionados están cubiertos con sendas bóvedas apuntadas. En el interior también se aprecian las diferencias existentes entre las dos fases constructivas, entre otras cosas la interrupción de las dos hileras de orificios que hay en los paramentos del tramo oriental, las cuales, al menos la superior, está asociada a la cimbra empleada para la construcción de la bóveda, y que desaparecen en el tramo occidental.
El aparejo empleado en todo el edificio está formado por sillares alargados, bien escuadrados y pulidos, dispuestos de forma cuidada en hiladas regulares y homogéneas. Algunas zonas, como la cara meridional del ábside, han sido rehechas con posterioridad con una piedra irregular y trabajada de manera más ruda.
Actualmente, oculta tras la espesa vegetación, figura grabada en una de las jambas del arco central un motivo heráldico de forma ojival y con la parte superior configurada por dos cavidades simétricas. En su interior, algún autor ha identificado la representación de un ave que posiblemente se corresponda a un águila, vista de perfil y de factura muy humilde. En el muro interior del evangelio, por encima de la moldura, se halla un sillar que muestra una incisión horizontal atravesada por dos aspas que van de extremo a extremo. Posiblemente se trate de una piedra reaprovechada, puesto que es la única encontrada en la fábrica con esta decoración.
Santa Maria de Tauladells es un edificio que suele datarse, entendemos que razonablemente, a finales del siglo xii o principios del siglo xiii.
Necrópolis
A unos 75 m al Oeste de la iglesia se halla una necrópolis de época medieval, la cual en los últimos años ha sufrido actos de expoliación. En 1996 el conjunto estaba compuesto por dos tumbas excavadas en la roca con los pies en dirección sureste, las cuales distaban entre sí 20 m. La primera sepultura, actualmente desaparecida, era conocida con el nombre de la tumba de la Abadesa. Tenía un aspecto antropomorfo, con la cabecera ligeramente arqueada y la piedra trabajada en relieve a base de pequeñas incisiones rectilíneas, el significado de las cuales no se ha podido interpretar. La segunda sepultura, que se ha podido salvar, tiene los extremos romos, tipo bañera, con una longitud de 190 cm y 46 cm de anchura. Ambas tumbas han sido fechadas alrededor del siglo xiii.
En la colina conocida como Tossal de Teuladells o de les Solanes, a unos 100 m al Noreste de la iglesia de Teuladells, se encuentra otra necrópolis, que también ha sido expoliada. Contaba con un grupo de ocho tumbas, la mayoría de las cuales estaban orientadas con la cabeza hacia el Norte y los pies hacia el Sur. Seis de ellas fueron excavadas en la tierra y cubiertas con losas. También había otras excavadas en la roca con los extremos lobulados, de reducidas dimensiones y en forma de bañera, las cuales correspondían a enterramientos infantiles y se han datado alrededor del siglo xiii.
Texto y fotos: Helena Soler Castán
Bibliografía
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