ES UN TEMPLO DE DOS NAVES, con muros de sillarejo y mampostería, cubierta de parhilera, portada de arco de medio punto abierta al mediodía, espadaña levantada sobre el hastial occidental y remate en cabecera recta en la nave norte. De la vieja fábrica románica se conserva la nave norte y la cabecera, añadiéndose con posterioridad la nave meridional y la sacristía. En el lado norte se puede ver todavía gran parte del alero románico, con cornisa de bisel y billetes soportada por canecillos de nacelas superpuestas. En el testero de la cabecera se dispone una pequeña saetera de una pieza decorada a su alrededor con un tallo ondulante de cuidada factura. Los canecillos que se ubican en la zona meridional tienen trazas tardogóticas o renacentistas lo que nos induce a pensar que la nave de la epístola se construyó en el siglo XVI. En el interior, la cabecera comunica con la nave a través de un arco triunfal apuntado de progenie gótica. Lo más interesante es la pila bautismal románica colocada junto a las gradas de la capilla mayor. Es de forma troncocónica (90 cm de diámetro x 48 cm de altura), decorada únicamente en la parte superior con una cenefas de arquillos entrecruzados. También se conservan dos estelas medievales de cronología incierta, una en el exterior y la otra junto al arco que comunica la cabecera con la nave de la epístola.